En ocasiones nos gana la flojera más que la gula. Ambos pecados capitales están relacionados con la mala –o adecuada– alimentación y está en nosotros vencerlos con el fin de combatir padecimientos como obesidad, sobrepeso, diabetes y hasta anemia.
Y es que si el alimento está lejos del sillón en el que te encuentras “picado” con una serie de Netflix o bien, no tienes tiempo o ganas de ir por ese helado con chispas de chocolate, es muy probable que desistas del antojo.
María Alesandra Pámanes