Horas antes de que los senadores reanudaran la sesión suspendida en la madrugada del miércoles, ante la salida definitiva del PAN, Luis Videgaray dobló las manos.

En reunión privada con los coordinadores del PRI y PRD, Emilio Gamboa y Miguel Barbosa, el secretario de Hacienda aceptó modificar la miscelánea fiscal, para alcanzar acuerdos.

Les propuso cambios en el ISR, en el cobro de las telecomunicaciones y en el Fondo de Desempleo, que cubrirá con recursos propios y no con ahorros de los trabajadores.

El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, reconoció el “trabajo responsable” de los senadores que discutieron ayer las modificaciones a la Ley de Coordinación Fiscal.

“Reconocemos el trabajo responsable del Senado al aprobar las reformas a la Ley de Coordinación Fiscal”, expresó el funcionario a través de su cuenta oficial de Twitter.

Hoy es el Día D. Hoy se dará a conocer los candados al gasto corriente –un tope de 2.5 por ciento- que impondrá el Senado al Presupuesto de Egresos.

En la revisión de la reforma hacendaria que se hará en Comisiones, se darán a conocer algunos amarres para limitar el exceso de gasto entre los funcionarios públicos.

Además, se evaluará el establecimiento de mecanismos anuales para revisar las erogaciones del gobierno.

Se obligará a los poderes Legislativo, Judicial y organismos autónomos a seguir criterios de transparencia y austeridad.

El pleno del Senado aprobó ayer en lo general el dictamen de la minuta de reforma al Código Fiscal de la Federación, máximo instrumento jurídico que regula el pago de los impuestos mexicanos.

La iniciativa, que establece medidas contra contribuyentes defraudadores y la creación de un sistema de comunicación electrónico denominado buzón tributario, se aprobó 73 votos a favor y 43 en contra en sesión ordinaria.

El trueque fiscal no sonaba tan mal: una pensión universal y un seguro de desempleo a cambio de más impuestos y más gasto.

Pero ¿Pitágoras se equivocó?

Los diputados tuvieron que enmendar la plana porque no aceptaron un seguro de desempleo cuyo costo mayoritario se recargaba en el ahorro de los trabajadores en activo.

Y eso, a juicio de los expertos, por un lado desincentivaba la posibilidad de adquirir una vivienda y por otro, ponía en serios aprietos al Infonavit.