La próxima salida de Agustín Basave de la dirigencia del PRD ha desatado una nueva guerra al interior de ese partido donde se juega más que la presidencia del Sol Azteca.

Ante la cercanía de la sucesión presidencial, el PRD definirá no solo quién será su nuevo líder, sino el rumbo que seguirá el partido hacia el 2018.

De la nueva dirigencia dependerá la estrategia que siga el partido rumbo a la siguiente elección presidencial: ¿irán con candidato propio? ¿Buscarán a algún externo? ¿Se aliarán con el PAN o con otros partidos?

Agustín Basave confirmó hoy su renuncia como dirigente nacional del PRD.

La renuncia se oficializará el próximo 2 de julio en la reunión del Consejo Nacional.

“En virtud de que no estoy dispuesto a afiliarme a una corriente ni a formar parte de un bloque que en estas circunstancias la gobernabilidad es más que precaria, he decidido renunciar a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRD. Mi decisión es irrevocable”, señaló Basave esta mañana durante una rueda de prensa.

En Oaxaca, a la par de las acciones que ha realizado la dirigencia nacional del PRD para “blindar” a sus candidatos de posibles infiltraciones del crimen organizado en sus campañas, también se giró la instrucción para que todos los abanderados del Sol Azteca blinden su seguridad personal.

La recomendación emitida por parte del dirigente nacional de ese partido, Agustín Basave, es en el sentido de que todos los aspirantes de su partido a cargos de elección popular “extremen sus condiciones de seguridad”. 

El Consejo Estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Morelos solicitará al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) la expulsión del senador Fidel Demedicis Hidalgo, bajo sospecha de estar detrás del asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota.

Asimismo, acordó la salida del alcalde de Tlaquiltenango, Enrique Alonso, quien se opone al Mando Único de seguridad y que tiene antecedentes penales por tráfico de personas.

Nuevamente, el PRD se encuentra al filo del abismo.

Las alianzas con el PAN para enfrentar al PRI en las elecciones del 2016 desataron la tormenta perfecta al interior del partido del Sol Azteca.

Por un lado, cada una de las corrientes busca jalar la atención y los espacios para su ideología y su forma de hacer las cosas. Un partido de muchas “tribus” se le ha denominado.