La Revolución acabó y el imperialismo yanqui se mantuvo a raya, sin tocar la tierra de la que Fidel Castro se hizo su gobernante. Tendrían que pasar décadas y un sucesor al poder, para que Cuba aceptase nuevos términos amistosos con el país donde domina la Coca-Cola, McDonald's y Starbucks.
Hidalgo Neira