Con su monopolio en el sector energético del país llegando a su fin, Petróleos Mexicanos pronto tendrá que competir con empresas privadas para mantener su lugar en el mercado. Pero en esta transición la ahora empresa productiva del Estado se enfrenta a una serie de obstáculos que amenazan su futuro. Los tres principales retos son el declive que su volumen de producción ha sufrido en la última década, la caída que los precios petroleros han experimentado desde el año pasado, y sus enormes e ineficientemente administrados pasivos laborales.
Rolando Hinojosa