Con un “profundo pesar”, la compañía fundada en 2011 por profesores de Stanford –preocupados por la falta de acceso a educación de calidad– anunció el martes que el gobierno estadounidense se interpuso en su misión.
Coursera explicó en un comunicado que tuvo que limitar su accesibilidad en varios países debido a ciertas regulaciones de control de exportación de Estados Unidos que prohíben a empresas locales ofrecer servicios a usuarios de naciones sancionadas, entre ellas Cuba, Irán, Sudán y Siria.
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