
Todos hemos estado en una situación parecida. Mientras algunas personas se despiertan en la mañana llenas de energía, otros sufren cada instante y sienten que las sábanas se encariñaron con ellos y no los quieren dejar ir.
Por el contrario, en la noche, los primeros prefieren llegar a la cama a cierta hora, y el resto puede permanecer despiertos mucho tiempo más.
La preferencia la define nuestro “cronotipo”, que es nuestra tendencia natural a estar despiertos o descansar en ciertos momentos del día.