Quizá después de estas últimas dos semanas, el número de aquellos que no ven bien
la incursión de la tecnología en el arbitraje vaya en descenso.

No es sólo en México donde los colegiados han estado en el ojo del huracán, también en Europa y Norteamérica las críticas hacia los silbantes siguen apareciendo por errores en sus marcaciones.

Edgardo Codesal renunció a la dirección técnica de la Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Futbol, en medio de una crisis del gremio y que un grupo de silbantes pidiera su salida del organismo.

En entrevista para Fox Sports, Codesal confirmó que Francisco Chacón, Paul Delgadillo, Roberto García Orozco y el asistente José Luis Camargo “se le voltearon”, en un movimiento que se venía gestando desde “hace cuatro o seis meses”.

Cada equipo se prepara, entrena, dedica su energía por hacer un partido inteligente y espera que el destino le rinda frutos.

Pero entre los 22 jugadores en el campo, juega uno más, el de mayor peligro y sin patear el balón. Es el árbitro, ese juez que se está llevando la Liguilla del Apertura 2015 con sus escandalosas marcaciones, no importando el nombre y apellido que tenga.

En este invierno el arbitraje mexicano está tomando un rol mucho más protagónico. A Veracruz le afectaron con un penal no marcado y otro gol en fuera de lugar a favor de Pumas.

El jugador ofensivo se conduce con el balón, entra al área y el defensa rival le comete falta. El árbitro voltea con su asistente en la banda y éste no le indica nada. Con esto el juez central opta por darle pie a la duda pero sin decretar algún señalamiento.

Con esta polémica y otras tantas suscitadas apenas en el inicio del Clausura 2014, la alerta por el pésimo trabajo arbitral se ha prendido entre jugadores y entrenadores de la Liga MX, sin duda un tema espinoso del cual nadie es capaz de mejorar.