El plan de austeridad que anunció ayer el gobernador Rodrigo Medina pretende recortar el gasto público en 2 mil 300 millones de pesos.
De entrada la cifra parece ambiciosa e inalcanzable, pero ese no es el problema que se le presenta al mandatario de Nuevo León.
El Programa de Ordenamiento y Fortalecimiento Integral de las Finanzas Públicas (POFIF) contempla el despido de más de mil empleados estatales, reducción de sueldos y la cancelación de gastos de representación, entre otros ajustes.
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