las autoridades culpan a pasadas administraciones de la ola de violencia en Zacatecas

Zacatecas: ¿Crisis de violencia heredada?

Mientras las autoridades culpan a pasadas administraciones de la ola de violencia en Zacatecas, especialistas opinan que también se debe a la transición política, a la disputa por la entidad y a la falta de una estrategia clara y articulada de seguridad

Las balas no dan tregua en Zacatecas. Después de una nueva jornada violenta, autoridades estatales y federales achacan que la inseguridad es fruto de una crisis heredada de administraciones pasadas que permitieron la creación de diversos grupos delictivos.

“Estamos trabajando en Zacatecas, se ha ido avanzando, pero hace falta más”, anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador el día de ayer, pero lo cierto es que desde que el morenista David Monreal llegó a la gubernatura del estado, los hechos delictivos, así como su impacto, han aumentado drásticamente.

El juez Roberto Elías Martínez, fue baleado el pasado sábado al salir de su domicilio en el municipio de Guadalupe y murió el domingo

El jueves 24 de noviembre fue asesinado el general José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional en Zacatecas y el intento de fuga en el penal de Cieneguillas ocasionó varios bloqueos y quema de automóviles en las principales arterias de la entidad.

La crisis de seguridad, explican especialistas, se debe a la pelea por el territorio entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, pero también a la falta de una estrategia clara por parte de las administración de Monreal, quien se atiene solamente al apoyo que le brinda el Gobierno federal y al despliegue de las Fuerzas Armadas.

Además de las palabras del presidente, la respuesta del Ejecutivo federal fue la de enviar a 200 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional para intentar custodiar la entidad.

Pero al final, dicha estrategia, solamente está originando más enfrentamientos y de mayor calado.

‘Tenemos miedo de salir’

Alejandro conduce un automóvil inscrito a la plataforma de Uber en la capital de Zacatecas y los fines de semana ha tenido que pausar las salidas hacia los municipios aledaños porque la inseguridad no cede.

“El ambiente está muy pesado”, dice mientras se alista para iniciar una jornada de trabajo tras un día en el que la delincuencia protestó bloqueando las principales vialidades en Cieneguillas, luego de un intento de fuga frustrado del penal.

Señala que este lunes se siente “muy inseguro y con mucho miedo de salir a trabajar” porque “cuando los delincuentes quitan los automóviles, golpean a los conductores, los despojan de sus pertenencias y proceden a quemar los vehículos”, señala.

Para evitar ponerse en riesgo ha decidido solo realizar viajes en la capital. “Las peticiones de transporte no se han visto mermadas porque la gente se está moviendo solo cerca de sus domicilios”, sin embargo, revela que si ve que solicitan algún viaje hacia Jerez, Fresnillo, Calera o Pinos ha optado por no tomarlos.

A pesar de los asesinatos de un mando de la Guardia Nacional y de un juez señala que la estrategia de seguridad no se ha visto modificada, las calles siguen con la misma rutina de todos los días. “Se sigue viendo la misma cantidad de patrullas”.

Incluso, la misma plataforma de Uber no ha puesto en marcha alguna estrategia para reforzar la seguridad durante los trayectos. “Hasta ahorita no ha activado ningún protocolo (derivado de los hechos de violencia)”.

El Gobierno federal anunció el envío de 200 efectivos más de la Secretaría de la Defensa Nacional para custodiar la entidad

El despliegue no es la respuesta en Zacatecas

Sin dar muchos detalles ni nombres, el secretario de Seguridad Pública de Zacatecas, Adolfo Marín Marín, informó que los bloqueos y quema de automóviles del fin de semana estuvieron relacionado con un grupo delictivo de Sinaloa con la intención de distraer a los elementos de seguridad en el operativo que realizaron en el Centro de Reinserción Social de Cieneguillas para frenar el intento de fuga.

Sobre esta situación, Juan Manuel Aguilar Antonio, especialista en seguridad nacional e investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), explica que efectivamente la escalada en la violencia en la entidad se debe a una disputa entre dos grupos criminales rivales, pero también a la alternancia política.

“Durante las administraciones anteriores no había explotado una situación de violencia porque podría haber un acuerdo o una manera de entender la pelea por las plazas en Zacatecas”
Juan Manuel AguilarEspecialista en seguridad

“Ahora estamos ante una disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa ya que pasamos por la la transición de un partido que podía ya tener un entendimiento o una pax y ahora con Morena se pudieron haber roto muchos acuerdos, además de que hay una nueva reestructuración en gran parte de las corporaciones de seguridad pública y ya sea por la falta de experiencia o por el arribo de los nuevos integrantes, podría explicarse el incremento de la inseguridad en Zacatecas”, dice.

El especialista también explica que casi siempre que hay una transición política, se desata la disputa entre los grupos criminales para ver quién puede controlar la plaza.

“Zacatecas es un punto trascendental que conecta el final del Bajío con la zona limítrofe de las Huastecas que es un punto intermedio entre el Pacífico y el Golfo de México y desde ahí pueden dirigir rutas terrestres a diferentes ciudades fronterizas, por eso es un punto de interés”, dice.

El especialista en seguridad también opina que el gobierno de David Monreal tendrá todo el apoyo de la federación, ya que de continuar los malos resultados en seguridad, podría afectar directamente al partido y al presidente. Por esa situación considera que seguirán llegando más y más elementos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Nacional a Zacatecas.

“El problema es que cuando hemos analizado tendencias sobre los despliegues de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional en zonas de violencia, en oposición a un proceso de pacificación, hemos encontrado sí un impacto en la reducción de la inseguridad pero también ha sido un detonante de un mayor número de enfrentamientos directos con grupos del crimen organizado. Si aumentan el despliegue de fuerzas aumentarán los enfrentamientos y con ellos otros delitos como el homicidio”, concluye.

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