La pastora incurrió en delitos de trata de personas en la modalidad de trabajos forzados contra seis migrantes

Vinculan a proceso a pastora por el delito de trata de personas en Chihuahua

La pastora incurrió en delitos de trata de personas en la modalidad de trabajos forzados contra seis migrantes

Un Tribunal de Control vinculó a proceso penal a una pastora acusada de haber incurrido en el delito de trata en la modalidad de trabajos o servicios forzados en perjuicio de unos seis migrantes y determinó que continúe recluida en el penal femenil en espera del desarrollo jurídico del caso.

Ante de que se emitiera la resolución un grupo de migrantes de Haití, Honduras y México encabezados por la hija de la pastora, se manifestaron afuera de los juzgados para exigir la libertad de la acusada.

Sin embargo, una jueza de Control determinó vincular a Velia H.G., directora del albergue “Aposento Alto” y aprobó un plazo de tres meses para la investigación complementaria.

A la audiencia -que se realizó de forma privada por instrucciones de la jueza- comparecieron cinco testigos, dos ofrecidos por el Ministerio Público y tres por la defensa.

La hija de la pastora, Grissel Ramírez, dijo que la pastora es inocente y que las personas que la acusan mienten, y lo hacen por así convenir a sus anhelos de obtener el asilo político en Estados Unidos. Además, los manifestantes portaban cartulinas en las que señalan al coordinador de la Comisión Estatal de Población (COESPO), Enrique Valenzuela, de haber orquestado el proceso penal en contra de Velia.

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Además de la denuncia penal, un grupo de migrantes presentó una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que en la que dicen que en el albergue “Aposento Alto” ubicado en las calles Tomate y Tomatillo de la colonia Lomas de Poleo al poniente de Ciudad Juárez, Chihuahua les cobraban una cuota de 200 pesos por adulto y de forma constante los obligaban a realizar trabajos de construcción como bardas, colocación de estructuras en ese espacio así como diversas obras en la casa de la pastora y reparaciones en la casa de familiares de ella.

Los afectados también señalaron que los obligaban a trabajar sin sueldo, ni horario fijo bajo el argumento que así pagaba su estancia, aunque les cobraban una cuota semanal y les vendían la comida e insumos que organizaciones internacionales entregaban al albergue en donación.

 

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