Las estudiantes de la UNAM buscan que sus voces sean escuchadas al exigir una vida libre de violencia

Un grito que se extiende en la UNAM

No reelección del actual director y destitución inmediata de profesores señalados por acoso sexual son las condiciones que ponen las estudiantes para levantar el paro en la Facultad de Veterinaria

Nunca más habrá silencio, las estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declaran tener muy claro que el propósito de los paros estudiantiles es que sus voces sean escuchadas al exigir una vida libre de violencia de género.

“No quiero que mi madre llore porque no pudiste cuidarme”, dice una de las pancartas que cuelgan de las rejas de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia en Ciudad Universitaria. Desde el pasado 26 de febrero, los alumnos decretaron paro indefinido hasta que se atiendan sus dos principales demandas: no permitir la reelección del actual director Francisco Suárez Güemes, a quien acusan de ser misógino y omiso en acciones para proteger a los alumnos, y la destitución inmediata de profesores señalados por acoso sexual contra las alumnas.

Para exigir un cese a la violencia de género, diez planteles de la UNAM siguen paro de labores, las Preparatorias 3, 6, 8, 9, CCH Sur, Oriente, la Facultad de Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, Psicología y Veterinaria.

En entrevista para Reporte Índigo, dos estudiantes de Veterinaria mencionan que ya están cansadas de que su seguridad e integridad no sea tomada en serio dentro de la facultad.

Al director no le importa que nos acosen o que nos agredan, él sólo quiere seguir en su puesto sin escucharnos y atendernos
Eugenia SáenzAlumna de Veterinaria

“La comunidad le ha reclamado que no le interesa nuestra seguridad, no sólo al ignorar las demandas contra profesores acosadores sino también porque desde el año pasado hemos tenido problemas como el robo de animales e incluso intentos de secuestro cuando vamos a hacer prácticas a centros de enseñanza y él no toma cartas en el asunto”, señala Eugenia Sáenz.

De acuerdo con la estudiante, pese a las exigencias, las autoridades no llevaron a cabo investigaciones ni implementaron mejores medidas para proteger a los alumnos.

Otra de las razones por las que las alumnas se oponen a la reelección de Suárez es porque el director ha mostrado conductas misóginas.

“Si bien no tiene denuncias formales en el área de jurídico de la facultad, sí sabemos de varias compañeras que denuncian su actitud machista, pues les dice que nosotras debemos estar en la cocina. Lo que más nos molesta es que en la imagen él apoyaba y respaldaba la Comisión de Equidad de la escuela, pero en la práctica es totalmente lo contrario”, comenta la estudiante.

Con lonas y cartulinas colgadas en la fachada de la facultad, la comunidad estudiantil exige contar con un nuevo director y que éste se elija sin simulación.

Liz en su bolsa tiene amarrado un pañuelo verde. Para la estudiante es importante luchar por las causas justas para las mujeres como la despenalización del aborto en todo el país y el cese de acoso sexual.

“El 75 por ciento de la comunidad en Veterinaria somos mujeres, con el paro y las denuncias nos dimos cuenta de lo mucho que nos desestiman, de cómo para ellos nuestras exigencias no valen nada al decirnos exageradas y ‘feminazis’ locas. Aunque no sea fácil, nosotras aquí vamos a gritar y a exigir que los maestros nos dejen en paz”, asegura Liz.

Afuera de las instalaciones de la escuela, las alumnas lamentan que haya compañeros que antepongan el orgullo universitario y desestimen las denuncias de las demás alumnas.

“Estudiar veterinaria y ser mujer es tener que enfrentarte a comentarios como ‘a ver si acabas la carrera y no te embarazas’, es tener que hacer labores que ellos creen que nos tocan sólo a nosotras, por ejemplo, una vez en una práctica me mandaron a traer los huevos de la gallina, su razón fue que porque yo era la única mujer y esa era mi chamba”, relata Eugenia.

Aunque la desestimación de su lucha por parte de compañeros es constante, las alumnas prometen que no se dará un paso atrás hasta conseguir que los maestros acusados de acoso sean despedidos.

“Aquí no hay negociación, queremos destitución inmediata de los profesores que han hostigado. Por ejemplo, tenemos denuncias contra el médico veterinario Jorge Luna del Villar desde hace más de una generación, a él se le acusa de acosar por mensajes, de hacer invitaciones sexuales y todo lo hace ver como un pago por lo que él enseña”, describe Eugenia.

Ni un paso atrás en los paros de la UNAM

Veterinaria se va a paro. Las alumnas de la UNAM aseguran que intentarán todo lo posible para que la lucha logre sus objetivos.

En un pedazo de tela verde colgado en la entrada principal se lee la frase “Yo sí te creo”. Para las estudiantes es importante que sus compañeras sepan que nadie más desestimará sus denuncias ni las va a revictimizar, como acusaron a los abogados en el área de jurídico.

“Sabemos por compañeras que los abogados siempre ponían trabas, les decían que tenían que llevar un escrito con fechas y horas del acoso. Hubo casos en los que la denuncia nunca llegaba a la Unidad para la Atención y Seguimiento de Denuncias”, denuncia Liz.

Por ello, para evitar que más denuncias se perdieran, las alumnas organizadas de la UNAM ahora piden que jurídico sea integrado por una abogada y psicóloga con perspectiva de género.

Las alumnas también van a pelear porque la colectiva feminista Artemisas Veterinarias, sea reconocida ante las autoridades: “Que a los compañeros no les preocupe si perdemos clases, esas se pueden recuperar, el ciclo se puede ajustar pero la vida y dignidad de una compañera agredida, violada y maltratada, no. Con la acción directa no se pierde nada y se gana todo”, sentencia Eugenia.

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