Un barco a la deriva

La revuelta comenzó. Las voces de protesta al interior del PAN van en aumento y derivan de un sólo factor: el “pésimo resultado electoral” que obtuvieron en las urnas.

Por eso la dirigencia nacional anunció que en el Distrito Federal habrá un periodo de reflexión para definir el proyecto de trabajo hacia el 2015 y los nombres de quiénes tratarán de sacar a flote al albiazul.

En el 2006 el padrón de militantes activos creció de seis mil a 17 mil, y el de adherentes pasó de 42 mil a 90 mil. Son cifras irreales que no corresponden a la realidad.
"Tenemos que hacer un verdadero análisis porque el partido está en un verdadero espasmo (…)".
Carlos GelistaEx presidente del PAN en el DF

La revuelta comenzó. Las voces de protesta al interior del PAN van en aumento y derivan de un sólo factor: el “pésimo resultado electoral” que obtuvieron en las urnas.

Por eso la dirigencia nacional anunció que en el Distrito Federal habrá un periodo de reflexión para definir el proyecto de trabajo hacia el 2015 y los nombres de quiénes tratarán de sacar a flote al albiazul.

Y es que Acción Nacional es un barco a la deriva, “sin cabeza y con una tripleta de caciques dispuestos a acabar con el partido para favorecer sus intereses personales”, advierten militantes en un documento público.

Se trata de un oficio que fue entregado el sábado pasado al Comité Ejecutivo Nacional del partido, con una única petición: renovar los órganos de control (Consejo Político Estatal).

De acuerdo con el ex presidente del PAN en el DF Carlos Gelista, la diputada local Mariana Gómez del Campo, el delegado electo en Benito Juárez Jorge Romero y el subsecretario de Gobernación Obdulio Ávila, se adueñaron del partido.

En entrevista con Reporte Indigo, Gelista responsabiliza del fracaso electoral a estos tres líderes, quienes “nunca diseñaron una estrategia de cara a los comicios del primero de julio pasado”.

“Tenemos que hacer un verdadero análisis porque el partido está en un verdadero espasmo (…) La dirigencia está partida en tres pero el partido es mucho más que eso y es en lo que tenemos que trabajar”.

En su opinión, se tienen que llevar a cabo una serie de foros para entender el momento que atraviesa el partido y definir las acciones a emprender para reposicionarse.

Los foros pueden alargar la renovación de la dirigencia al menos hasta principios del 2013. Pero no importa, porque la estrategia del bloque opositor hacia los líderes actuales requiere de tiempo.

Según las estimaciones de Gelista, el grupo “En Causa” va a fondo. Su primer paso consiste en depurar el padrón de militantes de Acción Nacional.

El tema es medular, ya que advierte una reedición de las viejas prácticas perredistas durante los procesos internos de selección de candidatos a puestos de elección popular.

En el 2006 el padrón de militantes activos creció de seis mil a 17 mil y el de adherentes pasó de 42 mil a 90 mi. “Es demasiado, son cifras irreales que no corresponden a la realidad del partido”, dice un opositor.

Para el ex presidente, se trata de filiaciones hechas por los tres personajes antes mencionados para favorecer sus negociaciones y no de panistas comprometidos con el partido.

Tan así, que en la jornada electoral sólo se cubrió el 20% de las casillas, cantidad que equivale a dos mil 400 de las casi 13 mil que instaló el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), señala.

“Son acarreados para garantizar los espacios de poder, por eso no colaboran en el PAN y hay muchos casos en los que se tiene detectadas hasta 25 personas viviendo en un mismo domicilio, lo cual no puede ser”.

La reflexión señala que si la dirigencia nacional atiende la petición del grupo En Causa las posibilidades de sacar a Gómez del Campo, Ávila Mayo y Romero podrían adquirir un tinte real, ya que se quedarían sin ese respaldo.

El segundo paso, de conseguir el primero, sería renovar al Consejo Político Estatal, donde los tres bloques tienen repartidos los espacios de control y así acotar su margen de acción.

Los gritos de alerta iniciaron hace dos semanas con movilizaciones en la sede del PAN capitalino y ante la presión mediática de Gelista y sus seguidores consiguió captar la atención del CEN.

Hace dos semanas iniciaron las movilizaciones y las protestas en la sede local del albiazul, pero fue hasta el sábado pasado cuando lograron captar la atención de los consejeros nacionales.

Los actores que han tenido una fuerte presencia en el DF –José Luis Luege Tamargo, Gabriela Cuevas, Roberto Colín y Carlos Flores– fueron los encargados de recibir la petición.

Lo relevante del caso es que ninguno de los consejeros nacionales aquí citados simpatizan con Mariana, Jorge y Obdulio, ya que vieron frustradas sus intenciones de conseguir candidaturas en meses pasados.

Por eso se comprometieron a plantear la posibilidad de que se cree una Comisión Especial que analice el caso del DF y sancionar a los responsables del resultado obtenido en las elecciones pasadas.

“Es fundamental el análisis del DF, se tiene que analizar a fondo, creo que hay que crear y solicitar eso, una Comisión Especial para el Distrito Federal porque la derrota nacional tuvo mucho influencia por la situación del Distrito Federal”, añadió Carlos Flores.

Ahí Gabriela Cuevas evitó nombrar a los responsables de la debacle del PAN en la capital del país, pero se pronunció a favor de la propuesta de revisar el padrón de militantes.

“También hay que revisar a quiénes han jugado con las reglas del partido para proteger sus intereses mezquinos, a esas personas que se les sancione, no (son) el tipo de panistas que la ciudadanía quiere”, enfatizó Cuevas.

Los carteles que exhiben en cada protesta los simpatizantes de Gelista dicen: “Ni Felipe, ni Madero, el militante Primero”, “¿Hasta cuándo el PAN-DF seguirá en manos de una nueva generación del fracaso, de un triunvirato de caciques juveniles que desde el 2006 mantienen una dictadura?”.

Omar Pacheco, otro panista afín a Federico Doring, encabeza las exigencias de castigo a los dirigentes locales del albiazul, lo mismo que Agustín Castilla, Brenda Ruiz y Tayde González.
En todos los casos el actual presidente, Juan Dueñas, sale libre de culpa: “él llegó a la dirigencia en pleno proceso electoral, cuando ya se había puesto en marcha todo y sin rumbo fijo”, insisten los quejosos.

Coinciden en que el margen de acción que tuvo el actual líder local fue nulo. Tan así que nunca pudo nombrar a un titular de la Comisión de Elecciones o a un encargado de despacho.

La repartición

Pero las piezas clave siguen siendo Mariana, Obdulio y Romero, ya que su mayoría en el Consejo Político les da la pauta para elegir al próximo presidente del partido.

En los últimos años, la dupla Gómez del Campo y el delegado electo en Benito Juárez ha sido muy redituable; por eso ya se barajean nombres para la dirigencia estatal.

Entre ellos está el diputado local Mauricio Tabe, que cuenta con el aval de la legisladora y de Romero.

Otro nombre es el de Gelista. Hasta Miguel Errasti ha alzado la mano para reagrupar al panismo en la ciudad.

Sin embargo, la pugna será intensa y en ninguno de los frentes hay intenciones de ceder un palmo, en un PAN del que sólo las ruinas parecen quedar.

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