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Suicidios: cruda realidad

En los últimos cinco años los suicidios se han mantenido como un fenómeno constante en la capital del país, para prevenirlos experta de la UNAM recomienda campañas que promuevan la salud mental

A sólo unas horas de encontrarse a su novia besándose con otra persona en la escuela, Ismael Velásquez tomó la decisión de acabar con su vida. Tras acudir a todas sus clases en el turno matutino, el joven de 18 años de edad se dirigió a su casa en la Delegación Tlalpan. Y sin mediar palabra con ningún integrante de su familia decidió encerrarse en su habitación durante el resto de la tarde.

Luego de 6 horas y varios llamados para bajar cenar, su madre comenzó a preocuparse. Al no recibir respuesta y ver que la puerta estaba cerrada, ella llamó a su padre por teléfono para que le ayudase a abrir la misma. La mujer ya comenzaba a tener un mal presentimiento.

En los últimos cinco años, el suicidio en la Ciudad de México se ha mantenido como un fenómeno constante. Aunque toda acción para quitarse de la vida no está considerada como un delito, las cifras dan prueba de una alarmante realidad por la que atraviesan la ciudadanía en la capital.

Desde enero de 2013 y hasta el pasado mes de abril, la ciudad registró un total de mil 952 suicidios, según cifras proporcionadas por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local

En el primer año de ese periodo autoridades capitalinas reportaron 296 suicidios; en 2014 fueron 377; en 2015 la cifra ascendió a 382; y en 2016 se alcanzó la cantidad más alta con 391casos. Pese a esas cifras, en 2017 la cifra disminuyó a 373 suicidios, mientras que para los primeros cuatros meses de este año han sucedido 133.

De los mil 952 suicidios, mil 506 corresponden a hombres (77.15 por ciento) y 393 a mujeres (20.13 por ciento), mientras que en 53 defunciones (2.72 por ciento) no fue especificado el género, de acuerdo con información obtenida vía transparencia y con folio 0113000177918.

En el caso de Ismael, el derribar la puerta del cuarto, su abuelo y su mamá no encontraron a nadie. Se asomaron por la ventana y tampoco vieron nada extraño. Pero al abrir la puerta izquierda del clóset lo encontraron colgado del cuello mediante una corbata anudada. Inmediatamente cargaron el cuerpo para desamarrarlo y colocarlo en una cama. Tras minutos de llanto y desesperación, el adolescente poco a poco logró recobrar el conocimiento.

Las delegaciones que concentraron el mayor número de este tipo de actos fueron Iztapalapa, con 357 suicidios, equivalentes al 18.29 por ciento; Gustavo A. Madero con 237 correspondientes al 12.14 por ciento; Cuauhtémoc con 175, equivalentes al 8.97 por ciento; así como Álvaro Obregón con 144 personas finadas y un 7.38 por ciento. Con una sumatoria de 913 casos, los 4 territorios con mayor estadística de suicidios equivalen a un 46.77 por ciento del total general.

Por otro lado, las demarcaciones que presentaron la menor incidencia fueron Milpa Alta, con 39 decesos que representan un 2 por ciento; Cuajimalpa con 41 equivalentes al 2.10 por ciento; Magdalena Contreras con 71 y un 3.64 por ciento; y Miguel Hidalgo presentó 74 casos correspondientes al 3.79 por ciento. En conjunto, estas últimas 4 delegaciones reportaron un total 225 suicidios, correspondientes al 11.53 por ciento.

En la historia de Ismael, toda su familia se mantuvo a su lado el resto de la noche. Él habría pasado por su primera decepción amorosa y eso lo llevó a tomar esa decisión. A la mañana siguiente fue internado por poco más de un mes en una clínica psiquiátrica para tratar su depresión y así darle un nuevo orden a su vida.

Tras un análisis de los datos proporcionados, se detectó que la mayoría de suicidios fueron cometidos durante los meses de enero, abril y diciembre; mientras que mayo, junio y julio son los periodos donde menos personas atentan contra su vida.

Una vez terminado el tratamiento y las terapias, Ismael regresó a la vida diaria e incluso llegó a tener más novias con las que a pesar de haber terminado relación sentimental aún mantiene amistad.

“Él sobrevivió a ese impulso adolescente gracias al apoyo de su familia y al tratamiento médico”, asegura Ulises, hermano de Ismael, quien relató a Reporte Índigo los hechos ocurridos hace aproximadamente 8 años.

Detrás del mito

El suicidio debe ser entendido como un problema de salud pública y como un fenómeno multifactorial que se deriva de las dificultades que algunas personas pueden llegar a presentar al momento de hacerle frente a cuestiones emocionales e incluso sociales, explica la doctora Paulina Arenas Landragrave, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

“Se trata de un proceso complicado que se conforma por emociones, conductas y pensamientos relacionados directamente con el círculo social al que se pertenece, así como con el estado físico y biológico de la persona, sobre todo ante la necesidad de resolver problemáticas y ante la percepción que se llegue a tener de tales o cuales situaciones”
Paulina Arenas LandragraveInvestigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM

Vivir en un entorno disfuncional, no poseer una capacidad para autorregularse emocionalmente, acumular una serie de eventos estresantes, desarrollar trastornos de la personalidad (como la bipolaridad), presentar conductas depresivas, así como carecer de un fácil acceso a los servicios de salud mental, son las principales causas por la que podría ocurrir un suicidio, aclara la también catedrática.

Desde hace 20 años, y de acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, se ha marcado la tendencia de dos sectores poblacionales más proclives al suicidio en el país y en nuestra capital: en jóvenes y adultos-jóvenes, con una edad de entre 15 y 29 años, así como de entre 35 a 45, respectivamente, explica la especialista, no obstante, los detonantes suelen ser diversos: adicciones, pérdida de seres queridos, problemas de pareja, crisis financieras, entre otros.

Los indicadores más comunes para identificar a una persona con tendencias suicidas suelen presentarse con cambios drásticos en hábitos, conductas y actividades, además de autolesiones, un desprendimiento de bienes materiales y las manifestaciones expresas de desesperanza o derrota, señala la doctora Arenas.

“Para disminuir esta problemática es necesario implementar campañas que promuevan la salud mental, dejar de estigmatizar a las personas que padecen esta situación, además de invertir un mayor presupuesto en el área de salud para atender y prevenir este fenómeno, porque el suicidio es prevenible”.

Delegaciones en las que más personas atentan contra su vida

357 Iztapalapa

237 Gustavo A. Madero

175 Cuauhtémoc

144 Álvaro Obregón

*Fuente: Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México

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