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Soldados ¿para la paz?

Tras el anuncio del gobernado sustituto Salvador Jara de que será el gobierno estatal el que de nueva cuenta retome el control de las acciones de seguridad, el Gobierno Federal volvió a la añeja fórmula de militarizar la entidad en aras de lograr la pacificación de Michoacán.

El nuevo proceso de militarización -tras la designación del general Felipe Gurrola Ramírez como mando especial en materia de seguridad para el estado- no dista de las acciones que en su momento aplicó el presidente de la República, Felipe Calderón, en diciembre del 2006.

Tras el anuncio del gobernado sustituto Salvador Jara de que será el gobierno estatal el que de nueva cuenta retome el control de las acciones de seguridad, el Gobierno Federal volvió a la añeja fórmula de militarizar la entidad en aras de lograr la pacificación de Michoacán.

El nuevo proceso de militarización -tras la designación del general Felipe Gurrola Ramírez como mando especial en materia de seguridad para el estado- no dista de las acciones que en su momento aplicó el presidente de la República, Felipe Calderón, en diciembre del 2006.

A la lucha contra el crimen organizado que se ha declarado actuante en algunos reductos de la zona sur de Michoacán, se han designado al menos otros 3 mil soldados, con lo que la cifra de elementos del gobierno en acciones de combate al narcotráfico estaría llegando a más de 12 mil, entre Policías Federales, gendarmería nacional, elementos de la Marina Armada y de la Secretaría de la Defensa Nacional.

El General Gurrola Ramírez explicó que la intención de ese despliegue es retornar al estado de derecho que le fue arrebatado a la sociedad por las células criminales. 

La acción militar tiene como principal objetivo el desmantelamiento del cártel de Los Caballeros Templarios, del que se ha reconocido oficialmente que continúa con acciones violentas.

No estaban muertos

Apenas en noviembre pasado, el enviado presidencial para la pacificación y desarrollo de Michoacán, Alfredo Castillo, anunció que el cártel de Los Caballeros Templarios ya estaba desmantelado como resultado de la anulación de su capacidad financiera y la eliminación de algunos de sus principales líderes.

Ahora el mando militar le corrige la plana al excomisionado. 

El objetivo, (otra vez) ‘La Tuta’ 

El despliegue militar en Michoacán tiene como finalidad la detención de Servando Gómez Martínez, el jefe principal del cártel de Los Caballeros Templarios.

El líder visible del principal cártel de las drogas en Michoacán, es de todos los narcotraficantes el que más elementos federales ha movilizado tras de sí. 

Ni Joaquín “El Chapo” Guzmán -considerado el capo de las drogas de mayor notoriedad en los últimos 15 años- había concentrado tal Fuerza Federal con el objetivo de su captura. Para la detención de “El Chapo”, la Federación envió cerca de 6 mil solados a Sinaloa. 

Para la detención de “La Tuta” ya suman 12 elementos los que han sido movilizados.

La misma estrategia ¿nuevo resultado?

El 6 de diciembre del 2006, el entonces presidente Felipe Calderón anunció la Operación Conjunta Michoacán, para encarar al crimen organizado. 

En ese momento ingresaron a la entidad 6 mil 714 efectivos del Ejército, Fuerza Aérea, Policía Federal y de la PGR.

A partir de ese momento, el estado de Michoacán pagó la incursión militar con más de mil muertos por año y cerca de 2 mil desaparecidos durante el sexenio.

Ahora, la llegada de más tropas militares al estado fue aplaudida por el gobernador Salvador Jara, quien insistió en señalar que la estrategia de seguridad estará bajo la instrucción del gobierno estatal.

Resaltó la colaboración con el mando especial designado por el Gobierno Federal hace apenas unos días.

Las acciones de la Federación en la primera incursión formal contra el crimen en este sexenio han dejado la incautación de vehículos, armas, caballos e inmuebles a presuntos miembros del crimen organizado.

Hasta el momento, se sostiene la versión de que tras el ingreso de Fuerzas Federales a la zona de Apatzingán, se han registrado al menos cuatro enfrentamientos de escasa duración, en donde no se ha oficializado ningún deceso ni heridos.

La violencia en la zona en el sur de Michoacán se comenzó a generalizar desde la semana pasada, apenas se anunció la salida del comisionado Alfredo Castillo. 

En otras partes de la entidad, según reportes de la Procuraduría de Justicia de la entidad, desde la semana pasada se comenzó a disparar la delincuencia común.

Se ha registrado incremento en robos a casa habitación, homicidios y asaltos a comercios. 

La versión oficial de la jornada de violencia que se vive en la Tierra Caliente apunta a una reacción de algunos grupos de civiles que se niegan a la presencia de las Fuerzas Federales en la zona.

No operan otros cárteles

De acuerdo a la visión del general Felipe Gurrola Ramírez, en el estado de Michoacán el único cártel que se mantiene operando es el de Los Caballeros Templarios. 

El mando militar descartó que el territorio esté siendo objeto de disputa entre otros grupos criminales con el cartel local. 

Para evitar que ingresen a la entidad otros cárteles, una vez que se desarticule el de Los Caballeros Templarios, Gurrola Ramírez estima un programa de blindaje al estado.

Fortalecerá la presencia militar en las zonas limítrofes de Michoacán con Jalisco, Guerrero y Guanajuato.

Ese sería el mecanismo para cerrar el paso al ingreso de los cárteles de Los Zetas, que podrían llegar por el estado de Guanajuato, al cártel Jalisco Nueva Generación, que podría ingresar desde Jalisco y al cártel de los Guerreros Unidos, que entraría virtualmente desde el estado de Guerrero.

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