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Sigue la huelga, fracasa la autoridad

Hay impasse en el conflicto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). La intervención de la Asamblea Legislativa del DF (ALDF), del gobierno capitalino y de la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) falló. 

El conflicto en la UACM se mantiene: la Rectoría no quiere la conformación del Tercer Consejo Universitario y los disidentes rechazan la permanencia de Esther Orozco. 

Por ello, la propuesta que elaboraron los legisladores locales para concluir con la huelga se convirtió en una simple carta de buenos deseos.

Por ahora, solo quedan dos opciones: sacar a los huelguistas utilizando la fuerza pública o que renuncie Esther Orozco

Hay impasse en el conflicto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). La intervención de la Asamblea Legislativa del DF (ALDF), del gobierno capitalino y de la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) falló. 

El conflicto en la UACM se mantiene: la Rectoría no quiere la conformación del Tercer Consejo Universitario y los disidentes rechazan la permanencia de Esther Orozco. 

Por ello, la propuesta que elaboraron los legisladores locales para concluir con la huelga se convirtió en una simple carta de buenos deseos.

Al superar los tres meses desde que comenzó la toma de planteles, la ALDF puso en la mesa de discusión el documento que sugiere la conformación de un consejo especial, integrado por 50 involucrados.

Ahí se indica que se tienen que respetar los derechos de los consejeros universitarios que se encuentran en juicios de amparo y están pendientes de resolución.

También, que el consejo resuelva la realización de procesos electorales en aquellos planteles y carreras donde todavía hay vacantes, a efecto de que se integre de manera completa el Tercer Consejo Universitario como máxima autoridad de la universidad.

Pero de manera informal se les aclaró a los huelguistas que la cabeza de Esther Orozco no está en juego, por lo que su exigencia central quedaría sin efecto. 

Así, los disidentes consideran que poner punto final al  conflicto, en lo que queda de la administración de Marcelo Ebrard, representa un simple y llano fracaso. 

Hasta el momento la decisión va en un solo sentido: mantener la huelga durante los próximos 15 días en espera de dos opciones: que los saquen utilizando la fuerza pública o que salga de la institución Esther Orozco.

Para la mayoría de los paristas, el conflicto está muriendo, pero por causa natural, empezando por el hartazgo estudiantil y terminando por los intereses personales que cobran fuerza en un grupo de poder. 

Y este último lo encabezan Aleida Gaspar y Javier Marmolejo, quienes han emprendido una serie de acciones sin consultar al grupo opositor, incluso han prohibido a los propios paristas el ingreso a los planteles.

Fuentes consultadas por Reporte Indigo explican que la fuerza del movimiento es cada vez más débil; la gente que se coloca en las barricadas está disminuyendo. 

“Al principio había más de 20 personas cuidando cada uno de los accesos a los cinco planteles. Ahora solo ves grupos de cinco personas, cuando mucho, y hay algunas zonas que ya no tienen a nadie.

“Lo que vemos es preocupante, ya que en algunos casos hay solo 10 personas apoderadas de un plantel. Además, están tomando el movimiento para fines personales”. 

La fuente se refiere a las propuestas que han puesto sobre la mesa los líderes huelguistas, entre las cuales destaca la exigencia de incorporar a la plantilla laboral a los principales dirigentes. También han lanzado propuestas de quién debe sustituir en el cargo de rectora a María Esther Orozco. Candidatos como Paco Ignacio Taibo II y Hugo Aboites.

Al interior de los planteles las condiciones son deplorables, cúmulos de basura, grafitis y baños tapados son la constante, motivo que ha orillado a la mayoría de los paristas a dejar de apoyar el movimiento.

En la edición del 14 de noviembre pasado, Reporte Indigo informó de la aparición de un tercer frente de batalla: los neutrales. Estos han cobrado fuerza en los últimos días y se prevé que en el transcurso de la semana próxima intervengan en el conflicto con mayor fuerza. 

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Por eso, la guerra de poder que atraviesa esa institución académica se ha convertido en un arma de doble filo, donde cualquiera puede salir afectado.

La Comisión Tripartita había asegurado ayer que fijaría una posición sobre cuál de los dos rectores —Esther Orozco o Enrique Dussel— era el legítimo para el gobierno capitalino.