Los niños, quienes al estar expuestos a una mala alimentación y al estrés corren mayor riesgo de padecer diabetes

Riesgo pandémico: niños con diabetes por malos hábitos

La diabetes es un padecimiento que cada vez se presenta más en niños debido a los malos hábitos alimenticios; por ello expertos en nutrición recomiendan disminuir el consumo de productos procesados y azúcares, lo que ayuda a evitar esta y otras enfermedades crónico-degenerativas

En estos tiempos de pandemia es muy importante cuidar la salud de los niños, quienes al estar expuestos a una mala alimentación y al estrés corren mayor riesgo de padecer diabetes desde edades tempranas.

Expertos llaman a tomar más en cuenta la alimentación de los menores de edad e incentivar en ellos hábitos saludables, ya que no se les puede dejar la decisión sobre qué tienen que comer.

Expertos del Laboratorio de Datos Contra la Obesidad (Labdo) reunidos en el Foro de Bienestar, hablaron acerca de los puntos a tomar en cuenta para evitar el desarrollo de este padecimiento.

La obesidad y el sobrepeso son padecimientos muy comunes en el país que a su vez están vinculados directamente con el desarrollo de la diabetes tipo 2

Signos de alerta de la diabetes

Es muy importante identificar los signos de alerta en la diabetes tipo 2 en menores de edad, afirma el maestro Arturo Gómez Pedraza, especialista en nutrición aplicada y docente en instituciones académicas en Yucatán.

“Dentro de las características que podríamos empezar a ver a manera de alerta para identificar esta situación, está la micción: orinar de manera frecuente, lo que incluso puede llevar a mojar la cama durante la noche”, explica el especialista.

El nutriólogo asegura que estos síntomas van de la mano con otros como mucha sed, cansancio, presentar disminución de peso y aumento del apetito entre otros factores.

De presentarse, es importante la revisión médica de rutina y el acercamiento con profesionales de la nutrición.

“Lo primordial siempre van a ser los tamizajes nutricionales (exámenes médicos) en etapas muy tempranas del niño. Es decir, casi quizás desde nacidos, todos estos tamizajes se le puedan estar realizando”, explica.

Algunos de estos comportamientos se pueden presentar de manera eventual en el niño debido a su rutina, por lo que es importante revisarlos con cautela.

“Muchas veces el menor puede ser juguetón y anda de aquí para allá, entonces evidentemente este aumento del gasto energético también le va a provocar más sed y le va a provocar más hambre y muchas veces puede ser que no identifiquemos algún padecimiento”, advierte Arturo Gómez Pedraza.

Obesidad, vínculo directo

El doctor Guillermo Arteaga MacKinney, doctor en Ciencias de Alimentos por la University of British Columbia, considera que la obesidad está vinculada directamente con el desarrollo de diabetes tipo 2.

“La obesidad en niños y niñas hace cinco o hasta 10 veces más probable que padezcan diabetes”, explica el especialista del Laboratorio de Datos Contra la Obesidad.

Considera que, además de una mejora en la alimentación que incluya más alimentos naturales y menos productos ultra procesados como enlatados y otros, es necesario el consumo de más agua y menos refrescos y jugos endulzados.

“Hay que reconocer que la dieta en general de los mexicanos es muy deficiente. Somos campeones en el consumo de refrescos y dulces o comida chatarra”

Los padres de familia tienen que incentivar el consumo de productos sanos en los niños a través del ejemplo.

“Se trata de buscar incrementar el consumo de verduras, el consumo de frutas, la hidratación con agua es muy importante y empieza con el ejemplo”, expone.

Es fundamental tomar con mayor seriedad la alimentación de los menores de edad e incentivar en ellos hábitos saludables para evitar que desarrollen enfermedades en sus primeras etapas de vida

Riesgo en casa

Con la pandemia por COVID-19 muchos menores de edad se quedaron más tiempo en casa y su alimentación se vio alterada, dice la nutrióloga Arianna Omaña Covarrubias, investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

“Específicamente en el caso del COVID-19, los niños se tuvieron que quedar muchas veces solos en sus casas porque no había esta parte de llevarlos a la escuela, la poca actividad que hacían se limitó y algunos se hicieron responsables de alimentarse solos.

“Además se consumieron más productos industrializados y más chatarra que llevó a un incremento en el consumo de azúcares y grasas, que son la base justamente para desarrollar enfermedades como la diabetes”
Arianna Omaña CovarrubiasNutrióloga e investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

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