30 años de una (R) evolución literaria

Aunque los avances tecnológicos y las tendencias de consumo han ido cambiando con el paso de las generaciones, 30 años de historia han logrado robustecer y consolidar a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, a la que su directora califica como la mejor feria del libro en español.

La internacionalización y la categorización de que es la principal feria del libro en español en el mundo (…) es un lugar para hacer negocios, es un lugar fundamental 
Marisol Schulz Manaut Directora general de la FIL Guadalajara

Aunque los avances tecnológicos y las tendencias de consumo han ido cambiando con el paso de las generaciones, 30 años de historia han logrado robustecer y consolidar a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, a la que su directora califica como la mejor feria del libro en español.

“La Feria ha ido evolucionando con esa evolución de la sociedad a la que está dirigida. Entonces, por un lado, es ese gran público que se ha atendido de esa manera muy perceptible, tan evidente que la gente sigue llegando y que esa gente que fue, como niña, a los talleres infantiles, ahora lleva a sus hijos.

“Eso es innegable, pero al mismo tiempo la internacionalización y la categorización de que es la principal feria del libro en español en el mundo, no se la da la asistencia solamente de jaliscienses, se la da la asistencia de 20 mil participantes de 44 países; es un lugar para hacer negocios, es un lugar fundamental”, dice en entrevista con Reporte Indigo Marisol Schulz Manaut, directora general de la FIL Guadalajara.

Solo un dato: en todos estos años más de 12 millones de personas han recorrido los pasillos de la FIL, tantas como ocho Guadalajaras ahí adentro, con un libro en las manos.

Creada en 1987 durante la rectoría de Enrique Alfaro Anguiano en la Universidad de Guadalajara, la FIL ha tenido una gran relevancia para la cultura en Guadalajara y México.

Aunque fue durante la rectoría de Raúl Padilla López (1989- 1995) que tomó el impulso que tres décadas después la llevaría a alcanzar la relevancia internacional que hoy ostenta.

Ya desde su primera edición, Miguel Bolívar Zapata, primer director de la FIL Guadalajara y quien había dirigido la FIL en el Palacio de Minería de la Ciudad de México, la catalogaba como un evento de gran envergadura para Latinoamérica.

En su primer año la Feria estuvo dedicada al escritor jalisciense Juan José Arreola, y sería siete años después, en 1993, cuando adoptó la figura del país invitado para cada edición.

Ahora, ante la celebración de su tercera década y como un magno evento cultural, será la región de Latinoamérica la que sirva como motivo para reunir a los diversos países que conforman lo que, para Schulz, “es una abstracción” regional

 Es tal la trascendencia de este evento literario del Occidente de México, que el pasado 23 de noviembre se publicó en la revista Publishing Perspectives –especializada en temas editoriales– un artículo titulado “Brazilian Publishers Gravitate to Mexico’s Guadalajara Book Fair”, sobre lo importante que es la FIL de Guadalajara para la industria editorial brasileña, actualmente en crisis.

“De repente en esa temática sobre qué ha pasado con Guadalajara leemos un artículo de la importancia (de la FIL) para la industria editorial brasileña, qué curioso.

Son 20 mil profesionales del libro que durante nueve días se encuentran con sus pares”, comenta Marisol Schulz.

> ¿Qué ha representado la Feria del Libro no sólo para Guadalajara sino para el país o la región?

Marisol Schulz (MS): No es sólo una feria de compra y venta de libros.

En otros idiomas se llama festival, se llama salón de libro. Pero lo que implica el concepto de “feria del libro” es un concepto más amplio, porque desde sus inicios la Feria de Guadalajara se propuso ser una feria para profesionales.Desde un principio se propuso ser una feria de cara al público, y en 30 años imagínate lo que ha cambiado, los consumos, la manera de pasar el tiempo libre en 30 años, cómo se vivía y cómo se vive ahora.

> ¿Qué significado tiene para la FIL el que en sus 30 años sea la región de Latinoamé- rica el “país invitado”?

MS: La palabra “país invitado” obviamente ya no le queda a América Latina, la feria del libro ha tenido también invitados a regiones (…).

Sí queríamos celebrarlo a lo grande, y una manera de reconocer y agradecer a quienes nos han acompañado en nuestro camino, es ver los países que han estado y que han tenido sus autores, que han tenido su literatura, su cultura, pero que no han tenido un papel protagónico porque su circunstancia económica o política no lo han permitido. Países de Centroamérica, Bolivia, Ecuador, Paraguay, que no fácilmente pueden tener la representación que implica venir a Guadalajara como invitado de honor. No dejo de decir que Amé- rica Latina es una abstracción, y como tal vamos a hacer una representación de esa abstracción estos nueve días.

>Escritores latinoamericanos como Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes le dieron un gran apoyo a esta Feria ¿cómo ha impactado eso en su desarrollo?

MS: Es fundamental la presencia de los grandes autores.

Por supuesto los grandes autores en nuestro idioma, que tienen más cercanía con el público como un Carlos Fuentes, un Mario Vargas Llosa -que la repite- o Gabriel García Márquez, que tantas veces vino. O no solamente en nuestro idioma, José Saramago también fue un gran asiduo a la Feria y que, además, aun ya fallecido, sigue viniendo. Vamos a tener los 30 años de “La balsa de piedra”, vamos a celebrar con Pilar del Río –su viuda– los 30 años del libro de Saramago. Vamos a celebrar el libro póstumo de Carlos Fuentes. Es decir, son autores que ahí están, que su literatura y obra quedan. Pero también los grandes escritores, en muchos idiomas, empezaron a ver un sentido en venir a la feria por el encuentro con sus lectores.

>La FIL siempre ha sido un evento de amplia discusión política, por los intelectuales que conversan con su público y debaten. América Latina como invitado y el triunfo de Donald Trump, ¿qué expectativa de discusión se ha generado para esta edición?

MS: Más allá de preguntarse qué es América Latina, preguntárselo en términos literarios y sin dejar de pensar que la literatura es el eje o la columna vertebral de toda la feria, la FIL tiene esta otra parte que es una feria del debate, de las ideas, de los temas de actualidad que nos competen.

Y desde antes de saber que iba a ganar Trump, porque esto se organiza con mucho tiempo de anticipación, se habían preparado un par de mesas. Hay un foro de migraciones que se ha dado con mucha frecuencia donde se maneja de las políticas migratorias a nivel internacional, pero con un punto muy específico con lo que es la relación México-Estados Unidos. Este año hay una mesa de discusión sobre el fenómeno de los dreamers, viene además una periodista que radica en California y que ha trabajado estos temas, hay libros de los dreamers en los salones de presentación. Pero la propia Universidad de Guadalajara tiene un foro, o un par de paneles, donde se va a discutir el impacto de las elecciones de Estados Unidos. Ya se había pensado en el panel, ahora es más pertinente que nunca.

> ¿Cuáles han sido los retos de la Feria Internacional del Libro a lo largo de estos 30 años? Por ejemplo, fenómenos como los booktubers o el libro electrónico.

MS: Yo creo que eso, más que retos, son tendencias, son fenómenos que se dan a nivel internacional, es una nueva manera de reseñar los libros.

Esta palabra –horrorosa, porque hay que decirlo– de los “influenciadores”, porque en inglés se dice influencers (…) son modas nuevas, hace cuatro años no existía un “influenciador”, una gente que por YouTube te decía cómo se peinaba y entonces 28 millones de personas la seguían.

Sigue leyendo “Las marcas de la FIL” por Luis Herrera

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