Recomendaciones: juego mediático

La recomendación como figura o acción máxima de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) termina siendo un mero montaje mediático ante el poco trabajo de este organismo para sancionar a los cuerpos policíacos infractores. 

Para Carlos Peralta Varela, coordinador del programa institucional de Derechos Humanos y Paz del ITESO, las recomendaciones son un juego mediático donde la autoridad se siente visiblemente ofendida, pero éstas solo quedan en la buena voluntad.

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Violaciones a DDHH de autoridades de Seguridad y Justicia Penal por cada 100 mil habitantes en 2010
"No ha habido una sola autoridad policiaca que haya sido sancionada por tortura en Jalisco”
Carlos PeraltaDDHH y Paz ITESO
La CEDHJ no ha dado seguimiento a las recomendaciones de 2011 sobre instituciones de seguridad pública

La recomendación como figura o acción máxima de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) termina siendo un mero montaje mediático ante el poco trabajo de este organismo para sancionar a los cuerpos policíacos infractores. 

Para Carlos Peralta Varela, coordinador del programa institucional de Derechos Humanos y Paz del ITESO, las recomendaciones son un juego mediático donde la autoridad se siente visiblemente ofendida, pero éstas solo quedan en la buena voluntad.

“Las recomendaciones, aunque han incrementado su número, siguen siendo instrumentos por los que se da a conocer cuándo las autoridades cometen una falta, pero no es algo que lleve a componer de fondo lo que aconteció”. 

Y es que el máximo organismo estatal de Derechos Humanos no ha dado seguimiento a las recomendaciones que presentó en 2011 ante las instituciones de seguridad pública.

El número de recomendaciones ante las autoridades de seguridad ha ido al alza, tan sólo la Procuraduría General de Justicia del Estado reúne 51 y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado tiene 17, ambas en el gobierno de González Márquez.

Ante la endeble labor del titular de la CEDHJ, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, se pone en duda la aplicación de recomendaciones y el seguimiento de las mismas.

“Se han dado en los años que ha estado al frente Álvarez Cibrián 826 procedimientos administrativos, es decir se han investigado a 826 personas, pero ¿qué han modificado estas recomendaciones?”, cuestiona Peralta Varela.

Para México Evalúa, Centro de Análisis y Políticas Públicas, Jalisco fue el estado dónde más presuntas violaciones a Derechos Humanos ocurrieron por parte de las autoridades de seguridad ciudadana en 2010.

En el estado la cifra se estima en 171 por cada cien mil habitantes,  casi 50 más que en el Distrito Federal, entidad que se encuentra en segundo lugar.

Ante la situación de inseguridad en Jalisco y el país las violaciones a derechos humanos por parte de policías también se elevan, pues uno de cada cuatro policías no pasan las pruebas de control de confianza.

La tortura como una de las prácticas más habituales por parte de los uniformados es parte de un círculo vicioso, menciona Peralta Varela.

“No ha habido ni una sola autoridad policiaca que se haya llevado a un juicio ni haya sido sancionada por tortura en Jalisco, a pesar de que tenemos una ley expedita para esa cuestión. En Jalisco la ley en torno a la tortura es letra muerta.  

“Pedir que se abra una investigación sobre tal funcionario cuando es tema de tortura es lo mínimo que debe hacerse, pero tal vez un Ombudsman debería ir más allá, debería luchar porque ese tipo de prácticas se erradiquen”, insiste el académico.

Preparación policiaca

Si bien es cierto que la protección de los ciudadanos está a su cargo, los procesos de reclutamiento de policías dejan de lado la formación humanística.

Uno de los requerimientos para ser policía estatal es que basta con haber cursado la secundaria. Existen otros referentes a la apariencia y perfil de los reclutados.

Sólo los policías municipales de Zapopan y Guadalajara cubren el requisito de haber estudiado preparatoria.

A pesar de ello, la oportunidad para crecer y formarse como personas a la par de ejercer su labor es muy reducida. 

Existen policías que nunca han recibido una capacitación referente a los derechos humanos en sus más de 10 años de ejercicio.

Para los más de 23 mil policías solo bastaron de 6 a 8 meses de entrenamiento en defensa personal, manejo de armas y cuestiones jurídicas. 

Aunque la selección de los policías ha mejorado, según Peralta Varela la formación deficiente de los cuerpos policíacos y los tiempos tan cortos de respuesta a un operativo orilla a incumplir con lo establecido en la ley para detener a un individuo.

Por ello se dan detenciones e incluso asesinatos que violan las garantías de los acusados, como fue el caso del padre de Jesús Dávila Ceballos, que murió por abuso policial a inicios de 2012.

Existen pocas opciones de crecimiento en lo académico y formativo para los policías en Jalisco, una de ellas es la Licenciatura en Seguridad Pública.

La Academia de Policía y Tránsito de Jalisco oferta esta carrera universitaria a la que cualquier elemento tiene acceso. Sin embargo en los ocho semestres de carrera la formación integral en derechos humanos sigue ausente.

Sólo tres de las 48 asignaturas hablan de una formación humanística. 

Peralta Varela afirma que no sólo es responsabilidad de la formación de los cuerpos policíacos sino del propio sistema de procuración de justicia que impide que los índices de impunidad bajen.

“Es cierto que es deficiente la formación, pero el mayor problema para que ellos sean violadores de derechos humanos está en el sistema mismo”.

Los propios Ministerios Públicos son corresponsables de algunas violaciones pues permiten que los policías actúen sin una orden ministerial.

“Los procedimientos para detener a un presunto criminal caen en una especie de círculo vicioso.

“Pues para que los policías puedan ir y detener a alguien para entrevistarlo, depende también de la labor del Ministerio Público”.

“En muchos casos a la policía le marcan tiempos, y tiempos que están por encima del Ministerio Público”.

El ombudsman 

El titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Jalisco (CEDHJ) representa el emblema de lo que sucede en el estado en la materia. 

La impunidad y el autoritarismo han permitido que Felipe de Jesús Álvarez Cibrián permanezca en su puesto.

Además de que organismos de la sociedad civil como el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) han visto una barrera en la figura del ombudsman, destaca Carlos Peralta Varela.

“A los grupos que trabajan con temas de género, literalmente les cerró la puerta para que no pudieran entrar a las reuniones de consejo que son públicas. Álvarez Cibrián no ha tenido la capacidad de llegar al diálogo con ellos”.

El último proceso de selección del titular de la CEDHJ no cumple con lo establecido por la ley, pues se ratificó a Álvarez Cibrián como titular de la Comisión sin siquiera realizar una consulta pública.

En medio de este proceso de selección a todas luces inadecuado, que además se anticipó por casi 7 meses, organizaciones como Cladem y la Red Jalisciense de Derechos Humanos se mostraron asombradas por la premura.

“Debe haber una consulta ciudadana para que el ombudsman sea un representante popular, para ver quién pudiera ser el mejor garante de los derechos humanos y eso no se hizo”, aclara Peralta Varela.

A pesar de que este proceso se ajustó en lo mínimo a la legalidad, resulta ilegitimo en términos de espíritu, agregó.

No todos los organismos cuestionaron que Álvarez Cibrián se volviera a postular, sin embargo en ningún momento se ha evaluado el trabajo que había realizado en su primer periodo en la CEDHJ.

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