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¿Qué hacer con la basura ‘buena’?

Todos los días, un ejército de 500 mil personas que acuden a vender, comprar y trabajar en la Central de Abasto de la Ciudad de México produce mil 398 toneladas de basura, el 10 por ciento de las 13 mil toneladas de la capital.

Visto en perspectiva, el mercado más grande del mundo genera por sí solo la misma cantidad de basura que cinco delegaciones juntas: Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco.

1,398
toneladas de basura produce al día la Central de Abasto capitalina
El biodigestor podría estar funcionando a finales de 2017, justo cuando Miguel Ángel Mancera decida si busca la candidatura para la presidencia
La Central de Abasto genera por sí sola la misma cantidad de basura que cinco delegaciones juntas: Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco

Todos los días, un ejército de 500 mil personas que acuden a vender, comprar y trabajar en la Central de Abasto de la Ciudad de México produce mil 398 toneladas de basura, el 10 por ciento de las 13 mil toneladas de la capital.

Visto en perspectiva, el mercado más grande del mundo genera por sí solo la misma cantidad de basura que cinco delegaciones juntas: Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco.

Después de la crisis que el Distrito Federal enfrentó por no tener dónde tirar las miles de toneladas de desechos cuando el Gobierno del Estado de México le cerró los tiraderos durante la crisis ocasionada por las contingencias ambientales, la administración local prepara un terreno de 70 mil metros cuadrados para construir una planta biodigestora, justo ahí en la Central de Abasto.

La importancia de la generación de desechos que representan los nueve mercados internos de la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda) obligan a pensar cómo explotar las mil 398 toneladas diarias.

Así se distribuye la generación de basura en ese lugar: 695 toneladas diarias en el mercado de frutas y legumbres; 438 el de flores y hortalizas; 86 en el de subasta y productores; 27 en el de envases vacíos.

Además de 73 toneladas en el Jamaiquita; 25 en el de Zona Norte; 17 el de aves y cárnicos y otras 17 en el de pernocta.

El 80 por ciento de desechos es producción de papel y PET, a los que por sí mismos lo propios locatarios le encuentran valor.

Sin embargo el 20 por ciento restante es basura orgánica, de la que se pretende producir energía.

Entre tirar y pepenar

Juan Lau Damián, coordinador de operación de la Ceda, explica a detalle lo que ocurre con las miles de toneladas de basura que producen las actividades comerciales de las 4 mil 500 bodegas que existen en ese mercado.

El 20 por ciento de la basura es orgánica, se trata de productos comestibles que a diario son retirados de los puestos para dar cabida a la constante producción que llega al mercado.

Al menos 500 personas realizan cada día la pepena de lo que aún sirve para su reventa en pequeños puestos de la capital o el consumo personal, para luego dar paso a un batallón de 317 empleados que se encargan del servicio de limpieza, de las seis de la tarde hasta las diez de la noche.

La basura que se recolecta es trasladada a los depósitos convencionales en el Bordo de Xochiaca, en el municipio de Nezahualcoyotl, Estado de México (el 80 por ciento), y el restante se va para Hidalgo.

Alumbrado de desechos

Con ese escenario a cuestas y con enorme presión y necesidad de proyectos que desahoguen el problema de qué hacer con la basura, es que avanza la construcción de la planta biodigestora.

En ella participan no sólo la Central de Abasto, en cuyos terrenos se albergaría, sino también la Secretaría de Obras, Medio Ambiente, Finanzas y Oficialía Mayor.

El propósito es procesar ahí aproximadamente 2 mil toneladas diarias de basura para convertirla en energía.

Para la Ceda es un proyecto que representa una salida redituable al problema de la basura orgánica, y que ésta no se pierda con los desperdicios que van a parar a los tiraderos del Estado de México o Morelos.

Además de que gran parte del alumbrado pudiera ser alimentado con la energía producida por la planta de biodigestión.

De acuerdo con la ruta trazada para consolidar el proyecto, el terreno de 70 mil metros cuadrados propiedad del Fideicomiso de la Central de Abasto tuvo que pasar por un proceso de reinversión a partir del cual vuelve a las arcas de la administración local.

La inversión estimada de la planta biodigestora es de aproximadamente 4 mil millones de pesos.

Problema añejo que nadie quiere

Desde el cierre del Bordo Poniente, el Gobierno de la Ciudad de México ha peregrinado para encontrar basureros receptores de las miles de toneladas diarias que produce la capital.

También ahí en el Bordo Poniente se anunció que se instalaría uno de los sistemas más importantes de captura de biogas, sin embargo desde la clausura de este basurero nada ha cuajado.

Hace poco más de tres meses, el Distrito Federal reactivó el dilema: ¿qué hacer, dónde tirar la basura de los chilangos?

Cuando Miguel Ángel Mancera le recriminó a Eruviel Ávila su inacción en el tema de contaminación, el mandatario del Edomex respondió con una acción contundente: cerrar los tiraderos e impedir que se tirara en su territorio basura de los capitalinos.

A la contingencia ambiental se sumó la crisis de la basura, por lo que Mancera tuvo que pedir al gobierno de Morelos, que dirige Graco Ramírez, que recibiera los camiones y contenedores con las miles de toneladas de basura de los capitalinos, lo que incrementó los costos por el traslado a un estado más lejano.

Al paso de los días, la Secretaría de Medio Ambiente federal fungió como mediador entre el Distrito Federal y el Estado de México, y Eruviel Ávila aceptó abrir de manera temporal los basureros mexiquenses.

Con ese sabor amargo, avanza el proceso para darle valor a este tipo de basura y convertirla en energía.

Si todo resulta, el biodigestor podría estar funcionando a finales de 2017, justo cuando Miguel Ángel Mancera anuncie si toma la decisión de emprender la búsqueda de la candidatura a la presidencia.

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