La batalla azul

Como ha ocurrido en los últimos años, conforme se acerca la sucesión presidencial, en el PAN han comenzado a surgir las fracturas derivadas de la lucha por el poder.

 

Hasta ahora, tres se perfilan para buscar la candidatura panista en el 2018: Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle
Gustavo Madero sugirió la creación de una ‘Comisión de Piso Parejo’ para que todos los aspirantes a la candidatura presidencial tengan la misma oportunidad
“No se debe construir la candidatura a partir de un puesto, sino a partir de un liderazgo, de sus propuestas; y no que sea el puesto el que esté generando las condiciones de competitividad de (los) candidatos internos de nuestro partido” 
Gustavo Maderodiputado federal
y expresidente del PAN

Como ha ocurrido en los últimos años, conforme se acerca la sucesión presidencial, en el PAN han comenzado a surgir las fracturas derivadas de la lucha por el poder.

 

Las intenciones de varios miembros del partido por lograr la candidatura albiazul, o por trabajar para concretar una alianza con el PRD rumbo al 2018, han traído como consecuencia que sean varios quienes se hayan inconformado por las condiciones en que se está manejando al PAN.

 

Hay quienes ya piden un piso parejo en la carrera presidencial.

 

El reposicionamiento del blanquiazul sólo ha logrado traer más divisiones al partido. Aunque todos los involucrados pregonan un discurso de unidad, al interior las conspiraciones aumentan para quedarse en el poder.

 

Conforme se acerca el proceso electoral del 2018, los golpes van subiendo de tono. Quienes eran aliados ahora son rivales.

 

La falta de un liderazgo fuerte y la intención de alcanzar la candidatura presidencial del propio líder nacional, Ricardo Anaya, han complicado el avance que podría tener el PAN si avanzara unido.

 

El ambiente de división ya se siente no sólo en la cúpula panista, en el centro del país, sino en los estados, donde ya permearon los problemas internos.

 

Todo esto ocurre en la víspera de las elecciones en Nayarit, Coahuila y el Estado de México; este último emblemático por ser considerado el preámbulo de la sucesión presidencial.

 

Crisis recurrente

 

Es una historia conocida entre los panistas: desde que conquistaron la Presidencia de la República en el año 2000, cada que se acerca el fin de un sexenio son sacudidos por una crisis interna para ver quién se queda con la candidatura presidencial.

 

En el 2005, el PAN tuvo una contienda interna de la que salió electo Felipe Calderón como candidato presidencial, pero antes de eso la enfrentó con Santiago Creel y Alberto Cárdenas.

 

Ese año el rompimiento ocurrió cuando el entonces presidente Vicente Fox se inclinó por apoyar a Santiago Creel, por lo que Felipe Calderón formó su propio grupo de seguidores que lo ayudaron a alcanzar la candidatura y luego la Presidencia de la República.

 

En el 2011, los panistas tardaron mucho tiempo para definir el método de elección de su candidato, lo que los ponía en desventaja contra Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, que ya trabajaban en su candidatura.

 

Finalmente, cuando lograron ponerse de acuerdo, el partido se dividió en tres bandos.

 

En el primero se encontraba el entonces presidente Felipe Calderón, quien apoyó a Ernesto Cordero para que fuera candidato; un segundo grupo se fue a apoyar a Josefina Vázquez Mota; y nuevamente participó Santiago Creel.

 

Luego de una contienda interna donde predominó la guerra sucia, Josefina Vázquez Mota quedó como candidata presidencial del PAN.

 

Empero, las heridas de la interna fueron profundas y el panismo no apoyó al 100 por ciento a su candidata, quien perdió la elección frente a Peña Nieto.

 

Hasta ahora, son tres los panistas los que se perfilan para buscar la candidatura panista en el 2018, los conocidos Ricardo Anaya, actual líder nacional; Margarita Zavala, exprimera dama con Felipe Calderón; y Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla.

 

Para la elección del 2012, las reglas internas del PAN definieron que el candidato fuera electo con el voto directo de los militantes; por eso, quien tiene más exposición, podría llevar una ventaja sobre sus contrincantes.

 

Sugiere Madero ‘piso parejo’

 

Todos los días, en los spots del PAN se oye a Ricardo Anaya, su líder nacional, hablar sobre un México libre de corrupción y violencia.

 

“Y que nadie nos diga que no se puede. ¡Claro que podemos!”, dice el presidente blanquiazul.

 

Estos spots, más los resultados electorales que favorecieron al partido azul, colocaron a Ricardo Anaya en una posición real para poder disputar la candidatura presidencial.

 

Sin embargo, los panistas ya comenzaron a levantar la voz.

 

Gustavo Madero, diputado federal y expresidente del PAN, pidió que se den las mismas condiciones para todos los aspirantes, de tal manera que se fortalezca el partido.

 

Sugirió la creación de una “Comisión de Piso Parejo” para que todos los aspirantes tengan la misma oportunidad.

 

Más allá de los spots, durante la actual administración de la dirigencia panista han ocurrido otras cosas que no tienen contentos a los blanquiazules.

 

Por un lado, se modificaron los estatutos para que el presidente del partido pueda estar en el cargo hasta un día antes de su registro; y se cerró a inscripción al padrón de militantes, por lo que nadie puede afiliarse, aunque tenga un interés legítimo en apoyar a uno de los aspirantes.

 

“Esto es muy delicado, esto pone en riesgo la unidad o la equidad y gane quien gane  necesitamos que gane con legitimidad y no pues a punta de abusos o a punta de inequidades de recursos que no tienen todos los otros participantes”, pidió el legislador.

 

Al reclamo se ha unido también Rafael Moreno Valle, quien en una entrevista con el diario El Universal, no quiso responder a la pregunta explícita sobre si ve piso parejo para la contienda, pero sí dijo tener comentarios para Ricardo Anaya.

 

“Las opiniones que pudiera yo tener sobre el uso de los spots se las haría de manera directa y personal a Ricardo Anaya”, comentó el mandatario.

 

Margarita Zavala se ha pronunciado por la inequidad que representa que los líderes partidistas hagan uso de los tiempos oficiales de campaña.

 

Una de las promesas que realizó Ricardo Anaya a Margarita Zavala cuando se conoció que él iría por la presidencia nacional del PAN, fue poner un piso parejo para los candidatos.

 

En el camino, sin embargo, Anaya se dio cuenta de su propio potencial como candidato.

 

Ahora, los panistas quieren evitar que una división natural por la candidatura presidencial se convierta en una herida profunda que luego sea difícil de sanar, y que les haría perder el terreno ganado este año, cuando se dio un voto de castigo al PRI.

 
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