Presiones y resistencias a la libertad sindical de AMLO

Además de desenterrar convenios internacionales en favor de la democracia sindical, AMLO encontró en las presiones de Estados Unidos y el T-MEC un aliado fortuito para comenzar el impulso de los derechos laborales en México, pese a las objeciones que esto pueda causar
Carlos Montesinos Carlos Montesinos Publicado el
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Si bien la libertad sindical fue una de las promesas de campaña del Presidente Andrés Manuel López Obrador, las reformas legales en este sentido comenzaron por los acuerdos del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) de libre comercio.

Siendo que la administración de Donald Trump incluso buscó imponer supervisores en territorio nacional para cerciorarse de los derechos laborales de los mexicanos, idea que finalmente no se implementó tras diálogos trilaterales.

Sobre esta situación, el académico de la UAM, Javier Santiago Castillo, comenta a Reporte Índigo que el actual Gobierno federal utilizó la “táctica del judo” para con las presiones externas hacer frente a las resistencias internas en cuanto a la libertad sindical y demás derechos laborales.

“El planteamiento por parte del Gobierno de Estados Unidos en la renegociación del tratado de libre comercio buscaba beneficiarse en la lógica de que, al incrementarse los salarios en México, se dejara de ser el nicho de empresas estadounidenses que traían sus fábricas y su ganancia era mayor. Desde la perspectiva del Gobierno mexicano, se aprovechó la oportunidad, porque internamente había resistencias a la democracia sindical”.

Aunado a esto, Reynol Neyra González, secretario de Acción Política de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), destaca que el impulso de López Obrador a la libertad sindical ha venido acompañado de participaciones con organismos internacionales más allá del T-MEC.

Mientras que los primeros ejercicios de la reforma laboral, como los de las automotrices de Guanajuato y Aguascalientes, mandan un buen mensaje a estos observadores.

“Es una reforma de fondo con la incorporación al T-MEC y el rescate del tratado 98 de la Organización Internacional del Trabajo que habla de libertad sindical. La CTM y el viejo sistema lo tenían guardado y no lo habían sacado. En todos los países del mundo fue firmado, incluso había compromisos serios de países latinoamericanos en el sentido de propiciar la libertad sindical. No se daba aquí, tuvieron que venir los nuevos tiempos para que fuera desempolvado ese convenio”.

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