Preparatoria 9 en resistencia por violencia de género

A dos meses de que alumnos de bachillerato iniciaron el paro de actividades en el plantel Pedro de Alba de la UNAM, continúan con las exigencias a las autoridades para que atiendan las denuncias por violencia de género al interior
Montserrat Sánchez Montserrat Sánchez Publicado el
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Las aulas y los pasillos llenos de estudiantes en la Preparatoria 9 de la UNAM no se ven desde hace dos meses.

El ambiente escolar en este plantel cambió por completo desde que el hartazgo de alumnas y alumnos por la inacción de la autoridad ante las denuncias de acoso sexual llegó a su límite.

El 12 de noviembre la juventud inconforme tomó las instalaciones y se niega a entregarlas hasta que la Universidad no cumpla con sus exigencias: la renuncia de administrativos a quienes acusan de no atender los expedientes de violencia de género y el despido de profesores señalados por cometer acoso y corrupción.

Las peticiones de los estudiantes también se aprecian en las instalaciones. A través de pintas aseguran que no se callarán ante las agresiones que sufren las mujeres y también se leen los nombres de algunos profesores que han sido acusados.

No más silencio

Andrés, estudiante de la Preparatoria 9 y quien pidió se le modificara el nombre por temor a represalias, explicó que tener la escuela en paro es una manifestación de resistencia por parte de los alumnos.

“Cuando entras al primer año de la prepa te hacen una ceremonia de bienvenida, te inflan el orgullo y entras contento de estar en la escuela más demandada a nivel bachillerato pero conforme va pasando el tiempo te das cuenta que a la institución solo le importa mantener su prestigio y no resolver las demandas de la comunidad”, relata.

Las manifestaciones en Preparatoria 9 iniciaron con paros intermitentes desde el 26 de septiembre de 2019, fecha en que se conmemoran los cinco años de la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Desde entonces, el alumnado planteó la urgencia de atender los casos de violencia y corrupción al interior de la escuela.

Sin embargo, el martes 12 de noviembre, la comunidad estudiantil convocó a una asamblea para informar que las autoridades no cumplieron con el pliego petitorio por lo cual inició un paro de 48 horas que, al no tener respuesta, se volvió indefinido.

“Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio. Pedimos la destitución de la abogada de la escuela, Lydia Montserrat Ochoa, quien no sigue las denuncias y además trataba de convencer a las chicas de no proceder, les decía que iban a perder calificaciones o clases y que no les convenía”, agrega Andrés.

De acuerdo con el estudiante, la escuela les anunció que la abogada fue destituida, pero cuando el alumnado solicitó los documentos que comprobaran la acción, la escuela solo respondió con un aviso en redes sociales.

Por su parte, Daniel, otro estudiante que pidió anonimato, explicó que en las mesas de diálogo con las autoridades de la Preparatoria 9, e incluso con la Dirección General, nunca hubo intención de arreglar las cosas sino que solamente querían que los alumnos devolvieran las instalaciones.

“Las mesas no sirven, los directivos nunca quieren escucharnos ni ceder a lo que pedimos, dicen que no hay denuncias o que las que tienen no van a proceder por falta de pruebas; ahí se ve que en realidad no quieren hacer nada para detener la violencia”, dice.

Los estudiantes piden la renuncia de administrativos responsables que no han atendido los expedientes de agresiones sexuales y el despido de profesores acusados

Sin seguridad en las aulas de la preparatoria 9

Samantha egresó hace un año de la preparatoria 9 que ahora está en paro. Para ella resulta revolucionario que los jóvenes por fin griten lo que se vive dentro de las aulas.

“En mi último año el maestro de contabilidad se la pasaba haciendo chistes misóginos o si llevábamos falda decía que así éramos tentaciones para él. Lo que más tengo presente es que a las compañeras delgadas siempre les decía que ‘la mejor carne era la que estaba pegada al hueso’. Nos incomodaba pero lo dejábamos pasar, siempre se nos decía que así era el profe y que no había nada que hacer”, narra.

Por el acoso sexual de maestros y la inseguridad de la zona, Samantha recuerda que por esa época su papá le regaló una navaja y le dijo que la usara en caso de que tuviera que defenderse de cualquier persona. “No me esperaba esa reacción de mi padre pero ahora veo que ese era el grado de inseguridad dentro y fuera de la escuela”, comenta.

Con base en las denuncias de los alumnos, el acoso de los maestros ha llegado a extremos como grabar a las compañeras mientras hacen actividad física.

Según acusan, el profesor Daniel Ramírez que imparte Educación Física suele hacer comentarios obscenos a sus compañeras y aseguran que al pasar lista se sienta en la alberca con la intención de observar de manera lasciva a las alumnas.

De acuerdo con los estudiantes que mantienen las instalaciones, hace poco se descubrieron en su oficina unos lentes deportivos que tenían cámara oculta.

“Pedimos la destitución de Ramírez así como del profesor Salvador Islas Morales de Matemáticas quien se refiere a las alumnas como ‘nenas lindas’ y las obliga a ir de falda cuando tienen que exponer. También la del maestro Teobaldo Cisneros por corrupción, ya que pide dinero a los alumnos para no reprobarlos”, menciona Andrés.

Los alumnos afirman que luego de tomar el plantel han sido víctimas de ataques y amenazas, como hace tres semanas cuando les arrojaron bombas molotov y una carta con intimidaciones.

“Personas externas vandalizaron cubículos y rompieron el Atlante de Tula. A mí me culparon directamente. Nosotros pedimos que la directora, Gabriela Martínez Miranda, firme un documento en el que se comprometa a que no habrá represalias para nadie de los que tomaron la prepa pero ella se ha negado. Nos da miedo que se vaya contra los alumnos que se han manifestado y no contra los responsables”, añade Andrés.

Pese a que la la directora manifiesta que está comprometida con el estudiantado los alumnos no lo creen porque diálogo tras diálogo solo se trata el discurso pero no acciones.

“Empezamos esto para tener una mejor vida escolar y para demostrarle a la UNAM que en efecto, por nuestra raza hablará el espíritu”.

UNAM promete datos sobre violencia

Para atender las denuncias de la Facultad de Filosofía y Letras, la cual también lleva dos meses en paro por protestas relacionadas con violencia de género, las autoridades de la UNAM aseguraron que se van a transparentar los datos estadísticos sobre los casos.

De acuerdo con la institución, será desde el próximo lunes 20 de enero que el portal oficial tendrá una pestaña con la información sobre cuántos casos de violencia de género se investigan, sus avances y quién se ha encargado de investigar.

Sin embargo, a petición de las alumnas de la FFyL, no se pondrán nombres de agresores ni de alumnos que hayan denunciado para no entorpecer la investigación.

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