Policías de montaña, una necesidad real

Los policías estatales pertenecientes a la unidad táctica encargada de vigilar y realizar tareas de prevención en los parques naturales como el Izta-Popo están siendo removidos con la excusa de que no cuentan con un elevado número de puestas a disposición

En el Estado de México la delincuencia no da tregua y los parques nacionales y quienes acuden a ellos están desprotegidos.

Hace cuatro años, después de una ola de asaltos en el Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, uno de los más visitados y populares del país, se creó lo que hoy se conoce como la policía de montaña con el objetivo de combatir este problema, objetivo que se cumplió a cabalidad

Pero este cuerpo armado, que forma parte de la policía estatal, no solamente evitó que la inseguridad afectara a los visitantes, también se les capacitó y formó para que pudieran realizar tareas de prevención que son fundamentales en estos lugares.

Entre sus labores está el brindar información y asesoría a quienes desean adentrarse a estas áreas naturales protegidas para evitar que se accidenten.

Ayudan a los equipos especializados y de protección civil con las tareas de rescate, colaboran en el combate de incendios forestales y con su pura presencia lograron disuadir a los grupos de delincuentes que se aprovechan tanto de los turistas como de las personas que no conocen la zona para robarles sus pertenencias, en especial su equipo de montaña, el cual, puede llegar a tener un valor que supera la 20 mil pesos.

Antes de que el actual gobierno del Estado de México se hiciera cargo de la entidad, estos cuerpos policiales se encontraban distribuidos en los dos caminos principales que dirigen a la cabeza del Iztaccíhuatl: Paso de Cortés y San Rafael.

Además existían servicios en los parques estatales de Jilotzingo Mazatla “Las Manzanas”, Nevado de Toluca, Coacalco, Monte Alto, Valle de Bravo y Sierra de Guadalupe.

Al día de hoy únicamente en Paso de Cortés, Sierra de Guadalupe y Nevado de Toluca su presencia es constante.

Cambio de rumbo

De acuerdo con diversos testimonios de los policías de montaña que aún se encuentran en servicio como de quienes ya fueron asignados a nuevas tareas, la debacle de estos cuerpos tácticos comenzó con el nombramiento del General Brigadier Sergio Hernando Chávez García como nuevo subsecretario de seguridad del Estado de México.

“Cuando lo nombraron el subsecretario llegó a visitarnos en los distintos puntos en los que nos encontrábamos y nos preguntó cuántas puestas a disposición teníamos registradas, al ver que nuestras cifras eran muy bajas o incluso nulas, nos dijo que no servíamos para nada, que parecíamos policía privada de los parques y nos comenzó a quitar”, relata uno de los expolicías de montaña que ahora se encuentra realizando labores de seguridad en Chalco.

Ante esta situación, estos elementos de montaña y media montaña explican que los criterios que el subsecretario utilizó para evaluar su desempeño son totalmente incorrectos.

“Cómo es posible que porque no tenemos puestas a disposición nos quieran quitar o que de eso dependa nuestra permanencia en estos lugares tan importantes.

“Si algo refleja el hecho de que no hayan puestas a disposición o que el número sea muy bajo en zonas como Paso de Cortés desde que llegamos, lo que realmente indica es que la delincuencia prácticamente se erradicó y que nuestra presencia ha sido efectiva. En los últimos cuatro años, de este lado del ‘Izta’ no hay registro de un solo asalto”, expone el exfuncionario.

+20 mil
pesos es el valor del equipo de montañistas que asisten al Izta-Popo

Los policías de montaña también cuentan que esta forma de calificarlos no corresponde a sus responsabilidades, pues su función principal está enfocada a la prevención.

“Hay muchísimas cosas que nosotros hacemos que nadie ve, porque precisamente con nuestras acciones, lo que se evita son las tragedias a las que sí se les da difusión y que hasta llegan a salir en las noticias.

“Te pongo un ejemplo, hay muchos rescates que nosotros realizamos de personas que se lastiman y que después de que nos damos cuenta de que no bajan vamos por ellos. Si no estuviéramos, esa torcedura de tobillo o la lesión que sea que presente el afectado, se podría convertir en un tema fatal”, expresa.

El expolicía agrega que el evitar accidentes entre los paseantes consiste en advertir cuando no cuentan con el equipo necesario, agrega que es común encontrar a personas con principios de hipotermia por las bajas temperaturas.

“Te sorprenderías de la inconsciencia de la gente, hemos bajado a personas que intentaron subir en shorts y chanclas de pata de gallo, si no estuviéramos nosotros los equipos de rescate ni siquiera se darían abasto”, comenta.

Esfuerzo sin reconocimiento

La pura presencia y el esfuerzo que día con día realizan los policías de montaña no es suficiente, pues muchas veces el equipo con el que cuentan para trabajar y el número de elementos designados a estas tareas no alcanza para atender todas las problemáticas.

“¿Ves acaso alguna estación de paramédicos?”, cuestiona uno de los integrantes de este grupo que hasta hace poco realizaba labores en el Iztaccíhuatl del lado de Paso de Cortés.

Además de hacer una labor de vigilancia, los policías de montaña se coordinan con autoridades de Protección Civil y de rescate cuando un paseante queda atrapado o perdido en alguna parte de los parques nacionales

“Ellos solo están aquí los fines de semana que es cuando más gente llega, pero como puedes ver entre semana también llegan distintos grupos de visitantes y solo estamos nosotros para velar por ellos”, dice el policía.

La remoción de estos cuerpos policiales tácticos ya tuvo su primera repercusión: la muerte de Haydee, la alpinista que el 30 de abril subió al Iztaccíhuatl y once días después encontraron su cuerpo sin vida.

“Yo creo que sí, ellos (policías de montaña) estaban pendientes de las personas que subían, a lo mejor se hubieran percatado del camino que tomó”, opina la presidenta municipal de Tlalmanalco a medios nacionales al ser cuestionada si estos cuerpos tácticos hubieran podido evitar la tragedia de no haber sido removidos de San Rafael, zona además considerada como una de las más peligrosas para quienes desean llegar a la cabeza del Iztaccíhuatl.

“Nosotros hubiéramos podido evitar esta tragedia pero nos quitaron para realizar funciones policiales en Chalco o en Ecatepec porque el subsecretario decía que parecíamos policías privados y que no servíamos de nada ahí”, afirma el elemento de montaña.

Además, estos policía que participaron en las labores de rescate señalaron que nunca se les dio el reconocimiento adecuado por su participación, pues fueron ellos quienes encontraron el cuerpo y lo pusieron a disposición del Ministerio Público correspondiente, no como se señaló en la mayoría de los medios donde aseguraban que los que dieron con la víctima fueron cuerpos de protección civil.

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