Poder del Ejército no es sano para la democracia en México; dominio levanta bandejas rojas: WOLA

La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos advierte que México no necesitaría un golpe de Estado pues el Ejército ya controla muchos ámbitos fuera de la seguridad pública

El poder adquirido por el Ejército, en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no es sano para la democracia en México, sentencia la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

De acuerdo con un análisis de la institución, la militarización en el país es tan profunda que el poder que tienen las fuerzas armadas levanta banderas rojas.

Incluso, WOLA advierte que México no necesitaría un golpe de Estado pues el Ejército ya controla muchos ámbitos fuera de la seguridad pública.

“México no sufrió golpes militares, sin embargo, la influencia de las Fuerzas Armadas dentro y fuera del ámbito de la seguridad puede significar que un golpe no sea necesario para que ejerzan niveles de poder que, si bien no llegan a ser un gobierno militar, difícilmente hablan de una democracia sana”, señala el documento titulado “México militarizado: una guerra perdida que no ha traído la paz”.

Las Fuerzas Armadas se encuentran en funciones de seguridad pública, vigilancia de instalaciones estratégicas, control de puertos y aduana e incluso en el control migratorio.

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Pese a que Andrés Manuel López Obrador afirmó en 2012 que, en caso de ser presidente de México, sacaría al Ejército de las calles, en 2019 creó Guardia Nacional (GN), una corporación federal de seguridad, que está a cargo de las tareas policiales federales.

Militarización detonó en graves violaciones de derechos humanos

Cabe señalar que la guerra militarizada contra la delincuencia en México detonó altos niveles de graves violaciones de derechos humanos.

Desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y tortura a civiles, incluyendo a personas inocentes torturadas y posteriormente acusadas por delitos que no cometieron son delitos cometidos por el Ejército, la Marina, así como por otras fuerzas de seguridad de todos los niveles ampliamente documentados en los últimos años.

Según un análisis del World Justice Project basado en los datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) 2016, el 88% de las personas detenidas por la Marina y el 85% de las personas detenidas por el Ejército de 2006-2016 reportaron tortura o malos tratos.

Según la misma encuesta, el 41% de las mujeres detenidas por la Marina, el 21% de las mujeres detenidas por el Ejército y el 10%-13% de las mujeres detenidas por las diferentes fuerzas policiales del país reportaron sufrir una violación sexual en el marco de la detención.

A la luz de la violencia perpetrada por el Estado, sumada al fracaso de la militarización como estrategia contra la violencia que hay en México, un gran número de voces llevan sexenios exigiendo la desmilitarización y la transformación del modelo de seguridad.

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