Sin plan B

El Presupuesto de Egresos (PEF) del 2017 nació defectuoso, incompleto, obsoleto. Hay quien pide, incluso, que sea vetado y se trabaje en un nuevo documento de los gastos del país para el próximo año.

Al no tomar en cuenta las nuevas condiciones económicas que se avecinan con el triunfo de Donald Trump, los diputados aprobaron un PEF que podría no ajustarse a las necesidades del país.

40.9%
más respecto al Proyecto enviado por el Ejecutivo para ese Ramo
“Tenemos que actuar de inmediato,  y aquí hay dos opciones: que nos quedemos en la retórica, pidiendo cambios hacia adelante o esperando a que Trump no cumpla lo que prometió” 
Mario Delgado, senador de la bancada del PRD

El Presupuesto de Egresos (PEF) del 2017 nació defectuoso, incompleto, obsoleto. Hay quien pide, incluso, que sea vetado y se trabaje en un nuevo documento de los gastos del país para el próximo año.

Al no tomar en cuenta las nuevas condiciones económicas que se avecinan con el triunfo de Donald Trump, los diputados aprobaron un PEF que podría no ajustarse a las necesidades del país.

Cuando se dio el triunfo del republicano, el 8 de noviembre, los legisladores metieron el acelerador y solo 48 horas después estaban aprobando el PEF del próximo año, donde se define el destino de los recursos públicos.

Lo hicieron cinco días antes del plazo legal para su aprobación –el 15 de noviembre-. Prefirieron enviar un mensaje de certeza, antes que estudiar los cambios que ahora se aproximan.

Los congresistas no procuraron un ahorro para cualquier contingencia económica que pudiera venir como consecuencia de las políticas proteccionistas anunciadas por Trump; y aprobaron el PEF sin la previsión de otras consecuencias sociales que pudieran impactar a las finanzas del país.

Las nuevas circunstancias en Estados Unidos trajeron cambios inmediatos también en algunas variables económicas que impactan directamente en las arcas nacionales, como el tipo de cambio y el aumento en las tasas de interés.

Algunos legisladores ya piensan en la posibilidad de modificar el PEF 2017, cuando ni siquiera ha comenzado el año.

En cambio, a pesar de este escenario, en la Cámara de Diputados se privilegió la reasignación de recursos al Ramo 23 de Provisiones Salariales y Económicas, donde se encuentran radicados varios programas que no tienen reglas de asignación  y/o de operación.

Se trata, en algunos casos, de programas y fondos que se prestan para el manejo político y discrecional de recursos.

Así, aunque las condiciones que enfrentará el país serán extraordinarias por los cambios que representa la llegada de Donald Trump al poder, la clase política mexicana decidió seguir la inercia, como si las circunstancias fueran las mismas de hace un año, o dos o tres.

Sin previsión alguna

Las nuevas necesidades del país pueden comenzar a ser patentes tan pronto como el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tome posesión el próximo 20 de enero.

Aunque el foco de atención se ha centrado en el cuidado de los mexicanos que viven en el país del norte, lo cierto es que sobrevendrán retos también al interior de México.

“Basta que Trump cumpla con el 30 por ciento de sus promesas de campaña para que México empiece a ver la crisis”, señaló Ernesto Cordero, senador por el PAN y exsecretario de Hacienda.

La posible deportación masiva de indocumentados, expulsados por el nuevo gobierno; la necesidad de crear fuentes de empleo para estas personas y proveerles de servicios, como escuelas u hospitales; el probable cierre de empresas que decidan salir de México por la presión estadounidense; y la disminución de remesas que son el sustento de millones de familias, pueden ser algunos escenarios a enfrentar en los próximos meses.

Aunque el panorama luce catastrófico en muchos sentidos, también puede transformarse en una oportunidad inigualable para México… si se toman las decisiones correctas.

Sin embargo, no tener una reserva económica para algunas contingencias, podría frenar el desarrollo del país ante las nuevas circunstancias.

‘Se requerirá más tiempo’

Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, sostuvo que la negociación presupuestaria debió haberse hecho con más cuidado tomando en cuenta el nuevo contexto internacional.

“Se requería más tiempo para analizar cómo va a impactar el resultado de esas elecciones en el presupuesto mexicano. Por un lado le pega al costo financiero de la deuda, podría incrementar la demanda de servicios por parte de mexicanos, y eso pegaría a varios programas de la SRE, ¿cómo vamos a financiar esto?.

“De todas estas cuestiones yo creo que se pudo haber hecho una lista. Por ejemplo, en el tema de la discusión del Tratado de Libre Comercio: si hay equipos, si va a ser necesario contratar especialistas, generar discusiones o eventos al respecto, y todo eso ¿cómo se va a financiar? ¿Tenemos o no los programas funcionando? Todo eso debió discutirse”, expuso en entrevista.

Campos sostuvo que, aunque era responsabilidad del Ejecutivo enviar un adéndum donde se previera el nuevo entorno económico, con partidas muy específicas sobre qué hacer en determinadas circunstancias o con la creación de un fondo de contingencias económicas, los diputados tampoco tomaron la responsabilidad de dicha discusión.

La experta recordó que en las semanas en que se daba la discusión del Presupuesto de Egresos para el año 2009, por ejemplo, se mostraron signos de la clara recesión que viviría México como consecuencia de la desaceleración de la economía de Estados Unidos.

En el mes de octubre del 2008 se decidió modificar el Paquete Económico que había sido entregado en septiembre, para hacer un recorte de más de 25 mil millones de pesos para el año 2009.

“Puede enviarse un adendo diciendo: ‘dados los acontecimientos recientes, se propone lo siguiente’. Y creo que se pudieron haber identificado partidas donde haya gasto superfluo, recortarlas, y privilegiar un fondo para esta contingencia”, sostuvo Campos.

Ante estas circunstancias, la experta apuntó que hay una gran posibilidad de que el Presupuesto de Egresos sea modificado a lo largo del año 2017 para hacer frente a la nueva realidad que se vivirá a partir del 20 de enero.

¿Vetar el PEF?

La inconformidad por el trato fast track que se dio a la aprobación del PEF 2017 provocó que haya quien, incluso, ha pedido al presidente Enrique Peña Nieto que lo vete.

Mario Delgado, senador de la bancada del PRD –aunque ya ha renunciado a ese partido- y quien fuera secretario de Finanzas del Distrito Federal durante cuatro años del sexenio de Marcelo Ebrard, ha pedido al primer mandatario que haga uso de su facultad constitucional para frenar un presupuesto que, a todas luces, ya está rebasado.

“Tenemos que actuar de inmediato,  y aquí hay dos opciones: que nos quedemos en la retórica, pidiendo cambios hacia adelante o esperando a que Trump no cumpla lo que prometió.

“El Presupuesto de Egresos se aprobó un día después de las elecciones de Estados Unidos, tenemos un antes y un después  en nuestra realidad económica. Lo que se aprobó ya no nos sirve, ningún supuesto planteado en el Presupuesto de Egresos, en el paquete económico, se va a cumplir, lo sabemos desde ahorita ya. Entonces tendríamos que cambiarlo de inmediato”, expuso Delgado.

Entre los factores que han cambiado están la proyección de crecimiento económico, que fue de 2.5 por ciento del PIB, y ahora podría bajar hasta el 1 por ciento; el Banco de México subió la tasa de interés en 50 puntos; y el aumento en el tipo de cambio, proyectado en 18.62 pesos pero que ha llegado hasta los 21 pesos.

Con esto, el costo financiero de la deuda ha cambiado; se ralentizará el consumo y la economía en general; y subirá la inflación en las próximas semanas.

¿Qué tendríamos que hacer con el Presupuesto de Egresos? Pues reorientarlo ya hacia el mercado interno, algo que nuestro país ha pospuesto por muchos años, pensar de manera distinta ya. 

“Llevamos 30 años queriendo relacionar nuestra economía con el exterior, se ha hecho exitosamente, pero no han llegado los beneficios prometidos, tendríamos que aprovechar esta coyuntura para pensar, distinta a nuestra economía, para fortalecer la industria nacional, para repensar nuestra política energética, para favorecer las pequeñas y medianas empresas, y fortalecer nuestros mercados”, agregó Delgado.

Vidal Llerenas, diputado federal por Morena y experto en el tema económico, aseveró que es muy probable que se modifique el Presupuesto de Egresos aprobado por todo el cambio de las variables que ya ha sucedido, por lo que debió profundizarse la reflexión sobre el destino final del dinero público en el 2017.

“No se tomó ninguna previsión y si se tuvo que haber tomado, porque ya estamos viendo todos los cambios que ha habido, la baja en la expectativa de crecimiento y que van a significar menos ingresos.

“Sí hay de dónde ahorrar. Una revisión al gasto del gobierno nos permite ver que, por ejemplo, tan solo en gasto de personal, comparado con 2012, hay un gasto de 80 mil millones de pesos más. Aceptando que el gobierno sí ha hecho ajustes, aun así sí hay margen para hacer más ajustes y ahorrar”, consideró Llerenas.

Para Ernesto Cordero, senador por el PAN y quien fuera secretario de Hacienda en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, fue un error que los diputados no hayan considerado siquiera la posibilidad de ahorrar dinero para enfrentar la amenaza Trump.

“Todos los parámetros van a cambiar para mal, entonces es de esperarse que no va a haber tantos recursos como se aprobaron. ¿Qué pudieron haber hecho? Una de dos: o tratar de compensar programas muy sensibles, cuyo presupuesto claramente va a ser insuficiente; o pudieron haber destinado estos recursos a los fondos de estabilización. Es lo más sensato que pudieron haber hecho.

“Esos fondos sirven, en el caso de que no haya recursos que se tenían planeados en el Presupuesto, se puede usar ese dinero para compensar la caída de otros ingresos. Ahora que se nos caigan los ingresos, porque crecimos menos, porque la actividad económica está mucho más desacelerada, se van a empezar a recortar algunos rubros de gasto. Y esos fondos nos pueden permitir enfrentar de mejor manera esta disminución en los ingresos que se avecina”, previó.

Castigo al Seguro Popular
 
En lugar de guardar dinero en estos fondos de estabilización, una parte de los 5 mil millones de pesos extras que consiguieron obtener los diputados, fue repartido para que los propios legisladores pudieran cumplir con sus labores de gestión, en lugar de fortalecer programas básicos.

“Esos miles de millones de pesos pudieron haber tenido un mejor uso del que hicieron. Por ejemplo, el Seguro Popular viene castigado; programas de construcción de infraestructura básica, vienen castigados; programas educativos vienen castigados; la lucha contra la obesidad infantil, viene castigada.

“Es decir, hay una serie de programas en los que el Presupuesto fue aprobado con menos recursos de los que se aprobó el año pasado. Y en lugar de compensarlos y emparejarlos, pues decidieron más bien repartírselos de otra manera. Y pues no”, expresó Cordero.

De esos 51 mil millones de pesos extra que los diputados obtuvieron por modificar el tipo de cambio y aumentar el nivel de producción de barriles de petróleo, alrededor del 75 por ciento fue enviado al Ramo 23, uno de los más opacos de todo el PEF.

Reparto en lugar de ahorro

En la negociación del PEF 2017, los diputados decidieron reasignarle 38 mil 259 millones de pesos al Ramo 23, de Provisiones Salariales y Económicas. Esto representó un aumento del 40.9 por ciento respecto al Proyecto enviado por el Ejecutivo para ese Ramo.

Dentro de ese Ramo se encuentran radicados varios programas que no tienen reglas de asignación  y/o de operación. Se trata, en algunos casos, de programas y fondos que se prestan para el manejo político y discrecional de recursos.

Uno de ellos, por ejemplo, es el programa de Fortalecimiento Financiero. Aunque su nombre habla de un recurso que es enviado a estados y municipios para mejorar sus finanzas, en realidad es dinero que se envía a obras, pero no se conoce la forma en que un gobierno puede acceder a ese capital.

Su asignación es totalmente discrecional, pues no tiene reglas de operación. Para 2016, por ejemplo, se le habían asignado mil 400 millones de pesos; y para septiembre ya llevaba ejercidos más de 20 mil millones. Para 2017 se le asignaron 3 mil 243 millones de pesos.

Como ese, hay otros programas en ese Ramo. 

Ahí también se encuentra el Fondo para el Fortalecimiento de la Infraestructura Estatal y Municipal (Fortalece), en el que cada diputado pudo etiquetar 18 millones de pesos para obras de su elección.

Históricamente, el dinero asignado al Ramo 23 ha crecido de manera exponencial. En el 2006 le fueron asignados 10 mil 748 millones de pesos; para el 2015, ya eran 127 mil 306 millones. La asignación ha crecido en más de 1000 por ciento.

Lo que despierta suspicacia no es el aumento en la asignación, sino en el gasto ejecutado –gastado-, que supera por mucho a lo que se envía al Ramo.

En el 2015, por ejemplo, le fueron asignados 127 mil 306 millones, pero fueron ejercidos 204 mil 773 millones de pesos; es decir, se gastó un 60 por ciento más de lo que se aprobó.

En otros años, como en 2008, el gasto ejecutado fue más de cuatro veces mayor al asignado.

Dentro de este Ramo se ubican los programas y fondos que han sido señalados por su opacidad, misma que ha permitido que se tengan prácticas ilegales, como el cobro de moches; el manejo político de recursos en estados donde habrá elecciones o para premiar; o castigar a adversarios y amigos políticos.

Y es ahí donde los diputados prefirieron enviar el dinero, en lugar de ahorrarlo para enfrentar la tormenta que se avecina con la llegada de Donald Trump al poder, en Estados Unidos.

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Los diputados continuarán con la discusión y posible aprobación de 300 reservas.