La lista de espacios gubernamentales que le han sido arrebatados al grupo de Padilla López es extensa. Foto: Especial

‘Padillismo’ se debilita: estos son los bastiones que ha perdido el grupo de Raúl Padilla en Jalisco

El grupo político que encabeza el exrector de la Universidad de Guadalajara ha perdido múltiples espacios de poder

La estrategia que ha emprendido el Gobierno de Jalisco para acotar la influencia política de Raúl Padilla López sobre la vida pública del estado, le ha significado al exrector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) la pérdida de múltiples espacios de poder en ámbitos tan diversos como el Congreso, la esfera judicial y los ayuntamientos.

Aunque el grupo político que encabeza Padilla López se ha caracterizado principalmente por mantener un férreo control de la UdeG durante más de tres décadas (incluidos sus ferias y fideicomisos para la construcción de infraestructura), en realidad, sus integrantes han colonizado una proporción muy importante del resto del entramado gubernamental de Jalisco.

Batallas perdidas

Lo anterior queda en evidencia al hacer un recuento de los espacios de poder que se le han quitado a dicho grupo (calificado como un “cacicazgo” por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador), durante la gubernatura de Enrique Alfaro Ramírez.

Por ejemplo, en la Comisión Estatal de Derechos Humanos se considera como pérdida para los “padillistas” la salida de Alfonso Hernández Barrón, expresidente del organismo y quien, en su momento, presentó una controversia constitucional para que el Gobierno estatal retornara la partida por 140 millones de pesos que se le canceló al Museo de Ciencias Ambientales (un proyecto que impulsa el exrector).

A eso se suman las salidas de los visitadores Izcóatl Partida Rivas y Rosalinda Mariscal Flores, así como de otros 22 funcionarios que formaban parte de la plantilla de la Comisión, y que respondían al también llamado “Grupo Universidad”.

Efecto dominó

En el Poder Judicial, donde la influencia del “padillismo” era particularmente alta, se registraron otras salidas: la de los exmagistrados Adrián Joaquín Miranda, del Tribunal de Justicia Administrativa; y de Manuel Higinio Ramírez Ramos, del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco.

Además, en marzo de 2022 se cambió de adscripción a cuatro jueces y se separó al encargado de la Dirección de Visitaduría, todos del mismo grupo político.

En el Consejo de la Judicatura, por su parte, salieron 90 funcionarios vinculados con el “padillismo”, inclusive el hijo de Alfonso Partida Caballero, jefe del Departamento de Derecho Público, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH); y también el equipo completo de relatores del consejero Jesús Becerra Ramírez.

El Congreso de Jalisco intentó recientemente asestar otro golpe al poder político de Padilla López al rechazar la ratificación del magistrado Luis Enrique Villanueva Gómez, sin embargo, permanece en su cargo gracias a una suspensión provisional que promovió en su favor.

Asimismo, el grupo del exrector perdió el control del Secretariado Ejecutivo del Instituto de Justicia Alternativa con la salida de Emiliano Magallanes, y de otros tres puestos más en esa instancia.

Mientras que en el Tribunal de Arbitraje y Escalafó no se refrendó al magistrado Felipe Gabino Alvarado Fajardo, otro integrante del “padillismo” y quien enfrenta un proceso penal por resolver una demanda de amparo unilateralmente, es decir, sin presentarla ante el pleno. De igual forma, salieron ocho personas de su equipo.

Ayuntamientos en disputa

En el ámbito municipal, el grupo de Padilla López sufrió un duro revés cuando perdió el control de cuatro presidencias municipales que había ganado en las urnas –mediante el partido político que conformó: Hagamos–, pero cuyos alcaldes terminaron migrando hacia otras fuerzas políticas.

Se trata de las presidencias municipales de Chiquilistlán, Guachinango, Cuautla y El Arenal. Los alcaldes de los tres primeros Ayuntamientos optaron por migrar hacia el partido Movimiento Ciudadano; mientras que el último lo hizo hacia el Partido Verde Ecologista de México.

También se considera que el “padillismo” ha perdido espacios de poder en el Congreso del Estado, en específico, la Dirección del Instituto de Investigaciones Legislativas, y la Contraloría, así como en el Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales (ITEI).

En este órgano garante se dio de baja a Rocío Hernández Guerrero, quien fuera Directora Jurídica y de Transparencia (esposa, además, de Gabriel Torres Espinoza, cabeza de todo el sistema de medios de comunicación de la Universidad de Guadalajara).

También se dio la baja de 10 mandos de medios directivos del Instituto. Otra afín a Raúl Padilla, Natalia Mendoza Servín, busca llegar a la presidencia del ITEI, no obstante, la elección se encuentra congelada por acciones judiciales.

La acotación del poder político del exrector llegó hasta el Comité de Participación Social, la instancia presuntamente “ciudadana” del Sistema Anticorrupción de Jalisco, y donde se considera que el grupo de Padilla López conserva sólo dos emisarios (aunque llegó a tener más): Nancy García Vázquez, actualmente presidenta, y David Gómez-Álvarez Pérez. También perderá la Secretaría Técnica del Sistema con la salida inminente de Aimée Figueroa Neri.

Al “padillismo” también le fue quitada la Comisión de Filmaciones del Estado de Jalisco, la cual mantenía bajo su poder desde su creación en el mandato de Aristóteles Sandoval Díaz, a través de quien fuera su director general, Rodolfo Guzmán Salas; dicha Comisión fue convertida en una dirección administrativa, perteneciente al organismo denominado Agencia Estatal de Entretenimiento.

Estructura resistente

Aunque la lista de espacios gubernamentales que le han sido arrebatados al grupo de Padilla López es extensa, se le ha cuestionado al gobernador Alfaro Ramírez si eso resultará suficiente para disolver realmente la estructura de poder político que ha mantenido al exrector como un factótum en el estado por más de tres décadas.

En noviembre de 2022 se le cuestionó cómo rompería con el poder informal de Raúl Padilla si al menos cinco gobernadores no habían podido disminuir su fuerza política en el estado, Enrique Alfaro respondió: “Ya llegó el gobernador que va a acabar con esa historia. Ya lo veremos”.

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