El año pasado Cofepris encontró contaminación cruzada de sustancias, envasado sin técnica de esterilidad y almacenamiento de materia prima en áreas contaminadas por parte de Psicofarma. Foto: Especial

Padecer enfermedades psiquiatricas en los tiempos del desabasto

La ruptura del Gobierno federal con Psicofarma a finales de 2020 coincidió con la agudización en la carencia de medicamentos para enfermedades psiquiátricas durante el 2021, crisis que aumentó durante el 2022 y que continúa al día de hoy

El impasse se prolonga. Miles de pacientes con enfermedades psiquiátricas en México aguardan que la farmacéutica Psicofarma consolide la disposición física de una decena de medicamentos en las farmacias del país.

Por lo pronto, el pasado lunes 22 de mayo, después de la segunda visita de los integrantes del Colectivo Medicamentos para Mentes Libres, la empresa informó a través de un comunicado, que el clonazepam, el litio y el metilfenidato podrán ser encontrados en establecimientos de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

“Nuestro derecho al acceso a medicamentos ha sido pisoteado”, exclama Elías Téllez, representante de esa organización, al recapitular la batalla que empezó a dar por la amitriptilina que consume desde hace más de 15 años para tratar la depresión y la ansiedad.

El desabasto se inició en noviembre del año pasado cuando Psicofarma tuvo que detener parte de su producción por órdenes de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris).

En una visita a las fábricas de la empresa, ese organismo encontró contaminación cruzada de sustancias, envasado sin técnica de esterilidad y almacenamiento de materia prima en áreas contaminadas, según asentó en una carta de hallazgos que le dirigió en febrero al fabricante.

Desde entonces, cientos de pacientes y sus familiares empezaron una lucha para que se reactivara el abasto.

Desde febrero pasado, cuando la falta de sus medicamentos fue notoria, empezaron a organizarse. Se contactaron mediante las redes sociales y protestas callejeras.

Unos y otros se comunicaron sus necesidades, bautizaron al movimiento como Colectivo Medicamentos para Mentes Libres y se hicieron visibles en manifestaciones frente a Psicofarma –la compañía que durante 50 años ha suministrado las medicinas psiquiátricas en México–, la Secretaría de Salud (SSa) y Palacio Nacional.

A la Cofepris y a la SSa le entregaron oficios para que marcaran caminos para adquirir los medicamentos ausentes en los anaqueles.

El 21 de abril, la Cofepris le propuso a la empresa una ruta regulatoria para “solventar irregularidades en fabricación de medicamentos psiquiátricos”.

Sin embargo, esta última semana de mayo, la realidad del desabasto se impuso.

Si bien se espera que en los próximos días tres sustancias lleguen a las farmacias, el anapsique, para tratar la depresión; el leptosique, para la esquizofrenia, o el carbolit, para el transtorno bipolar, no se encuentran por ningún lado.

Mientras, una petición para que se reabastezca la totalidad de medicamentos psiquiátricos crece en Change.org con más de 32 mil firmas.

El quiebre

Antes de la ruptura entre el Gobierno mexicano y Psicofarma hubo una relación dorada. Entre 2019 y 2020 firmaron 249 contratos que sumaron más de mil 693 millones de pesos.

La SSa, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como los institutos Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, el Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas y el Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, se abastecieron con los medicamentos fabricados por esta farmacéutica.

Los centros penitenciarios de todo el país también surtieron su material de curación, radiológico y de laboratorio con contrataciones que llegaron a casi 2 millones de pesos entre 2019 y 2020.

La Secretaría de Marina, a su vez, la requirió cinco veces en esos mismos años y le compró pentoxifilina, levetiracetam y ácido acetilsalicílico. La suma total fue de 808 mil 18 pesos.

Del total, la farmacéutica  se llevó mediante adjudicaciones directas el 88.2 por ciento sin competir,

No obstante, en septiembre de 2020, el relato de bonanza se interrumpió y llegó la primera sanción de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador para Psicofarma.

La Secretaría de la Función Pública la inhabilitó por 45 meses por incumplir con una compra consolidada de medicamentos. La empresa recurrió a un amparo legal y en 2021 logró venderle al Gobierno federal, pero la cifra apenas sumó 2 millones 612 mil 362 pesos.

Mediante un amparo, Psicofarma volvió como proveedora. En 2022 logró firmar por más de 624 millones de pesos y en 2023, el IMSS le compró medicamentos por 10 mil 325 pesos en un contrato que venció el pasado 14 de abril.

En noviembre de 2022 Psicofarma debió enfrentar la orden de la Cofepris de suspender parte de su producción.

De acuerdo con los datos abiertos del colectivo Cero Desabasto que trabaja con base en reportes de recetas sin surtir, los medicamentos de salud mental empezaron a faltar en las farmacias de México desde 2021.

Andrés Castañeda, coordinador de esa agrupación, expone que a partir de finales de 2022 el número se incrementó y en lo que va 2023 la tendencia se mantiene al alza.

El 28 de febrero, en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, responsabilizó a la empresa de provocar de manera deliberada el desabasto para presionar a la Cofepris.

Dijo que aun cuando Psicofarma era la única que suministraba productos para la salud mental y el Gobierno asumió que era la única alternativa, se detectó incumplimiento en los contratos.

Elías Téllez, quien se convirtió en activista a partir de la búsqueda del medicamento que requiere, hace hincapié en que, más allá de esta historia de contratos y sanciones, miles de pacientes en el país se quedaron sin medicamentos que son fundamentales para vivir.

Las compras públicas para la salud mental

El Gobierno de México hizo 15 compras para adquirir tratamientos médicos para enfermedades psiquiátricas del 2019 hasta ahora por una suma de 263 millones 270 mil 970 pesos.

Esa cantidad cabe tres veces en el monto que destinó el gobierno de Miguel Riquelme Solís en Coahuila en compra de despensas para poblaciones en vulnerabilidad y cuyo reparto fue denunciado ante las autoridades electorales por usar padrones de ciudadanos con credencial para votar.

El monto invertido en la salud mental en las entidades públicas también es similar a la cantidad que el Gobierno destinó en 2020 para hacerse de un millón de cachitos de la Lotería Nacional del sorteo para el avión presidencial José María Morelos y Pavón que en abril pasado fue vendido a Tayikistán.

Lo anterior, de acuerdo con la localización de contratos con el título “Adquisición de medicamentos para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas” en Compranet, realizada por Reporte Índigo. El único año en que esas adquisiciones aparecen registradas es el 2020.

En Compranet, base de datos en la que el Gobierno registra sus licitaciones, aparecen solo 15 contratos para adquirir medicamentos para enfermedades psiquiátricas entre 2019 y 2023 Foto: Especial
En Compranet, base de datos en la que el Gobierno registra sus licitaciones, aparecen solo 15 contratos para adquirir medicamentos para enfermedades psiquiátricas entre 2019 y 2023 Foto: Especial

El organismo que más compró medicamentos psiquiátricos fue el extinto Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que en ese momento dejaba de ser Seguro Popular. Firmó 10 contratos por 263 millones 150 mil 335 pesos.

Otro organismo que adquirió medicamentos para salud mental fue Prevención y Readaptación Social, la instancia que administra las prisiones en México.

De 2019 a 2022, el número de personas privadas de la libertad pasó de 202 mil 337 a 223 mil 385.

De ellas, 92 mil 600 están a la espera de juicio, mientras que la sobrepoblación alcanza los 7 mil 75 internos, según el Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria de la Secretaría de Seguridad.

Para esa población carcelaria se compraron 89 mil 884 pesos en fármacos psiquiátricos con Lundbeck México S.A. de C.V.

La cantidad equivale a la multa que pagaría un conductor de transporte público por fumar mientras presta servicio, de acuerdo con la Ley General para el Control del Tabaco, promulgada en 2021.

La Secretaría de Salud hizo una compra por 792.96 pesos con Laboratorios Pisa. Las otras instancias que aparecen con contratos con adquisición de medicamentos para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas fueron los hospitales regionales de Alta Especialidad de la Península de Yucatán y de Ixtapaluca.

Las empresas que ganaron los contratos más grandes fueron Psicofarma S.A. de C.V. con 102 millones 214 mil 341 pesos, Lundbeck México S.A. de C.V. con 99 millones 845 mil 645 pesos y Sun Pharma de México con 24 millones 458 mil 72 pesos.

El paciente convertido en activista

De profesión titiritero y técnico en electrónica, Elías Téllez se propuso saber por qué la amitriptilina que le ayuda a tratar la ansiedad y la depresión desde hace 15 años no está disponible en las farmacias desde febrero pasado.

En su búsqueda acudió a la Secretaría de Salud, a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) y a Psicofarma, la empresa dominante en los medicamentos psiquiátricos en México desde hace 50 años.

En su camino, conoció a los integrantes de Cero Desabasto, quienes lo vincularon con otros pacientes que también habían notado la ausencia de medicamentos.

En febrero de este año, el desabasto de psicofármacos empezó a ser notorio en México.

Tres meses antes, la Cofepris le ordenó a Psicofarma suspender parte de su producción por incurrir en malas prácticas.

En la crisis de abasto de medicamentos psiquiátricos por la que atraviesa México, Elías Téllez se volvió un líder de la lucha social que se libra para que los fármacos vuelvan a los anaqueles. Foto: Especial
En la crisis de abasto de medicamentos psiquiátricos por la que atraviesa México, Elías Téllez se volvió un líder de la lucha social que se libra para que los fármacos vuelvan a los anaqueles. Foto: Especial

La medida obligatoria de acuerdo con el marco jurídico, alteró el consumo habitual y necesario de miles de pacientes de enfermedades psiquiátricas.

El 12 de abril Elías entregó un oficio en Palacio Nacional dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Le contestaron que acudiera al Instituto Nacional de Psiquiatría –de donde es paciente–y a la Cofepris.

El Instituto reconoció el desabasto no solo de la amitriptilina; sino de otros medicamentos para la salud mental.

Pero la Cofepris no le respondió. Desde ese momento inició una protesta en las redes sociales y en las calles.

“Se empezaron a unir pacientes que necesitaban el anapsique o el metilfenidato. Empezamos a tener gente de Guadalajara, Nayarit, el Estado de México, Puebla, Morelos … El grupo se iba nutriendo cada vez más y más”, relata Elías quien en mayo de 2023 se había convertido en el representante del Colectivo Medicamentos para Mentes Libres, organización que ha protagonizado una lucha social porque las farmacias vuelvan a ser surtidas con fármacos para la salud mental.

“La convocatoria es difícil porque se trata de pacientes que están pasando por el síndrome de retiro que es cuando se deja de tomar el medicamento, así, de tajo. Es como un síndrome de abstinencia. Te pasan muchas cosas espantosas orgánicamente”, expone en momentos en que tres medicamentos serán puestos de nuevo en las farmacias después de meses de protesta, según informó Psicofarma el pasado lunes 22 de mayo.

Aunada al desabasto, la discriminación permea la realidad de los pacientes psiquiátricos ,“en las farmacias nos tratan muy mal. Se piensa que falsificaste la receta. Somos el segundo país en discriminación de los pacientes psiquiátricos, según la OMS. El primero es Estados Unidos”, expresa Elías Téllez.

Desde su recién inaugurado activismo, el representante del Colectivo Medicamentos para Mentes Libres expresa que una vez resuelto el abasto de psicofármacos, generar una nueva visión de los padecimientos psiquiátricos en la sociedad será la gran batalla por librar.

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