Normalizar la explotación

Las trabajadoras del hogar en Jalisco son víctimas de discriminación, malos tratos y condiciones laborales deplorables a pesar de su visibilidad en los últimos años, reveló la organización Parvada

Mientras Ana María Rodríguez trabajaba como cocinera en una casa, su patrona la obligó a revisar el bolso de las chicas de la limpieza con el argumento de que podían robarse algo de la casa.

Esta es apenas una de las historias de abuso por las que tienen que pasar las miles de trabajadoras del hogar en Jalisco y en todo el país.

La hija de su empleadora había perdido un maquillaje ‘muy caro’ y la acusación inmediata fue para quien realizaba la limpieza. Ana María se negó a revisar los bolsos por atentar contra los derechos de su compañera de trabajo. Sin embargo la desconfianza de su jefa causó que las mujeres que le ayudaban en el aseo rotaran constantemente.

Su sueldo era de apenas 285 pesos al día y ella se encargaba solo de las labores concernientes a la cocina. Pero en el contexto de la desconfianza a las otras empleadas se le ordenó cambiar sus funciones por trabajos de limpieza en siete habitaciones y dos baños, lo que Ana María no veía con buenos ojos debido a que la carga de trabajo era mayor y su salario el mismo.

Como ella, 82 mil 77 trabajadoras del hogar en Jalisco tienen que vivir a diario las pésimas condiciones de trabajo. Estas van desde malos tratos, falta de prestaciones de ley y el abuso por parte de los empleadores, que también ejercen violencia verbal, física y sexual.

Parvada llevó a cabo una investigación encubierta en la entidad en la que se hizo pasar por una agencia de colocación de empleadas del hogar cuyos derechos no eran respetados

Estas cifras fueron dadas a conocer este jueves en el informe “Se busca muchacha de rancho: la normalización de la explotación laboral de trabajadoras del hogar en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, realizado por la organización local Parvada.

“Resulta fundamental que quienes emplean a trabajadoras del hogar sean conscientes de que las trabajadoras del hogar son sujetas de derechos, que deben ser respetados y garantizados por todas las personas que integran la familia”, expresó Ana Farías, directora de Parvada, asociación que las apoya.

Esta organización llevó a cabo una investigación encubierta en la que se hizo pasar por una agencia de colocación de empleadas del hogar cuyos derechos no eran respetados, es decir, entre las ofertas que se hacían a los empleadores había bajos salarios, condiciones de discriminación y la posibilidad de cambiar a las empleadas según el gusto de quienes requirieran de dichos servicios.

“Lo que la realidad refleja es que aún en 2019 hay quienes están dispuestos a emplear trabajadoras del hogar bajo esquemas de explotación. Esas personas podrían ser cualquiera: nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo”
Informe de la organización Parvada

Incluso algunos empleadores buscaban a menores de edad para llevar a cabo estas actividades productivas con el argumento de que “la sangre nueva siempre cae bien”.

“En la práctica y en relación al trabajo del hogar, hay empleadores que a pesar de que tienen la posibilidad de remunerar adecuadamente estas labores, están dispuestos a pagar montos incluso por debajo del salario mínimo.

Esto da una idea de lo normalizada que está la violencia laboral hacia estas mujeres, que son consideradas como trabajadoras sujetas a los mismos derechos que el resto de los trabajadores”, señala el informe.

De las 82 mil personas que se dedican a las labores del hogar en la metrópoli tapatía, que representa el 4 por ciento de la población económicamente activa, el 95 por ciento son mujeres.

Problema nacional

Con respecto al panorama nacional, se puede tener un contexto de las formas en las que se ha dado este tipo de empleo básico de la vida social, que no es reconocido oficialmente como un trabajo y generalmente no responde a los estándares internacionales del trabajo decente, señalan organizaciones como el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) quien está con Parvada.

El 42 por ciento de las trabajadoras del hogar recibe entre uno y dos salarios mínimos. Menos de 25 por ciento recibe aguinaldo, a menos del 10 por ciento le otorgan vacaciones con goce de suelto y el 97 por ciento no tiene acceso a atención médica por su actividad laboral, según informaron las organizaciones con base en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2017.

82 mil
77 personas que se dedican a los trabajos del hogar hay en Jalisco

“Estas condiciones profundizan las desigualdades sociales porque los salarios precarios, la falta de prestaciones sociales y la condición de discriminación representa empobrecimiento y mínimas posibilidades para enfrentar situaciones emergentes o de invertir en su futuro o en el de su familia”, expresó Erika Vega Anaya, investigadora del ILSB.

En cuanto a quienes trabajan desde la metrópoli tapatía, apenas el 2 por ciento lo hace puertas adentro, es decir, realizan labores en una casa donde también tienen un espacio que se les brinda para dormir. Mientras que el 98 por ciento lo hace puertas afuera, según datos recolectados por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

Sin embargo estos porcentajes tienen su explicación en las nuevas dinámicas sociales y urbanas, como explican las propias representantes de las organizaciones, ya que ahora las casas son más pequeñas y no se tiene contemplado un espacio para quienes realizan las labores domésticas por un salario.

4
por ciento representan de la población económicamente activa de la entidad

Además, algunas de las empleadas no solo labora en una casa, sino que por los bajos ingresos que reciben de estos trabajos se deben dedicar a hacer las tareas domésticas en diversas viviendas.

“La mayoría de quienes realizan labores del hogar y de cuidado son mujeres, lo cual significa que aún y cuando éstas deban trabajar fuera de casa para generar un ingreso, al llegar a sus casas deben dedicarle tiempo a estas labores”, agrega el informe de Parvada.

95
por ciento son mujeres

A pesar de las condiciones, las organizaciones ven como positivo e histórico el momento actual que se vive, ya que desde el Senado se ha aprobado un dictamen que pretende reformar la Ley Federal del Trabajo con el fin de reconocer a estas trabajadoras y poder acceder a disposiciones normativas obligatorias que les otorguen derechos laborales básicos.