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No sólo porros: acoso, asaltos y feminicidios azotan a la UNAM

La agresión a estudiantes frente a Rectoría no es un hecho aislado, en los últimos meses se han registrado casos de feminicidio y narcomenudeo

En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la violencia e inseguridad no para desde hace tiempo. Casos de feminicidio, asesinatos sin resolver, agresiones sexuales, acoso, narcomenudeo y agresiones de grupos porriles se han vuelto comunes para la comunidad estudiantil.

En las protestas realizadas esta semana donde exigieron la salida de los porros, los estudiantes también repudiaron el feminicidio de Miranda Mendoza Flores, estudiante de Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente, cuyo cuerpo fue localizado calcinado el pasado 21 de agosto en el municipio de Cocotitlán, Estado de México.

Las investigaciones apuntan que la joven de 18 años fue secuestrada un día antes al abandonar el plantel ubicado en Iztapalapa. Luego de que su familia no pudiera pagar un rescate, fue asesinada y abandonada sobre la carretera México-Cuautla. Hasta el momento, la Fiscalía mexiquense investiga los hechos bajo protocolo de feminicidio.

Tan sólo 5 días atrás de ese hecho, el jueves 16 de agosto, Amelia, una estudiante de la Fes Acatlán, denunció haber sido víctima de violación en plena vía pública frente a la vista de transeúntes en Naucalpan, Estado de México. Tras los hechos, la Fiscalía capturó al presunto agresor una semana después, pero las investigaciones continúan.

El asesinato de la académica universitaria Graciela y su hija Sol Cifuentes ha sido otro de los feminicidios más sonados. Ambas fueron asesinadas en su casa, en Delegación Álvaro Obregón, el pasado 15 marzo por presuntamente la expareja sentimental de la joven. Por tales hechos la Procuraduría local vínculo a proceso al exnovio de Sol, aunque las investigaciones siguen.

Sofía Noyola y Diana González fueron dos de las egresadas del CCH Azcapotzalco que acudieron a la megamarcha en Ciudad Universitaria ayer, la cual reunió más de 30 mil asistentes, según datos del gobierno capitalino. Actualmente una estudia en la Fes Acatlán y la otra en la Fes Zaragoza.

Las cosas cambiaron mucho en el CCH, señaló Diana, porque desde que entró María Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas, la ahora exdirectora del plantel, se tomaron muchas medidas autoritarias y represivas, como la reciente eliminación de los murales emblemáticos que representaban los ideales de la escuela.

Pero los problemas más graves por lo que traviesan todas las escuelas de la UNAM son el acoso y la inseguridad, aseguró por su parte Sofía.

La tarde del pasado 23 de febrero ocurrió otro de los acontecimientos más mediáticos de la UNAM. Una balacera entre narcomenudistas cerca de la zona de frontones de Ciudad Universitaria dejó heridos a dos sujetos que no pertenecían a la comunidad. Luego de la implementación de personal de Vigilancia UNAM por un par de semanas, la situación regresó a la normalidad.

Cristian García, alumno de la Facultad de Arquitectura, aseguró que este movimiento estudiantil tiene el propósito de exigirle al rector de la UNAM, Enrique Graue, atender urgencias que aquejan a la comunidad estudiantil.

“Nosotros pedimos que saquen a los porros de todos las escuelas, que pare el narcomenudeo en la Universidad, que se garantice la seguridad tanto dentro como fuera de los planteles y también que se cumplan las demandas que exigen los alumnos del CCH Azcapotzalco”, expresó.

El universitario dijo que se debe analizar si realmente la Vigilancia UNAM funciona y en caso de que no, llevar a cabo una reestructuración del personal y de los equipos de videovigilancia que monitorean la vida estudiantil para evitar actos delictivos y violentos.

Pliego petitorio

El documento fue leído ayer frente a los distintos colectivos reunidos en la explanada de Rectoría

  1. Que se asignen docentes de cada asignatura de todos los grupos existentes de CCH y en ambos turnos considerando el mobiliario de las aulas.
  2. Convocar a votaciones para elegir los puestos directivos de cada plantel tomando en cuenta a los estudiantes.
  3. Que la autoridad tenga la obligación de respetar y no infringir o intervenir las expresiones políticas y culturales de la comunidad estudiantil como es el caso de murales y áreas recreativas además de dar mantenimiento a los mismos para preservarlos.
  4. Transparencia en las labores administrativas y del presupuesto asignado de cada plantel. También en el caso de la ex directora del CCH Azcapotzalco, María Guadalupe Márquez Cárdenas.
  5. Atender las situaciones de acoso sexual y resolver las denuncias presentadas por la comunidad estudiantil.
  6. Garantizar seguridad en los planteles tanto en la parte de afuera como al interior.
  7. Desarticular los grupos porriles y expulsar a todas las personas que participen con ellos o los protejan.
  8. Que no existan represalias físicas o académicas para los estudiantes que participen en este movimiento estudiantil.

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