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Guerra de cárteles en NL

La guerra entre grupos del crimen organizado que está azotando Tamaulipas ya se libra también en Nuevo León, registrándose en la zona citrícola ejecuciones, levantones y secuestros.

 

Los liderazgos de los dos grupos antagónicos fueron neutralizados, sin embargo, la lucha entre estas dos facciones de exZetas por el territorio y el control del corredor rumbo a Monterrey apenas inicia 

La guerra entre grupos del crimen organizado que está azotando Tamaulipas ya se libra también en Nuevo León, registrándose en la zona citrícola ejecuciones, levantones y secuestros.

 

El enfrentamiento es entre dos grupos de exintegrantes del Cártel de Los Zetas: por un lado el llamado Cártel del Noreste, y por el otro los Zetas Vieja Escuela, en un intento por posicionarse y abrirse camino en este corredor de entrada hacia Monterrey.

 

Este contexto se asemeja a las primeras señales de violencia que vivió la entidad en el 2010, que sería el preludio de la mayor ola de violencia que ha vivido Nuevo León, y que llegó a la zona metropolitana, territorio neutral de los cárteles hasta entonces.

 

Fue en 2009 cuando Los Zetas, surgido como brazo armado del Cártel del Golfo, se desligaron de esta organización, tras lo cual comenzó la batalla por el control de Tamaulipas, una de las principales rutas del narco debido a la frontera que comparte con Estados Unidos.

 

Los brotes de violencia y el abierto enfrentamiento entre los dos grupos comenzaron a ser visibles a principios de 2010, en ciudades como Reynosa y Matamoros, y pronto se extendieron a otras zonas del estado fronterizo.

 

Como resultado del conflicto entre los otrora aliados, numerosas localidades del estado se transformaron en pueblos fantasma, y ciudades como Miguel Alemán, Ciudad Mante y Mier, entre otras, se convirtieron en zona de guerra.

 

Sin embargo, la lucha por el territorio pronto se extendió hacia el estado de Nuevo León, comenzando por los municipios de Allende, Linares, Montemorelos y Santiago, en la llamada región citrícola, colindante con Tamaulipas.

 

Los años negros

 

Los estragos de la guerra por el control del corredor hacia Monterrey pronto se comenzaron a sentir en Nuevo León.

 

Con enfrentamientos entre sicarios y de éstos con las autoridades, desplazamientos forzosos, ejecuciones, desapariciones.

 

Incluso, ante el azote de violencia en la región, la primera intervención a gran escala de la Secretaría de la Defensa Nacional en la entidad se dio precisamente en el municipio de Linares, a principio de 2011. 

 

El despliegue militar pronto se extendería hacia otros municipios, como Cadereyta y Guadalupe.

 

El cerco finalmente se estrechó y la ola de violencia llegó a la zona metropolitana, emblema del desarrollo industrial en el país, y los regiomontanos vivieron los estragos de la guerra entre cárteles.

 

Extorsiones, secuestros, levantones, enfrentamientos en cualquier lugar y a cualquier hora, narcobloqueos en las principales avenidas, sin olvidar la tragedia en el Casino Royale, donde más de 50 personas perdieron la vida. 

 

Una pesadilla que se extendió por años, y que hoy amenaza con regresar.

 

Neutralizando líderes… y reacomodo inminente

 

Los paralelismos entre la actualidad y la ola de violencia que azotó Nuevo León entre 2010 y 2012 es evidente.

 

Nuevamente una escisión entre un gran cártel y el enfrentamiento entre las dos alas que se desprendieron está asolando el estado, y la zona citrícola ya siente los primeros embates.

 

En las últimas semanas se han suscitado hechos que apuntan en una dirección: un reacomodo de las fuerzas y una abierta disputa por la plaza en las dos organizaciones en pugna, el Cártel del Noreste y Zetas Vieja Escuela.

 

El suceso que habría originado el rompimiento entre Los Zetas habría sido la detención de su último líder visible, Omar Treviño Morales, el “Z-42”, tras lo cual su sobrino, Juan Francisco “Kiko” Treviño, habría intentado hacerse del control del cártel.

 

Sin embargo, una facción del grupo delictivo habría estado en desacuerdo con el nuevo liderazgo e incluso en los métodos de la organización, queriendo regresar solo al negocio original del narcotráfico dejando de lado actividades como el secuestro y la extorsión, de esta facción nacieron los Zetas Vieja Escuela.

 

Mientras tanto, ‘Kiko’ Treviño transformaría su célula dividida como Cártel del Noreste, y así comenzaría la pugna con los Zetas Vieja Escuela, liderada por Javier Morales Valencia, “El Shaggy” o “Bravo 1”.

 

Precisamente, muchas de las narcomantas que han aparecido tanto en Tamaulipas como en Nuevo León llevan la firma de “Bravo 1”, y en ellas ha atacado al grupo rival y se ha deslindado de las 

actividades como el secuestro y la extorsión.

 

Morales Valencia, “El Shaggy”, identificado como el líder del grupo delictivo en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, fue abatido el pasado lunes 10 de octubre por elementos de la Secretaría de Marina durante un enfrentamiento en el municipio de Allende.

 

Mientras tanto, ‘Kiko’ Treviño, líder del Cártel del Noreste, fue detenido en Houston por autoridades estadounidenses el pasado 30 de septiembre, y enfrenta cargos por narcotráfico en el estado de Texas. 

 

El clan de los Treviño, con los hermanos Miguel y Omar como antiguos líderes zetas, parece llegar a su fin tras la detención de ‘Kiko’.

 

Además de la muerte de  ‘El Shaggy’ y la detención de ‘Kiko’, el fin de semana pasado fue ejecutado Manuel Cárdenas Medina, sobrino de Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo, un hecho que también impulsaría el reacomodo de fuerzas entre los grupos delictivos.

 

Tras estos sucesos es difícil que en los próximos días o semanas no haya repercusiones, tanto en Tamaulipas como en Nuevo León, en donde la población será nuevamente la principal afectada.

 

Los liderazgos de los dos grupos antagónicos ya fueron neutralizados, sin embargo, la lucha entre estas dos facciones de exZetas por el territorio y el control del corredor rumbo a Monterrey apenas está comenzando.

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