Contra género y piel

Sus días comienzan entre las cinco y seis de la mañana, apenas le avisan con 24 horas antes si los llamados serán en locación o en set, pero esto no es impedimento para ser la cabeza de la familia Bauche Chavira, mantener a seis perros y vivir junto a su hermano y su madre al sur de la Ciudad de México.

A pesar de tener más de 30 años de carrera, la artista es encasillada en papeles de mujer en situación de riesgo, de clase social baja o indocumentada, sin tener protagónicos en películas nacionales
https://youtu.be/QWk36v_97NI

Sus días comienzan entre las cinco y seis de la mañana, apenas le avisan con 24 horas antes si los llamados serán en locación o en set, pero esto no es impedimento para ser la cabeza de la familia Bauche Chavira, mantener a seis perros y vivir junto a su hermano y su madre al sur de la Ciudad de México.

De ánimo radiante, sonriente y cariñosa con quienes le rodean, Vanessa Bauche se siente empoderada de su vida y en el marco del Día Internacional de la Mujer platica de cómo en su experiencia profesional ha sufrido una doble discriminación en su carrera actoral: por ser del género femenino y de piel morena.

“El que nace moreno y quiere ser actor no puede hacer otra cosa más que sufrir y de pobre, si tú ves ahorita que está de moda en el cine la comedia romántica no hay morenas protagonizando ni morenos, la comedia romántica es para los blancos”, expresa en entrevista para Reporte Indigo.

Parafraseando a Simone de Beauvoir, la artista mexicana considera que el género lo determina el contexto en el que se crece, por lo que ella se define primero como ser humano antes que una mujer.

“Me considero una mujer amorosa, responsable, cabeza de familia, con todas estas habilidades propias de la femineidad, pero creo que más que como mujer yo siempre me he considerado un ser humano”, dice.

Actualmente Bauche encarna a Leticia Jiménez en la novela televisiva “La doble vida de Estela Carrillo” donde interpreta a una migrante mexicana que se fue de mojada a Estados Unidos por seguir a su marido. La actriz decidió hacer el papel para mostrar a las mujeres parte de la realidad actual y generar conciencia social.

“Para que se sientan también abrazadas, que no están solas, que sí estamos en México conscientes de lo que están viviendo y que encontremos canales realmente de reubicación para los compadres que van a deportar y las familias que están separando que eso me parce lo más absurdo de la especie humana”, agrega la actriz.

El salario desigual

La mujer de 44 años de edad no titubea al decir que por su condición femenina se le paga menos que a los hombres y para eso ejemplifica con un trabajo reciente que tuvo en la televisión.

“Hace poquito en una serie que acabo de hacer, uno de los protagonistas ganó más del doble de lo que me ofrecieron a mí, casi el triple y es su primer protagónico”, comenta.

Bauche también ha sido víctima de malos manejadores en el pasado, que inclusive operaron en su contra, por lo que ella actualmente administra sus propias redes sociales por las cuales responde a su público sin reservas.

“Si hablamos de discriminación sí, eso me ha pasado últimamente, de malos manejos en mi carrera, hay un prejuicio a que no puedo hacer ciertas cosas o que no puedo ganar tanto más por falta de conocimiento, de mi persona y de mi trayectoria y de mis capacidades, pero yo creo que eso nos pasa a muchos y a muchas actrices también”.

Etiqueta morena

Después de que “Amores Perros” (2000) le posicionara como un talento nacional femenil a cuadro, no todo siguió siendo fácil para Bauche, ya que recuerda que en los castings se pedía un perfil de actores que le excluía de obtener papeles principales.

“Antes te decían en los castings ‘están buscando un tipo latino internacional’ y tu llegabas al casting y eran rubias, habían brasileñas o argentinas de dos metros o españolas y decías ‘¿y lo latino internacional?’ y te respondían ‘sí es que por eso es internacional, porque hablan español, son latinas’ y yo decía ‘no tengo nada que hacer aquí’”, afirma Bauche.

A pesar de que la hija del fallecido músico Tito Bauche lleva más de 30 años de trayectoria, no le han dejado destacar en papeles que no sean de migrante, persona en situación de riesgo o de baja clase social, estando encasillada por su color de piel.

“No ha habido forma de que yo pueda hacer en México proyectos de otro nivel socioeconómico, de condiciones más favorables o más ligeras. Es como de ‘pues lloró bien bonito la de “Amores Perros”, pues que siga llorando’”, platica de manera irónica.

‘No soy feminazi’

Defiende e incita a que haya más educación en contra de la misoginia y el machismo en México, cree fervientemente que el país está listo para recibir a una mujer presidenta en el 2018, pero ante todo, Vanessa Bauche aclara que no es feminista.

“Lo que es doloroso sí es la condición del género femenino, pero a partir de la propia educación matriarcal; no quería decirlo pero, no soy feminazi, defiendo los derechos de la mujer porque me tocó nacer mujer”, aclara.

Profundizando en el tema, Bauche especifica que no le gusta caer en los “ismos”, por lo que prefiere desmarcarse de estar dentro de movimientos que no siente propios.

“Los ismos no me gustan, el Itsmo de Tehuantepec sí me parece muy bello (bromea) pero de ahí en fuera el comunismo, el trasnochismo, el derechismo, el izquierdismo, el delanterismo, el traserismo… o sea a mí los ismos me parece que son delimitantes”, confiesa.

La ejecutante dramática que no se encuentra casada ni tiene hijos, cree que su más grande éxito es precisamente el trascender a las etiquetas y prejuicios que impone la sociedad.

“Haber podido hacer eso, atreverme a estudiar y prepararme para probarme y yo retarme nuevas cosas, creo que ese es el mayor logro o de lo que más me puedo sentir yo orgullosa, el compromiso que tengo conmigo y con no estancarme”, puntualiza.

Femenina ante la ley

Bauche aclara que falta marcar una figura femenina representativa ante la ley mexicana para todas aquellas mujeres que son cabeza de familia, como le sucede a ella, ya que aunque sean o no madres biológicas hacen falta apoyos con este propósito.

“Yo soy responsable de una bandota, o sea tengo seis perros, una mamá, un hermano, Mary que nos ayuda en casa, mi asistente que tiene un bebé y como mujer aunque sea cabeza de familia, si no estoy casada ni tengo hijos, los seguros de gastos médicos, el seguro de vida, incluso las membresías para un deportivo, un club, lo que sea, no te toman en paquete como a los hombres, o como a las mujeres que sí están casadas y tienen hijos”.

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La senadora Martha Tagle es tajante: aunque las mujeres han ganado representatividad en la vida pública del país, no son quienes toman las decisiones que marcan el rumbo de México.

A ella le ha tocado vivirlo en carne propia como nunca antes. Desde su llegada al Senado, en agosto del 2015, cada día ha sido una lucha por posicionar no solo los temas que interesan a las mujeres, sino participar en la definición de las políticas públicas que inciden en el país.