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Viajar en el Metro de la CDMX: inseguro y arriesgado

La delincuencia en el Sistema de Transporte Colectivo Metro encontró un nuevo objeto del deseo que se suma a la cartera y al teléfono celular, se trata del pasamanos, herramienta esencial para que los usuarios no sufran caídas

Si viajar en el Metro puede resultar agobiante por los empujones, patadas y codazos que un pasajero puede recibir en las horas de mayor tránsito, el trayecto puede ser mucho peor si se tiene la mala suerte de toparse con un vagón que carece de pasamanos.

En esa situación, además de cuidar que alguna persona les robe la cartera o el teléfono celular, los usuarios también deben de ser precavidos para no sufrir una caída a falta de esas estructuras metálicas, pues un frenón puede resultar más que doloroso.

El robo de los tubos metálicos es un problema cada vez más común y evidente en los trenes que no sólo genera daños y pérdidas al Sistema de Transporte Colectivo (STC), que además atenta contra la integridad física de los usuarios.

“Nunca he sufrido un accidente, gracias a Dios, pero he estado muy cerca en varias ocasiones, pero esto ha sido no sólo por los tubos, sino también por las paradas casi en seco que se echan los trenes”
Carmen LunaUsuaria del Metro

Maximilian María tiene 17 años, practica skateboarding y vive al nororiente de la capital. Tras un frenón de uno de los trenes que transita en la Línea 9, conocida como la línea café, y la falta de un tubo a un costado de una puerta, el joven cayó sobre otro que se encontraba a un lado.

“Suelo moverme por casi todas las líneas del metro, ando de aquí para allá, y, sí me ha tocado varias veces caerme sobre la gente, como acaba de pasar. La mayoría nos damos cuenta cuando sentimos el jalón o el guamazo y está vez no tuve de donde agarrarme”, dijo apenado.

“Deberían checar esto de los pasamanos para evitar accidentes. Hoy fui yo, ¿pero qué tal si mañana alguien grande o con bastón se lastima por intentar agarrarse de un tubo que no hay?, además todos pagamos nuestra entrada al Metro para su mantenimiento, y como dicen, ¿en dónde se ven reflejados nuestros 5 varitos?”.

Carmen Luna, de 61 años, transita casi a diario por algunas de las estaciones de la Línea 3 para cuidar a su nieto. Ella vive al norte de la capital y su hija en la zona centro.

“Esto (de la falta de pasamanos) me ha tocado en varias líneas, en esta que corre de Indios Verdes al sur, la café de Tacubaya, la otra verde, sí es común encontrarse con este problema”, se quejó.

“No hay de dónde sostenerse, de dónde agarrarse. Cuando te toca en medio de las puertas luego todos se cargan del lado de donde hay tubo y los demás nada más nos estorbamos”.

En un recorrido realizado por las 12 Líneas del Sistema de Transporte Colectivo se confirmó que en al menos 5 de ellas hay trenes con vagones a los que les faltan pasamanos, tanto a un costado de las puertas, como en los asientos laterales y transversales.

Se trata de las líneas 1, 3, 4, 8 y 9, en la mayoría de los casos se puede observar que dichas piezas fueron removidas o destornilladas debido a la falta de un seguro con cierre de llave hexagonal.

Problema invisible

El robo de pasamanos es un problema no reconocido por Jorge Gaviño, titular del STC, quien incluso resaltó las características de estas estructuras.

“No tenemos esa clase de problemas en este momento, hemos tenido problemas de que se aflojan a veces los pasamanos, hay mucha gente, mucha presión, mucho peso y a veces se cuelgan de estos, pero son pasamanos muy fuertes, y cuando detectamos que están flojos o que inclusive se ha desprendido alguno de ellos, de inmediato se colocan”, dijo.

“Es una de las actividades permanentes que tenemos en Protección Civil y eso ha sido desde los 48 años que tiene el metro ya funcionando (…) y, los pasamanos se reparan de inmediato, en las noches”, aseguró.

Pese a la postura del titular, personal del STC sí reconoció la falta de estructuras con el delito EL fenómeno se debe principalmente a que la gente vandaliza los vagones y no a un faltante de refacciones como podría creerse, informó personal del Metro de robo. “El problema se tiene identificado, sin embargo, el mismo se encuentra en su mínima incidencia.

“Cuando una situación de este tipo se presenta es levantado un reporte y el tren es enviado al taller. Este fenómeno se debe principalmente a que la gente vandaliza los vagones y no a un faltante de refacciones como podría creerse”, informó el personal.

Cuando se identifica que a una unidad le hace falta un pasamanos, una luminaria, o simplemente tiene una tuerca floja, el daño es reparado antes de que el carro sea puesto nuevamente en circulación, además de su limpieza correspondiente, se aseguró.

El fenómeno se debe principalmente a que la gente vandaliza los vagones y no a un faltante de refacciones como podría creerse, informó personal del Metro

Usuarios del metro coinciden en que este hecho podría ser el resultado de actos vandálicos, como la pinta o el rayado de vidrios e instalaciones, o en su caso del robo de acero inoxidable, pese a que éste se cotiza a la compra en un precio máximo de 24 pesos por kilo, por debajo de otros metales, se verificó en casas recicladoras de la Ciudad de México y del Edomex.

Un problema añejo

Los percances y las fallas en el metro provocadas por actos vandálicos y el robo de piezas no son algo nuevo.

El 23 de enero, el STC reportó la muerte de un hombre que intentó sustraer cableado de cobre de una subestación eléctrica que da suministro a la Línea 5.

Una noche antes, el presunto ladrón había entrado haciéndose pasar por un indigente, debido a que el lugar es utilizado de manera ilegal como refugio de personas en situación de calle.

El pasado 13 de septiembre de 2017, el metro también reportó la suspensión temporal de su servicio en la Línea 8, porque en la madrugada de ese mismo día habían intentado robar parte del cableado principal de algunos de los tramos de la estación terminal de Constitución de 1917.

En aquella ocasión, la circulación de los trenes fue interrumpida durante más de 20 minutos y en el sitio de la afectación fueron encontrados múltiples cables de alta tensión desatornillados, los cuales no mantenían ni permitían un contacto estable de corriente eléctrica.

Éste no ha sido el único transporte público vandalizado, pese a que en 2014 se estableció que el robo de material de industria en transporte público puede ser sancionado con hasta siete años de prisión.

El pasado 28 de diciembre de 2017 también se reportó la suspensión del servicio en 2 líneas del Trolebús, perteneciente al Sistema de Transportes Eléctricos (STE) de la Ciudad de México, la cual duró 2 horas. En la madrugada previa, al menos tres sujetos habían robado parte del cableado elevado.

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