Los médicos residentes del Hospital Civil de Guadalajara

Médicos residentes sortean el Covid-19

Los médicos residentes del Hospital Civil de Guadalajara, jóvenes recién egresados que se están formando en alguna especialidad, combatirán la propagación del coronavirus sin capacitación especializada ni insumos suficientes

El temor de contraer el Covid-19 avanza entre los jaliscienses casi tan rápido como el virus mismo. Pero los jóvenes médicos residentes como Alfredo, cuyo nombre fue cambiado por cuestiones de seguridad, no siempre expresan su miedo.

No ha cumplido ni siquiera los 27 años de edad y afronta todos los días los peligros de contraer el coronavirus en el Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, una institución de salud a la que acuden personas de escasos recursos. Hace apenas un año egresó de la carrera de médico cirujano de la Universidad de Guadalajara.

“La verdad es que esta situación la has visto durante la carrera, leíste de algunas pandemias, pero la verdad es que nunca pensaste que ibas a vivir una”, platica.

Los más de 800 médicos residentes del Hospital Civil saben que tienen mayor riesgo de contraer el virus y que serán testigos directos de los casos de Covid-19.

“Ahorita el ambiente no está tan lleno de estrés porque todavía no se viene el colapso de los hospitales, aún no se da esa aceleración de confirmación de casos. Pero cuando comiencen a saturarse las salas del hospital, cuando se empiece a acabar el recurso, las jeringas, las gasas, los tanques de oxígeno, ahora sí va a ser un estrés que incluso yo, como otros compañeros, he pensado en irme de mi casa a vivir a una habitación por el miedo de infectar a alguien de la familia. Eso es lo que ha pasado por mi mente, irme a otra parte si la situación explota más adelante”, menciona en entrevista con Reporte índigo

El médico en formación sigue las recomendaciones de higiene para evitar llevar el virus del hospital al hogar.

“Yo tomo las medidas necesarias para no llevar esa contaminación a nuestros hogares, utilizo unos zapatos solamente para el hospital, mi ropa cuando llego la lavo en agua hirviendo, también ya compré mis cubrebocas. Pero sí genera incertidumbre cuando ves a pacientes que pueden tener una sintomatología compatible con el coronavirus”, expresa.

Hace un año el joven egresó de la carrera de médico cirujano de la Universidad de Guadalajara

Médicos Residentes A la espera de la Fase 3

Estos jóvenes veinteañeros han ido acompañando al Hospital Civil en su adaptación gradual a la emergencia del coronavirus, desde los primeros casos en los que no había un protocolo, hasta ahora que ya hay áreas especializadas y personal capacitado para la contingencia.

“Al principio de los primeros casos que llegaron a confirmarse en el hospital, los pacientes llegaban a la misma área de urgencias de todos, los veían médicos que no tenían equipo de protección y ahorita sí ya hay como una atención que sí le dice al paciente hacia dónde se vaya o llegan a otro lado los pacientes con sospechas de coronavirus”, comenta.

En la segunda mitad de marzo, la creación de áreas especializadas para la atención de los pacientes con coronavirus en el Hospital Civil Antiguo, así como en el Nuevo, ayudó a que se recobrara el ánimo del personal médico que comenzaba a decaer ante el riesgo creciente de contagio, según el joven de 26 años.

“A inicios o mediados de marzo todavía había completo entusiasmo, las actividades normales, como siempre. A partir de los primeros casos que llegaron, en el hospital comenzó la incertidumbre, más o menos entre el 15 y el 30 de marzo aumentaba la incertidumbre y algunos tenían desesperación de que los expusieran a estos pacientes sin equipo de protección”, recuerda.

Después de que se conformó el área especializada en Covid-19 el ánimo volvió a establecerse, pero siguen incrementando las cifras a nivel nacional.

“Ahorita sí ya entra un poco más el temor, la incertidumbre de los médicos de qué es lo que va a pasar más adelante, ya muchos comienzan a abastecerse por sus propios medios del equipo de protección”, revela.

Él tuvo que poner 3 mil pesos de su propia bolsa para poder hacerse del equipo mínimo de protección.

“Es que compré cubrebocas para aquí y para mi familia, varios N95 a precio elevado y una careta facial”, detalla.

Los jóvenes residentes están en espera de una capacitación especializada para la emergencia, pues saben que en la Fase 3 de la epidemia, el hospital dispondrá de todo su personal para darse abasto.

“La capacitación hacia residentes ha sido más autodidacta que otra cosa. Nunca ha habido una sesión o que el hospital te envíe un material directamente a ti. Ha sido yo creo que 80 por ciento que nosotros tomamos revistas médicas, recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud)”, confiesa.

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