Mauricio Fernández: ¿Por qué deja La Milarca?

Muchos se preguntan por qué Mauricio Fernández quiere donar La Milarca y convertirla en museo.

Y hay dos límites para que el exalcalde de San Pedro construya lo que quiera en el nuevo fraccionamiento La Ventura, en la parte alta de la sierra: Pendientes superiores al 45 por ciento y uso exclusivo residencial.

Ambas limitantes podrían acabar si  se aprueba la reforma a la Ley de Desarrollo Urbano en el Congreso y se cambia el uso de suelo residencial en la zona alta de la montaña.  

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Según el documento del 2007, en total fueron 67 los inmuebles donados a los hijos y nietos de Doña Márgara, en la parte más alta de la montaña, arriba del fraccionamiento Villa Montaña
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Muchos se preguntan por qué Mauricio Fernández quiere donar La Milarca y convertirla en museo.

Y hay dos límites para que el exalcalde de San Pedro construya lo que quiera en el nuevo fraccionamiento La Ventura, en la parte alta de la sierra: Pendientes superiores al 45 por ciento y uso exclusivo residencial.

Ambas limitantes podrían acabar si  se aprueba la reforma a la Ley de Desarrollo Urbano en el Congreso y se cambia el uso de suelo residencial en la zona alta de la montaña.  

Y es que tres meses después de la muerte de Doña Márgara Garza Sada de Fernández, su hijo Mauricio dio a conocer que donaría su residencia para convertirla en museo, aunque ésta se encuentra en una zona eminentemente residencial.

La Milarca, como la nombró el exalcalde de San Pedro, está edificada en un terreno de casi cuatro hectáreas en la parte alta de la sierra, en Pedregal del Valle.

Su construcción le costó años y millones de pesos en edificación, obras de arte y antigüedades adquiridas en todas partes del mundo.

Para convertirla en museo, Fernández solicitó al Cabildo de San Pedro otorgarle el cambio del uso de suelo.

Pero de autorizarse la modificación al Plan de Desarrollo Urbano 20-30 de ese municipio, también se abriría la puerta a que otras edificaciones en la zona alta de la montaña tuvieran un fin distinto al residencial.

Es decir, a los lotes que luego de la muerte de Doña Márgara son propiedad de Mauricio y de sus hermanos en el Fraccionamiento La Ventura, en lo más alto de la Sierra Madre Oriental.

Porque tras el deceso de su madre, Mauricio y sus cinco hermanos, heredaron 38 lotes del Fraccionamiento Campestre La Ventura, adicionalmente a lo que ya les había cedido su madre en vida.

En el archivo del Registro Público de la Propiedad de Nuevo León, en la escritura pública adscrita con el número 12 mil 841, del libro 230, consta el Contrato de Donación en Ejecución Parcial de Fideicomiso.

En éste queda plasmada la sucesión de los terrenos localizados en el exclusivo sector de La Ventura, que forma parte de la Sierra Madre.

Según el documento del 2007, en total fueron 67 los inmuebles donados a los hijos y nietos de Doña Márgara, en la parte más alta de la montaña, arriba del fraccionamiento Villa Montaña.

En el acta se estipula que se repartieron 29 propiedades con diferentes extensiones y ubicaciones en La Ventura. 

A Mauricio Fernández le fue heredado el lote 53, a su hija Milarca el 29 y a Maximiliano el número 30.

Pero en el inciso “d” de la Cláusula Tercera del Fideicomiso, especifica que al fallecer la madre de Fernández Garza, sus hijos adquirirían los terrenos que no hubieran sido asignados.

“Que la Fiduciaria al ocurrir el fallecimiento o incapacidad del Fideicomitente y existan lotes de terreno en el patrimonio fideicomitado sin asignar, proceda a transmitir por vía de sucesión o donación por partes iguales a los hijos de la Fideicomitente…”, dice el escrito.

Según las especificaciones de la matriarca, para estas fechas ya debieron ser repartidos entre sus seis hijos los 38 lotes que restaban de esta parte de la sierra.

Cabe mencionar que el pasado mes de septiembre, el Cabildo de San Pedro negó al hijo de Mauricio, Antón Mauricio Fernández Zambrano, la autorización para fusionar dos terrenos en la colonia La Ventura.

El Ayuntamiento sampetrino concluyó que la pretensión de Antón, de unir dos lotes, no sería autorizada porque éstos tienen más de 45 grados de pendiente, lo que está prohibido por la ley actual.

Sin embargo, hay una reforma a esta Ley de Desarrollo Urbano en el Congreso, que está siendo analizada y propone eliminar esa limitante.

El grupo vecinal Pro Montaña está buscando convencer a los legisladores para que no sea aprobada la iniciativa que pide modificar la Ley de Desarrollo Urbano de Nuevo León.

Al retirar la restricción para construir en terrenos con una pendiente natural mayor al 45 por ciento, se consentiría edificar sin ninguna limitante sobre la sierra.

Por otro lado, los vecinos de la zona de montaña de San Pedro han manifestado su rechazo a que sea aprobada la modificación al Plan Municipal de Desarrollo 20-30, que permitiría el cambio de uso de suelo de La Milarca.

Recientemente Mauricio Fernández Garza ofreció una cena a miembros del Cabildo, con quienes compartió su proyecto de museo y solicitó su apoyo para modificar el reglamento municipal.

Con los cambios en el Plan de Desarrollo Urbano 20-30 de San Pedro y las modificaciones a la Ley de Desarrollo Urbano del Estado, el cambio de uso de suelo de la residencia de Fernández Garza vendría en automático.

La urbanización de la sierra madre, donde hay 100 lotes en la zona de montaña marcados como multifamiliares, sería el siguiente paso.

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