México dividido por los matrimonios gay

Ni la inseguridad, ni la corrupción, ni el combate a la pobreza, ni los cientos de cadáveres encontrados en fosas clandestinas o la desaparición de miles de personas. Nada.

 

En su sitio siame.mx la Arquidiócesis acusa a los homosexuales de propagar enfermedades de transmisión sexual
José María de la Torre, arzobispo de Aguascalientes, dijo que debe apoyarse a políticos que defiendan a la familia fundada en un matrimonio entre un hombre y una mujer
Los sectores que se están movilizando contra el matrimonio igualitario se sienten herederos de la Cristiada; no les interesa el discurso social”
Elio Masferrer especialista en religiones
y académico de la ENAH
La Iglesia tiene derecho a dar su punto de vista, nunca a imponer. Y cuando se trata de derechos, cualquier persona tiene derecho a que se le otorguen” 
José de Jesús Aguilar Valdés
sacerdote de la Arquidiócesis
https://youtu.be/KKaInmTxX2A

Ni la inseguridad, ni la corrupción, ni el combate a la pobreza, ni los cientos de cadáveres encontrados en fosas clandestinas o la desaparición de miles de personas. Nada.

 

Ningún tema ha llevado a las calles a miles de personas, ni ha despertado los ataques más apasionados de las Iglesias, como la posibilidad de que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio.

 

Como pocas veces en la historia, la sociedad mexicana está dividida por una polémica de derechos. 

 

El matrimonio igualitario ha despertado a los grupos más conservadores del país. México está dividido.

 

Azuzados por diferentes Iglesias –pero principalmente la católica-, estos grupos han centrado su actividad en impedir que siquiera se discuta en el Congreso de la Unión la iniciativa que el presidente 

Enrique Peña Nieto envió para quitar los candados a la figura matrimonial y permitir que las parejas del mismo sexo puedan casarse.

 

El pasado fin de semana, miles de personas marcharon en la Ciudad de México para pedir que se proteja a las familias tradicionales, conformadas por padre, madre e hijos, y condenar la intención del Estado por dar el mismo estatus legal a las parejas de la diversidad sexual.

 

El mismo día, marcharon contingentes de la comunidad LGBTTI –Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero e Intersexual) para pedir que el debate se centre en los derechos civiles y no en los dogmas religiosos.

 

Los gritos “Familia solo hay una” y “Matrimonio y adopción, para toda la nación” se confundían en el Ángel de la Independencia. Dos posturas encontradas, dos visiones de México en el siglo XXI.

 

En todo el debate, la Iglesia católica ha tenido un papel primordial. Desde sus órganos de difusión, principalmente, ha incitado no a proteger a la familia tradicional, sino a rechazar a las personas homosexuales y a acusarlas hasta de propagar enfermedades de transmisión sexual.

 

Sin embargo, no toda la Iglesia católica navega en el mismo barco. Hay quien se ha mostrado en contra de la postura de rechazo que ha tomado la Iglesia sobre este tema. No solo en México se vive un cisma, también ocurre al interior del catolicismo.

 

La postura de la Iglesia católica ha ido cobrando relevancia en un momento en que el Gobierno federal atraviesa por una de sus peores crisis de aprobación, lo que ha contribuido al empoderamiento de los grupos conservadores, que nada dicen sobre la polémica que ha envuelto a esta religión y a algunos de sus ministros en México.

 

Su activismo ya ha provocado que algunos ciudadanos demanden a la Secretaría de Gobernación que detenga la labor de la Iglesia católica sobre temas que son exclusivos de derechos civiles. Los juicios están ya en proceso y se han presentado pruebas sobre la incitación desde los púlpitos.

 

El activismo católico

 

Desde la presentación de la iniciativa presidencial para permitir el matrimonio igualitario, los grupos conservadores comenzaron con su ofensiva contra la propuesta.

 

La acometida más rápida y feroz vino de la Iglesia católica, que desde el primer momento se mostró contra la propuesta presidencial y llamó a sus fieles a rechazar la iniciativa.

 

En algunos lugares, el ataque contra la posibilidad de que las parejas del mismo sexo contraigan matrimonio comenzó desde antes.

 

En Aguascalientes, por ejemplo, José María de la Torre, arzobispo de esa ciudad, dio a conocer el 8 de mayo su “Carta Pastoral de las Elecciones del 5 de junio del 2016” y, ante medios de comunicación el cura criticó la cerrazón del Gobierno federal y su despojo a los padres de dar la educación que decidan a sus hijos.

 

“¡Que nos oigan! Firmamos, nos manifestamos, escribimos, decimos, y no oyen. Como dijo Salinas de Gortari: ‘ni los veo ni los oigo’, así dijo. Va a ser esa línea de gobierno que todavía persiste; discípulos del mismo maestro. Esperamos que cambien (…).

 

“Las dos iniciativas de Peña Nieto, las de derechos de los menores y  ésta (de libertad de enseñanza) les quitan ese derecho a los padres de familia. Seguro él no es papá o es papá de hijos ajenos; le vale un cacahuate lo que les pase”, lanzó el arzobispo.

 

En esa Carta Pastoral firmada por De la Torre, que fue repartida en las iglesias de Aguascalientes, refirió que debe apoyarse a políticos que defiendan la vida humana desde la concepción, a la familia fundada en un matrimonio entre un hombre y una mujer, que den libertad en la educación de los hijos y promuevan el bien común.

 

En esa entidad se hicieron llamados desde las Iglesias a no votar por quienes buscaban regularizar los matrimonios igualitarios.

 

“Un católico sería culpable de cooperar con el mal y sería indigno de comulgar si vota por un candidato cuya postura sea ambigua respecto a la vida”, se oye a un laico hablar frente a la feligresía en una Iglesia de Aguascalientes, en un video subido a las redes.

 

Rechazo total a matrimonio

 

Apenas horas después de que el presidente Peña Nieto dio a conocer su propuesta, el 17 de mayo pasado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), órgano que aglutina a todos los obispos del país, dio línea a todos los sacerdotes sobre el respeto que merecen las personas con distinta orientación sexual, pero el rechazo absoluto a la idea de unirlos en matrimonio.

 

“En una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad, reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio.

 

“Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”, afirmó la CEM en un comunicado firmado por Francisco Robles, su presidente.

 

Esto provocó que los sacerdotes de todo el país iniciaran las acciones contra la iniciativa presidencial. Faltaban solo 19 días para las elecciones del 5 de junio.

 

Sin embargo, los ataques más frontales salieron de la Arquidiócesis Primada de México, dirigida por el cardenal Norberto Rivera Carrera.

 

En un ataque sistemático que ha durado varias semanas, a través del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis criticó fuertemente tanto a la iniciativa presidencial como a la comunidad de la diversidad sexual.

 

En su más reciente ataque, este domingo, la Arquidiócesis publicó en su sitio de difusión (siame.mx) un texto en el que acusa a las personas homosexuales de ser enfermas mentales y de propagar enfermedades de transmisión sexual.

 

“Dicen (responde a la comunidad LGBTTI) que es falso que la Organización Mundial de la Salud haya retirado en 1974 la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales debido a la presión del lobby gay. Dicen que esa decisión estuvo respaldada por un estudio de tres décadas. ¿Dónde está ese estudio (…)? Tendría que haber sido muy famoso e importante y haber sido dado a conocer, pero no lo fue porque no existe.

 

“Afirman que no están enfermos y luego se desdicen admitiendo que sí presentan problemas de salud, pero que estos no se deben a su orientación sexual. Eso es falso. Incontables estudios científicos muestran que los homosexuales son quienes más padecen y contagian enfermedades de transmisión sexual”, señaló la Arquidiócesis.

 

La Iglesia católica ya enfrenta varias demandas civiles por sus dichos contra la comunidad homosexual.

 

Alex Ali Méndez, abogado y presidente de la organización Matrimonio Igualitario México, expuso que ya se han presentado cinco denuncias contra la Iglesia católica por violaciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, por no cumplir con una de sus obligaciones, que es el respeto a los derechos humanos.

 

“Al utilizar sus publicaciones para invitar a no votar por determinados partidos políticos, para divulgar este tipo de discursos homofóbicos y de discriminación, están incurriendo en una violación a la Ley, lo que merece una sanción.

 

“Ahora resulta que la Iglesia ha salido a decir que ellos son víctimas y traen toda una campaña de intimidación, cuando en realidad ellos están haciendo una campaña con un discurso de odio hacia las personas con una orientación distinta a la heterosexual”, explicó en entrevista.

 

El discurso de odio a la comunidad homosexual no es común a todos los sacerdotes de la Iglesia católica. La división que hay en la sociedad mexicana se refleja también, por ejemplo, en la Arquidiócesis de la capital.

 

La división en la Arquidiócesis

 

Mientras un ala de la Arquidiócesis Primada de México ha dado un férreo ataque a la comunidad homosexual, otra parte más moderada intenta ser conciliadora.

 

La Arquidiócesis del cardenal Norberto Rivera está dividida.

 

José de Jesús Aguilar Valdés, uno de los sacerdotes más populares de la Arquidiócesis –de la que es subdirector de Radio y Televisión-, ha expresado abiertamente su desacuerdo con las expresiones que se han hecho en Desde la Fe y en voz de los voceros del órgano.

 

El cura reconoció, incluso, que hace un tiempo dejó de colaborar con el semanario Desde la Fe y dejó entrever que su salida se dio por diferencias de pensamiento con quienes llevan las riendas de ese órgano de difusión, que depende del padre Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis.

 

“Yo creo que la Iglesia debe dar mensajes especialmente esperanzadores, de diálogo, de confianza, de solución, etcétera, sin dejar de lado mencionar la postura clara frente a algunos temas.

 

“Pero cuando una publicación es tan insistente en algunos puntos, y parece descuidar algunos otros, pues algunos de los fieles dicen: ‘a mí no me interesa ya esa publicación’ (…) y yo creo que siempre el respeto, la conciliación, una vida pastoral, esa nadie te la va a rechazar”, afirmó Aguilar en una entrevista radiofónica con la periodista Adela Micha, en Grupo Imagen.

 

Aguilar Valdés dijo que este tipo de posturas pueden crear homofobia y hasta provocar crímenes de odio, cuando se tienen que buscar caminos de diálogo en un país ya dividido por otras razones.

 

“La Iglesia tiene derecho a dar su punto de vista, nunca a imponer. Y cuando se trata de derechos, cualquier persona tiene derecho a que se le otorguen –bueno, ni siquiera a que se le otorguen, porque los derechos simplemente se tienen y punto- (…).

 

“Yo no creo que nadie que forma la comunidad lésbico gay no sea un ser humano; tienen derechos. 

 

Ya los juristas, los encargados de esta parte de la ley, son los que tendrán que discutir este tipo de cosas. Pero a mí me parece que la Iglesia, en su actividad pastoral, en su actividad misionera, tiene la finalidad de acoger a todo mundo”, apuntó.

 

El sacerdote dijo que él no asistiría a ninguna marcha, porque siempre ha apoyado a la comunidad homosexual que, por la problemática que vive, necesita un acompañamiento espiritual.

Aguilar comentó en esa entrevista que la Iglesia ve el matrimonio entre un hombre y una mujer como un sacramento, por lo que le es indiferente el contrato civil.

 

“La Iglesia no acepta el matrimonio civil, como matrimonio. Si la Iglesia aceptara el matrimonio civil entre hombre y mujer como matrimonio, no pediría que la pareja se case ante un sacerdote en una celebración litúrgica. Para la Iglesia el sacramento es lo importante.

 

“Entonces, las cuestiones civiles pues simplemente las considera como contratos civiles. Eso son, punto. La Iglesia simplemente insiste en que para que haya un sacramento del matrimonio tienen que cumplirse tales requisitos, y uno de ellos es que sea entre hombre y mujer”, comentó.

 

El cura dijo que ahora la Arquidiócesis enfrenta otro dilema, pues ya hay parejas homosexuales que tienen hijos y que ahora se acercan a la Iglesia para pedir el bautismo, sacramento que no se les puede negar porque no pueden ser excluidos de la comunidad cristiana.

 

“Así como en la entrada de las parroquias no se les pregunta a las personas de qué partido político son o si eres homosexual y homosexual, las puertas de la Iglesia deben estar abiertas”, sentenció Aguilar.

 

Elio Masferrer, especialista en religiones y académico de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, afirmó en entrevista que es sólo un sector de la Iglesia católica mexicana el que está involucrado con las expresiones contra la comunidad homosexual.

 

“No es toda la Iglesia. Hay sectores que no ven esto (el matrimonio igualitario) como un problema. 

 

Ahí está por ejemplo el padre Fernando Dávalos, rector de la Universidad Iberoamericana, que sacó 

un documento diciendo que esto que estaba haciendo el Frente por la Familia, no era cristiano. Es sólo un sector de la Iglesia católica y otro de la Iglesia evangélica”, reflexionó.

 

El experto sostuvo que ningún otro tema ha captado tanto la atención de la Iglesia católica en los últimos tiempos por su desinterés en el bien común y el trasfondo político del tema.

 

“Los sectores que se están movilizando contra el matrimonio igualitario son sectores que se sienten herederos de la Cristiada, de ese tipo de movimientos; no les interesa el discurso social, no les interesan los pobres, sino que para ellos es significativo esto del matrimonio.

 

“También hay intereses políticos. Hay una declaración de uno de los dirigentes, panista (Rodrigo Iván Cortés) que quieren cambiar el sistema político del país, y que ellos movilizaron al voto anti-PRI en las pasadas elecciones. Hay que entender que detrás de todo eso hay grupos que tienen intereses políticos y por eso es tan fuerte”, expuso.

 

Estos grupos conservadores, recalcó Masferrer, ganan terreno ante un Estado debilitado y sin posibilidades de oponérsele, además por un Gobierno al que le falta de un proyecto de país a largo plazo.

 

De pederastía y otros abusos

 

La Iglesia católica y sus ministros se han visto envueltos en múltiples escándalos, por los que muchos desacreditan su discurso de odio contra la comunidad de la diversidad sexual.

 

En Desde la Fe, la Arquidiócesis lanzó: “Un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”.

 

Nada habla la Iglesia de los múltiples casos de niños que han sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes y que los responsables han permanecido impunes.

 

En el caso público más reciente, se conoció que José Ataulfo García, un sacerdote de Oaxaca que es portador del VIH, confesó haber abusado de más de 30 niñas de entre 5 y 10 años de edad, según publicaron varios medios de comunicación.

 

En otro caso, a principios de este mes Carlos López Valdez, un sacerdote de la Ciudad de México, fue aprehendido por abusar sexualmente de un menor durante cuatro años.

 

En algunos casos, los sacerdotes que han buscado que se juzgue a sus compañeros que han cometido abusos, son castigados por las autoridades eclesiales.

 

Fue el caso que hace unos meses dio a conocer Apolonio Merino, un cura de Oaxaca que acompañó a las víctimas de abuso de Gerardo Silvestre, otro sacerdote, para que lo denunciaran ante las autoridades.

 

La respuesta de la curia oaxaqueña fue suspender a Merino de su oficio, con el argumento de que había faltado al voto del celibato.

 

Y está el propio caso del cardenal Norberto Rivera, quien ha sido acusado en Estados Unidos por proteger a Nicolás Aguilar, un cura poblano acusado de abuso sexual.

 

Apenas en julio pasado, el cardenal acudió a Puebla a celebrar sus 50 años de vida sacerdotal y ahí fue recibido con gritos de: “¡Protector de pederastas!”.

 

En junio de este año, el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, reconoció que la Casa Alberioni –centro de rehabilitación para sacerdotes- refugió a curas acusados de pederastia.

 

“Desde que estaba yo en el cargo, antes sí, pero cuando en el 2001 el papa Juan Pablo II dijo que los pederastas tenían que salir del ministerio, entonces di la disposición a la casa Alberione que no admitieran ningún sacerdote pederasta”, dijo Sandoval a la agencia EFE.

 

Sandoval siempre se caracterizó por hacer declaraciones en contra del matrimonio igualitario (“Si hasta ahora fue hombre y mujer después será hombre con hombre, mujer con mujer, hombre con gato, gato con perro, perro con mujer, porque es evolución ¿verdad?”), pero siempre ha defendido a los curas pederastas.

 

“Los ministros de la Iglesia son seres humanos, que en determinado momento de su vida pueden dar la espalda a Dios y fallar (…) pero deben ser comprendidos”, dijo a El Universal en el año 2002.

 

Este es el contexto en que la Iglesia católica difunde su discurso de odio con la comunidad de la diversidad sexual, sin reconocer que dentro de su seno hay innumerables casos de abuso a menores de edad.