María Herrera lleva 10 años buscando a cuatro hijos; está dispuesta a perdonar

Dos de los hijos de María Herrera desaparecieron en 2008 mientras vendían piezas de oro en Guerrero; desde 2010 no sabe de otros dos, presuntamente desaparecidos por policías en Veracruz

María Herrera Magdaleno, madre de cuatro desaparecidos y una de las activistas más emblemáticas en la lucha de decenas de madres por encontrar a sus familiares, aseguró que está dispuesta a otorgar el perdón, siempre y cuando las autoridades reparen el daño entregándole a sus hijos y se comprometan a erradicar la crisis de desapariciones forzadas.

“Si a mi me demuestran con hechos que están solucionando el problema, si nos ayuden a dar con el paradero de nuestros seres queridos, yo estoy dispuesta a perdonar. Que trabajen con dignidad, que pare el sufrimiento de tantas familias y que vuelva la normalidad a los hogares. Sería una satisfacción para mi, el ver que está trabajando y que esto no va a seguir sucediendo”.

Durante una conferencia de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Doña Mari, como le conocen, también ofreció al gobierno electo colaboración para continuar la búsqueda de los familiares y pidió a las nuevas autoridades aprovechar el trabajo que han venido realizando los activistas en los últimos años y respaldar sus esfuerzos.

“Hay que caminar juntos para solucionar el problema juntos y que todo esto que hemos venido haciendo respecto a las búsquedas lo tomen como un camino marcado. Que nos acompañen y nos den las facilidades para seguir buscando, porque si ellos empiezan de cero les va a dar mucho trabajo, pero si toman lo que se ha venido realizando para ellos será más fácil caminar”.

En 2008, dos de sus hijos, Jesús Salvador y Raúl desaparecieron en el estado de Guerrero cuando vendían piezas de oro. Posteriormente, en septiembre de 2010, sus hijos Luis Armando y Gustavo fueron presuntamente desaparecidos por elementos policiacos en Veracruz. María Herrera lleva 10 años buscando a sus hijos y exigiendo justicia a las autoridades.

Precisamente hoy, a 10 años de la desaparición de dos de sus hijos, María, fundadora de la organización Enlaces Nacionales para la búsqueda de personas desaparecidos, reafirma que continuará su lucha hasta dar con la verdad, no solo en el caso de sus hijos, sino de todas las familias que siguen buscando a sus desaparecidos.

“Puedo decirles que me siento cansada de llorar, muy cansada, pero jamás me daré por vencida y dejaré de buscar. Soy la mujer que representa todos los rostros mexicanos que estamos viviendo esta tragedia y soy la voz de todos esos seres queridos que el gobierno no quiere escuchar y no ha querido atender. Nos hemos convertido en la voz de nuestros hijos, de nuestros seres queridos”.

María estuvo acompañada por Alán García, representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México; Santiago Corcuera, expresidente del Comité contra Desapariciones Forzadas de la ONU; Pietro Ameglio, miembro Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, entre otros.

Durante su intervención, Alán García señaló que María Herrera y su familia han tenido que sobreponerse a hostigamientos, amenazas, así como a la indolencia de las autoridades, sin embargo no se ha rendido y ha continuado firme.

“Es verdad que la desaparición es intolerable, pero en su caso no ha apagado su ánimo ni extinguido su esperanza, que es la de todos nosotros, ella ha vencido el cansancio y la resignación. Con su ejemplo ha dado nombre a un colectivo de personas desaparecidos”, señaló.

Por su parte, Santiago Corcuera, coincidió en que la lucha de María es un ejemplo para todos los familiares que tienen personas desaparecidas, y señaló que para erradicar las desapariciones, así como otras prácticas que atentan en contra de los derechos humanos, es necesario el establecimiento de un mecanismo internacional.

“Un mecanismo internacional para la tramitación, investigación e incluso sustanciación de los casos de graves violaciones de derechos humanos y de corrupción es necesario en este país. Ante la magnitud del problema tenemos que reconocer también que las instituciones pueden verse superadas para enfrentar la situación”, apuntó.
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