Fecha para ¿celebrar?

Ana es una adolescente española que a pesar de llevar muletas salió al Ángel de la Independencia para expresarse como feminista y reclamar un lugar en el sistema de educación patriarcal, con todo y pancartas en mano.

Sin embargo, al ser abordada para hablar ante los micrófonos y cámaras sus amigas de la península ibérica le recordaron que no se les permite involucrarse en el reclamo social del Día Internacional de la Mujer por miedo a represalias por parte de la institución educativa en la que cursan sus estudios.

“Es difícil ser congruente y eso es lo que de pronto se mira, esa dificultad para que en el día a día luches contra los mandatos de género y que no solo pasan por eso, sino por otros ejes de desigualdad como la etnia y como la edad”
Yolanda
En distintos puntos del peregrinaje social, jóvenes con rostros cubiertos no desaprovecharon la oportunidad para usar aerosoles y hacer pintas con frases como ‘Aborta el sistema patriarcal’ y ‘Se dice feminista, no feminazi’
“El Día Internacional de la Mujer tiene que ser un día para seguir recordando que las mujeres no tenemos las mismas oportunidades y los mismos derechos como los hombres y se tiene que seguir viniendo para que la gente lo tenga presente”
Yolanda

Ana es una adolescente española que a pesar de llevar muletas salió al Ángel de la Independencia para expresarse como feminista y reclamar un lugar en el sistema de educación patriarcal, con todo y pancartas en mano.

Sin embargo, al ser abordada para hablar ante los micrófonos y cámaras sus amigas de la península ibérica le recordaron que no se les permite involucrarse en el reclamo social del Día Internacional de la Mujer por miedo a represalias por parte de la institución educativa en la que cursan sus estudios.

“Nos han dicho que ‘no os debáis involucrar en política y demás’, así que me taparé con un cartel”, dice la española con risa nerviosa.

Al igual que Ana, dos mexicanas, Yolanda y Ana Delia, se negaron a mostrar sus rostros frente a la lente de Reporte Indigo alegando que trabajan en una institución gubernamental.

“El Día Internacional de la Mujer tiene que ser un día para seguir recordando que las mujeres no tenemos las mismas oportunidades y los mismos derechos como los hombres y se tiene que seguir viniendo para que la gente lo tenga presente”, dice Yolanda de 40 años.

Así como estas mujeres miles más se manifestaron en el centro de la Ciudad de México para exigir una real equidad de género y aunque sí había un ambiente de festividad que dejó saldo blanco, en el aire se percibía la sensación de un miedo a la represalia machista disfrazado de algarabía.

Entre sindicatos y mujeres trans

Con el cántico que no cesó desde que los distintos contingentes femeninos partieron desde la Victoria Alada (como ellas gustan denominar al Ángel de la Independencia) con el “Vivas nos queremos”, a las cinco de la tarde de ayer, distintos grupos se congregaron en el Paseo de la Reforma con un solo fin en común: vitorear el Día Internacional de la Mujer.

Copiosos contingentes de la Asamblea Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica abanderaban el inicio de la marcha pacífica, que poca diferencia hacían entre una protesta de los 43 normalistas de Ayotzinapa o un reclamo gubernamental.

Pero los grupos feministas de mujeres que preferían desnudar su torso y escribir leyendas en pro al veganismo o la violencia de género marcaban la clara intención de una movilización hacia el convocado #NosotrasParamos.

Otra de las vanguardias que se presentaron en la protesta fueron las transexuales que gritaban sin reservas “No somos infiltradas, somos las trans que estamos emputadas”, decían las damas con tacones y maquillaje.

Organizaciones como la Oxfam, Prodiana, el Movimiento de Trabajadores Socialistas con su contingente Pan y Rosas, el Frente Feminista Nacional y más estuvieron presentes en la movilización que resaltaba por usar tonalidades púrpuras y moradas para la ocasión.

No violencia, sí graffitti

Ante un cielo gris que amenazaba lluvia en cualquier momento, las miles de mujeres siguieron su camino por el Paseo de la Reforma de manera organizada, siendo resguardadas por un pequeño grupo de seguridad pública femenino.

Con consignas como “Mujer escucha, esta es tu lucha” o “Fue el esposo o el patrón, fue el estado represor”, se hacía el reclamo a cesar los feminicidios y la violencia contra la mujer en México, para poner un alto a la misoginia y el machismo nacional.

En distintos puntos del peregrinaje social, jóvenes con rostros cubiertos no desaprovecharon la oportunidad para usar aerosoles y hacer pintas con frases como “Aborta el sistema patriarcal”, “Se dice feminista, no feminazi”, además de usar patrones con los que se imprimían los órganos reproductores femeninos.

También no faltaron las mujeres que prefirieron vestir de blanco y maquillarse el rostro simulando moretones y que caminaban en silencio siguiendo la marcha desde las aceras del Paseo de la Reforma.

Las primeras agrupaciones llegaron al Hemiciclo de Juárez alrededor de las 18:30 horas en donde tomaron micrófono y reclamaron por tener una equidad de género en México.

Reclamo sin edad

Aunque en los contingentes sindicales claramente destacaban los mismos rostros de marchas de otros motivos de protesta social del pasado, teniendo a hombres y mujeres de edad media por igual como militantes, los grupos independientes de mujeres que decidieron asistir por su propia cuenta mostraban rostros que distaban de ser el prototipo regular de una marcha.

Jóvenes estudiantes del ITAM, madres trabajadoras que inclusive llevaron a sus niñas que también gritaban por un cambio social y hasta mujeres en sillas de ruedas se hicieron presentes, sin importar condición social.

Del feminismo y la importancia que tiene este movimiento internacional, Yolanda especifica que se tiene que evolucionar hacia un propósito diferente en el que deje de haber una batalla y sea una sinergia entre el hombre y la mujer.

“Es difícil ser congruente y eso es lo que de pronto se mira, esa dificultad para que en el día a día luches contra los mandatos de género y que no solo pasan por eso, sino por otros ejes de desigualdad como la etnia y como la edad”, aclara la mujer.

Alrededor de las 19 horas los contingentes se fueron dispersando en las inmediaciones de la Alameda Central, en donde la protesta se convirtió en la verbena y tianguis acostumbrados.

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