Mala Santa: la catrina moderna

En medio de la amenaza de recesión y de las bajas expectativas de crecimiento económico, los emprendedores mexicanos incursionan en nuevos espacios de negocios. 

Desde Aguascalientes, un joven empresario inició hace un año un negocio de cerveza artesanal que lo ha llevado a entrar al mercado de California, la meca mundial de este tipo de productos.

“Cóndor”, como le conocen sus amigos y sus clientes, dice que su cerveza Mala Santa llegó a su vida por casualidad. 

Mala Santa se enfoca al mercado joven, tiene un público objetivo entre 18 y 35 años

En medio de la amenaza de recesión y de las bajas expectativas de crecimiento económico, los emprendedores mexicanos incursionan en nuevos espacios de negocios. 

Desde Aguascalientes, un joven empresario inició hace un año un negocio de cerveza artesanal que lo ha llevado a entrar al mercado de California, la meca mundial de este tipo de productos.

“Cóndor”, como le conocen sus amigos y sus clientes, dice que su cerveza Mala Santa llegó a su vida por casualidad. 

En una visita a la Ciudad de México vio un agua mineral artesanal y decidió adentrarse en el mundo fuera de las marcas comerciales, reservado para grandes empresarios con un capital mucho mayor al suyo. 

“El concepto de cerveza artesanal me llamó mucho la atención. Empecé a buscar y a probar cervezas y me di cuenta de que a nivel mundial era tendencia y que en México era una industria creciente. 

“Vi que en mi estado solo existía una marca de cerveza, pero yo no la conocía y su penetración en el mercado no era muy grande”, cuenta a Reporte Indigo.

“Cóndor” es Licenciado en Mercadotecnia y se unió a su primo, Gerardo González, quien es diseñador, para configurar la imagen. 

Así surgió Mala Santa, una cerveza artesanal que tiene el sello de Aguascalientes y un contenido tipo English Brown Ale, de los más exclusivos del mercado. 

“Queríamos hacer algo de Aguascalientes, pero no caer en lo mismo. Decidimos rendirle homenaje a José Guadalupe Posada y hacer una catrina más moderna. 

“Ahora la cerveza está por cumplir un año en el mercado con excelentes resultados, con una producción que ronda los mil 500 litros mensuales”, asegura.

En un año han logrado colocar su cerveza en 18 establecimientos en Aguascalientes y en todo el país en las tiendas especializadas The Beer Company y las cervecerías La Internacional en Veracruz, Distrito Federal, Monterrey, Jalisco, León, Tijuana. 

Ahora su pequeña planta en el centro del país se prepara para entregar en los próximos dos meses su primer pedido a California. 

Esto abre para “Cóndor” un mundo en el que Mala Santa se convierte, casi, en una bebida de culto.

Apuestan por la cercanía

Los jóvenes empresarios han apostado por el contacto con la gente la presencia en redes sociales para hacer “.

“También vamos a catas, eventos, degustaciones. Hemos ido incluso a bares y restaurantes a capacitar al dueño, al bar tender, a los meseros”, asegura. 

Para ellos, la empresa se puede empezar en casa con muy poca inversión, pues lo complicado es conseguir materiales de calidad y sobre todo vender, en una industria tan celosa. 

“Mi producto ha llegado a varios estados, gracias a distribuidores y a las redes sociales. 

“Cada una de nuestras botellas tiene una etiqueta con un código QR, que los direcciona a nuestra página de Facebook.  Desde ahí  hemos recibido muchos pedidos por inbox”, cuenta.

Y como en todo negocio, la suerte no está de lado. “Cóndor” confiesa que el proceso para entrar a California fue pura casualidad.

“Tengo un amigo que vive en California, vio la cerveza, se enamoró del producto, su sabor y su imagen. Me dijo: ‘esto en Estados Unidos sería un boom, una cerveza mexicana con una imagen realmente mexicana y un sabor a cerveza artesanal inglés’. Nos hemos estado moviendo, el primer pedido se realizará en dos meses”.

El futuro de la cerveza artesanal

Este es el momento en México, asegura “Cóndor”.

“Tenemos que aprovechar los números de la industria. A pesar de que existen contratos de exclusividad y de que tenemos costos más altos que una cerveza industrial, nuestros números han crecido a una velocidad sorprendente. 

A esta industria ya nadie la frena”, indica.

Para el 2017 los cerveceros artesanales tendrán el uno por ciento del mercado, predice. 

“Esto puede sonar poco, pero significan miles de millones de cervezas vendidas”.

 

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