Mal, pero de buenas

En México el bienestar de la población respecto a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se encuentra en los niveles más bajos, de acuerdo a un estudio realizado por este organismo internacional, que mide 11 parámetros considerados esenciales para tener una buena vida.

En México el bienestar de la población respecto a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se encuentra en los niveles más bajos, de acuerdo a un estudio realizado por este organismo internacional, que mide 11 parámetros considerados esenciales para tener una buena vida.

Educación y competencias, seguridad personal, ingresos y riqueza, trabajo y salarios, balance vida-trabajo, contactos sociales, salud, calidad medioambiental, vivienda, compromiso cívico y gobernanza y bienestar subjetivo, son los indicadores que la OCDE evaluó en su estudio “¿Cómo está la vida? El costo humano de la crisis”, que buscó ir más allá del ingreso y condiciones materiales, y tomar en cuenta las cosas que para la gente son más importantes para sentirse bien.

El estudio muestra que México está por encima de la media de la OCDE en bienestar subjetivo (es decir en lo que la gente reporta sentir), pero por debajo en el resto de los indicadores.

Los resultados muestran que la familia mexicana se ha visto afectada por la crisis, cuyos efectos son particularmente evidentes si se tienen en cuenta los ingresos familiares, el trabajo, la satisfacción ante la vida y el compromiso cívico.

De 2007 a 2010, el ingreso real disponible de las familias en México, acumuló un descenso de alrededor del 5 por ciento, una de las caídas más pronunciadas entre los países miembros. No obstante la desigualdad en los ingresos (antes de aplicar impuestos y transferencias), se mantuvo sin cambios durante este periodo.

A diferencia de la tendencia general, tanto la tasa de empleo como la de desempleo a largo plazo, se mantuvieron estables en México entre 2007 y 2012.

Aunque en el conjunto de la OCDE la mala situación laboral incidió considerablemente en la satisfacción ante la vida, en México el porcentaje de personas que afirmó estar muy satisfecho con su vida, pasó de 55 por ciento al 70 por ciento de 2007 a 2012, uno de los mayores aumentos en los países miembros.

Un dato más a destacar en este informe, son las diferencias entre hombres y mujeres en materia de bienestar, donde normalmente son más favorables para los hombres.

A estos resultados se suma el hecho que la gente afectada por la crisis reportó niveles crecientes de estrés y hubo pocos o ningún cambio en los resultados de salud de la población en general.

 

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