Los ‘testigos’ que acusan al General Ángeles

Las cuatro declaraciones ministeriales que se esgrimen como pruebas de la presunta culpabilidad del General Tomás Ángeles, detenido el pasado 16 de mayo por sus presuntos vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva, son absolutas falsedades para su abogado, Ricardo Sánchez Reyes Retana.

Las de “Jennifer”, un “colaborador” de la SIEDO acogido al programa de protección de testigos, son un “testimonio de oídas”, ya que el acusador admite no conocer físicamente al General”, dice Reyes Retana.

Las cuatro declaraciones ministeriales que se esgrimen como pruebas de la presunta culpabilidad del General Tomás Ángeles, detenido el pasado 16 de mayo por sus presuntos vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva, son absolutas falsedades para su abogado, Ricardo Sánchez Reyes Retana.

Las de “Jennifer”, un “colaborador” de la SIEDO acogido al programa de protección de testigos, son un “testimonio de oídas”, ya que el acusador admite no conocer físicamente al General”, dice Reyes Retana.

No hay pruebas tampoco de que la SIEDO hubiera corroborado los dichos de Jennifer con otros medios, que los hiciera verosímiles, veraces.

Por lo que hace a Mateo (Sergio Villarreal, “El Grande”), el letrado juzga que es un “testimonio mentiroso” respecto a la fecha que refiere entregó dinero al General, ya que éste no estaba en el país, sino en Alemania. Y además, ya se había retirado de la Sedena.

“Nos defendemos con las constancias que nos han entregado como imputaciones. No se nos han mostrado otros elementos de imputación”, refiere el defensor.

Acusaciones que cojean

La acusación 1 es una llamada anónima recibida supuestamente el 17 de marzo de 2010 en la SIEDO. En ella un hombre acusa a Ángeles de apoyar a los Beltrán Leyva y por “bajar aviones” con droga en el DF y en Cancún, de forma rutinaria. El que hace la denuncia menciona el nombre de “Tomás Álvarez Dauahare”, no Tomás Ángeles Dauahare, como es el nombre correcto.

La acusación 2 es efectuada el 11 de noviembre de 2010, y es atribuida a un testigo protegido escondido tras el alias de “Jennifer”, cuyas palabras, por cierto, han servido antes para hacer caer a funcionarios de la misma PGR.

Por ejemplo, a Noé Ramírez Mandujano, otrora subsecretario de la SIEDO, quien se quejó de las acusaciones falsas de “Jennifer” en su momento.

Destacan los señalamientos de que el General estaría recibiendo dinero de “la Barbie” a cambio de protección y de información sobre operativos, y que éste le proporcionó al militar la ubicación de “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.

La acusación 3 es la ratificación de “Jennifer” sobre lo vertido en la acusación 2. Hecha supuestamente el 12 de Diciembre de 2010, en la ciudad de Tijuana, Baja California, ante el Ministerio Público Juan Gabriel Domínguez Espinoza.

Aquí salta a la vista que el acusador encubierto, dice textualmente: “No me reuní directamente con el General Dauahare”.

¿Compadre de “El Azul” y amigo de “El Chapo”?

La acusación 4 consiste en las declaraciones de “Mateo”, otro “testigo colaborador” del que todo mundo sabe que se trata de “El Grande”. Fueron hechas el 22 de mayo de 2012.

En ella se narra que “Mateo” pertenecía al cártel de los Beltrán Leyva. Que el General Ángeles Dauahare, cuando era Subsecretario de la Defensa Nacional, era “amigo personal” de Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul”,  y que incluso eran “compadres”.

No se aporta prueba alguna que respalde estas palabras.

Además se enuncia que el General tenía nexos con Joaquín  “El Chapo” Guzmán Loera, de quien habría recibido dinero, y con Ismael Zambada, alias “El Mayo” Zambada.

Supuestamente, “Mateo” (“El Grande”) sabría de estos vínculos, porque conocía bien a Arturo Beltrán, quien se habría reunido alguna ocasión con el funcionario militar.

“Esto me consta porque yo estuve presente en dicha plática”, dice “El Grande”.

Lo que no dice, por ejemplo, es que no tendría sentido haberle dado ni un peso al General Tomás Ángeles, quien para ese entonces ya no tenía ningún cargo en la Sedena, ya que se había retirado de la misma el 25 de febrero de 2008, luego de cumplir 65 años.

Luego, “El Grande”  opina que “Don Arturo” Beltrán habría regalado al general cinco millones de dólares, y hasta detalla que lo hizo en billetes de 100 dólares, en fajos de 50 mil. Y “en una bolsa negra de material sintético grande”.

Y luego, añade, habría también dado mensualidades de un millón de dólares a Ángeles.

Para “Mateo” o “El Grande”, todo acabó porque supuestamente, al “General Dauahare se le dio dinero hasta el mes de noviembre del 2008”,  y ya no más.

No más, porque el militar habría organizado la detención de Alfredo Beltrán Leyva, alias el “Mochombo”, en venganza porque antes “Don Arturo” había asesinado a un licenciado intermediario, a quien acusaba de estarlo robando.

Según “Mateo”, la causa de que el General Ángeles hay salido de su cargo de subsecretario de la Sedena, fue porque informó que en un operativo iba a detener a Nacho Coronel, pero no fue así. 

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De un momento a otro, el general Tomás Ángeles Dauahare,  recobrará su libertad.

Después que el divisionario ha padecido siete meses de prisión injusta, la Procuraduría General de la República informó al juez de la causa, que los testimonios de los testigos protegidos “Jennifer” y “Mateo” nunca pudieron “ser corroborados por medio convictivo alguno”.

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Como temían la familia y los abogados, fue consignado ayer el general retirado Tomás Ángeles Dauahare, quien fue acusado de delincuencia organizada para cometer delitos contra la salud.

El general de División Diplomado del Estado Mayor (DEM) fue conducido al penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez.

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Hace ocho días fueron aprehendidos los generales Tomás Ángeles y Roberto Dawe. Y es fecha que nadie puede decir por qué, bajo qué cargos se les priva de su libertad y la razón de su arraigo de 40 días.

Hasta ahora, el único argumento extraoficial es que la detención de estos dos militares, junto con la del tercer general, Ricardo Escorcia, se hizo en respuesta a una supuesta lista enviada desde Estados Unidos. Y ubican la investigación en la Agencia Antidrogas de ese país, la DEA.