Los Círigo de regreso

Ambos conocen las entrañas del PRD: cómo funciona su maquinaria, sus tribus, sus pactos y cómo opera desde el poder; los dos polémicos hermanos salieron hastiados y con el calificativo a cuestas de “neopriistas”, en los tiempos en que serlo era un pecado, delito o una burla.

René Arce Círigo, senador, y su hermano Víctor Hugo Círigo, diputado federal, los “apestados” del PRD, como los consideraron muchos, tienen hoy en sus manos un acuerdo con el priista quien, a decir del IFE, ganó la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.

Con el episodio “Juanito” que el PRD padeció en Iztapalapa hace tres años, René Arce se confrontó directamente con AMLO, al grado de pedir su expulsión del PRD.

Ambos conocen las entrañas del PRD: cómo funciona su maquinaria, sus tribus, sus pactos y cómo opera desde el poder; los dos polémicos hermanos salieron hastiados y con el calificativo a cuestas de “neopriistas”, en los tiempos en que serlo era un pecado, delito o una burla.

René Arce Círigo, senador, y su hermano Víctor Hugo Círigo, diputado federal, los “apestados” del PRD, como los consideraron muchos, tienen hoy en sus manos un acuerdo con el priista quien, a decir del IFE, ganó la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.

Los hermanos y el PRI están de vuelta, con una alianza entre las manos que une su proyecto de Izquierda Alternativa con algunos de los ideales del virtual presidente electo.

Hace seis años se dio la fractura entre los hermanos, originarios de Oaxaca, y los líderes del Sol Azteca. Justo en el conflicto postelectoral del 2006, que llevó a Andrés Manuel López Obrador a las calles, comenzaron las diferencias.

Tres años después con el episodio “Juanito” que el PRD padeció en Iztapalapa, René Arce se confrontó directamente con el tabasqueño, al grado de pedir su expulsión del PRD.

El ahora senador responsabilizó a AMLO de aquella batalla tribal en Iztapalapa en la que su esposa Silvia Oliva perdió la elección para jefa delegacional, luego de que el tabasqueño apoyara a Clara Brugada y pidiera el voto a favor de “Juanito”.

El tabasqueño calificó a ambos hermanos de Judas, también de neopriistas. Al cabo de un sexenio, ambos volvieron a verse las caras con Andrés Manuel López Obrador, esta vez, desde trincheras opuestas.

Superado el episodio de sus vínculos con grupos guerrilleros, René Arce Círigo le dio vuelta a la página y junto con Víctor Hugo logró romper el control monolítico del complejo Grupo Atlacomulco hasta filtrarse al primer círculo de poder mexiquense: el PRI con Eruviel Ávila.

Lo qué pretenden en el DF

Luego de casi tres años de haber abandonado el PRD, lucen desteñidos de amarillo, el color que por años los caracterizó.

Aseguran que nunca serán del PRI, aunque con Enrique Peña Nieto hablan de coincidencias en diversos temas a nivel nacional.

Para llegar a él, los Círigo se filtraron al tricolor desde el Estado de México, poco antes de la campaña a gobernador de Eruviel Ávila a quien apoyaron a través del Movimiento de Izquierdas Ciudadanas Mexiquenses (MI).

A través del MI, que suma alrededor de 120 mil integrantes de los 125 municipios del Estado de México, se unieron también algunos líderes regionales de otros partidos de izquierda, que en su momento abandonaron por considerarlos obsoletos e inoperantes.

Convertido en el candidato del PRI y del PVEM, Eruviel Ávila peleó por la gubernatura del Estado de México en contra de Alejandro Encinas Rodríguez, uno de los perredistas más cercanos de Andrés Manuel López Obrador, con quien los Círigo se habían peleado años atrás.

En dicha coyuntura, los hermanos Círigo hicieron su aparición pública junto a Eruviel, desatando de nueva cuenta los demonios perredistas.

En el acuerdo firmado entre ambos grupos, el MI comprometió a favor de Eruviel la organización de tres eventos regionales con una asistencia superior a los 5 mil electores cada uno. Además de garantizar un total de 140 mil votos en la elección estatal a favor del tricolor.

A partir de ese primer encuentro lograron filtrarse al corazón priista en el Estado de México. Los encuentros con quien más tarde sería el candidato presidencial del tricolor fueron más constantes.

En este proceso, la presencia de Luis Videgaray Caso como enroque entre los ex perredistas y los priistas, fue pieza fundamental para aterrizar los acuerdos.

La alianza con EPN

Los hermanos René y Víctor lo tienen muy claro. Buscan convertir al MI en un partido político bajo la premisa de redireccionar la izquierda del país y, por supuesto, ellos permanecer vigentes.

Sin duda lo están. Hace poco más de un mes, a través del Movimiento de Izquierda Alternativa, los Círigo firmaron una alianza con el entonces candidato del PRI a la presidencia de la República.

Ante notario público, EPN firmó algunos de sus famosos “compromisos” de gobierno de temas de la agenda nacional.

Con ese acuerdo firmado y el virtual triunfo de Peña Nieto, los Círigo están más vigentes que nunca, aunque en el Distrito Federal su apellido haya casi desaparecido del territorio capitalino.

Pero la oferta sí llegó, los últimos días previos a la contienda del 1 de julio, el PRI en la Ciudad de México le ofreció al diputado federal Víctor Hugo Círigo ser su abanderado en la delegación Iztapalapa.

La oferta fue declinada. Los tiempos estaban encima. No había suficientes recursos ni unidad de partido como para hacer frente con seriedad a la embestida del PRD en esa demarcación, que nombró a Jesús Valencia como su candidato, apoyado directamente por el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón.

No era prudente. La presencia de los llamados “Panchos Villa” haciendo campaña a favor del PRD convertía a Iztapalapa en territorio minado. Cualquier manifestación en contra corría el riesgo de ser confrontada con violencia.

Esa situación más la pugna entre Beatriz Paredes Rangel y Cuauhtémoc Gutierrez de la Torre terminaron por enterrar cualquier posibilidad de que uno de los hermanos Círigo levantara la mano.

Pese a que el nombre de ellos no pudo aparecer en las boletas electorales, René Arce Círigo, Victor Hugo Círigo y Ruth Zavaleta hicieron una campaña en tierra a favor de Enrique Peña Nieto, en el Distrito Federal.

“Somos proyecto de izquierda, nunca vamos a ser del PRI”, contesta Víctor Hugo cuando se le pregunta si se afiliará al tricolor.

Pese a que no están de manera oficial, en la práctica sus acuerdos van a fondo con el PRI, aún cuando para demostrar su poder de convocatoria hayan tenido que enfrentar a sus antiguos compañeros de partido en el Distrito Federal.

Aquí los hermanos padecieron el poderío perredista pues cada vez que intentaron organizar algún evento masivo en el Monumento a la Revolución, la administración capitalina les negaba el espacio una y otra vez.

De ahí que, a la brava, tuvieran que bloquear con camiones los accesos a la avenida Juárez para llevar a cabo el evento del V informe de René Arce como senador. Los invitados especiales en la Alameda Central de la capital: Peña Nieto y Beatriz Paredes.

Para armar el evento, los hermanos usaron el mismo tono con que se negocia en el PRD, la fuerza.

René Arce fue explícito en su discurso al mencionar que el capital político que logró reunir durante 40 años de oficio político lo pondría a favor de Enrique Peña. “No me avergüenza”, subrayó.

Sus planes de convertir el MI en un partido político avanzan. Ni René Arce ni Víctor Hugo Círigo pierden de vista al Distrito Federal. Aquí tienen gran parte de su capital. La historia rumbo al 2018 nos dirá qué fue de éstos.