Aun año de que una trabe de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro cayó y provocó la muerte de 26 personas

Las otras víctimas, a un año del colapso en la Línea 12

Un año después de que la Línea 12 del Metro dejó de funcionar por el colapso de una de sus trabes, los habitantes de Tláhuac y del oriente de la Ciudad de México siguen padeciendo las secuelas: una movilidad lenta e insegura

Aun año de que una trabe de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro cayó y provocó la muerte de 26 personas, en la estación Olivos permanece el homenaje que colectivos de derechos humanos y ciudadanos hicieron a los fallecidos.

”En memoria de Gabriela, tenía 27 años, fue la última víctima en ser identificada luego del accidente. Ella viajaba en el convoy que le impidió llegar a su casa y ver a su hijo Yael de 4 años”, dice uno de los carteles que permanecen.

Sin embargo, quienes fallecieron y resultaron heridos en el percance del 3 mayo de 2021 no son los únicos afectados, también son víctimas los habitantes de Tláhuac y el oriente de la ciudad.

La novia de Moisés Antonio Bautista, Jannete Álzate fue una de las personas lesionadas en el siniestro; y aunque él no fue directamente perjudicado en su integridad, sí padece las secuelas.

Moisés vive en La Nopalera, Tláhuac, toma todos los días los medios de transporte emergentes que habilitó el gobierno ante el colapso de la trabe (que aún no ha sido reparada) y enfrenta diversas dificultades: desde tiempo altos de traslado hasta inseguridad.

“Yo tengo que tomar los transportes alternativos pero siempre van atascados y una vez adentro me asaltaron y me quitaron mi celular”, relata.

En junio de 2021, la Secretaría de Movilidad (Semovi) implementó la Línea T del Metrobús de Tláhuac a Coyuya o a Atlalilco; no obstante, no es tan cómoda como ir por un viaducto elevado.

“No ofrece las mismas garantías que el Metro, el Metrobús siempre está atascado y la avenida Tláhuac está muy congestionada porque hay micros, Red de Transporte de Pasajeros (RTP) y Trolebús”, dice.

Además de lo comentado por Bautista, las paradas del Metrobús están en medio del camellón de la avenida Tláhuac: los pasajeros tienen que pasar el arroyo vehicular y formarse en un espacio de apenas 2 metros de ancho para poder abordar.

“Desde Nopalera hasta Metro Mixcoac, que es a donde voy a diario, eran 20 minutos en el Metro, ahora es hasta una hora”, dice.

Sin embargo, no es la única afectación que ha padecido Moisés: tomar el transporte a él y su pareja les provoca miedo.

“Estoy asustado: de que cuando se reabra pueda volverse a caer, que uno de mis conocidos o mi familia pase y vuelva a suceder”, comenta.

Actualmente, su pareja, Jannete, tiene que tomar medicamentos de manera cotidiana y padece ansiedad al tomar cualquier medio de transporte.

“No vamos a volver a ser los mismos, tenemos muchas esperanzas, tenemos muchos sueños, pero a raíz de que nos limitamos en salir, no podemos ir a dar una vuelta porque es tomar transporte. “

“Y es muy estresante ver cómo mi novia se agarra del tubo o del manubrio o la puerta del carro por temor y ver eso es muy frustrante”, declara.

La Línea 12 del Metro, de acuerdo con datos de operación del STC, movía mensualmente a 6.5 millones de personas.

Sin justicia para víctimas de Línea 12

El pasado 2 de mayo, el Gobierno de la Ciudad de México dio a conocer que del total de 128 víctimas de la Línea 12 del Metro entre fallecidos y lesionados, el 90 por ciento de las familias y afectados aceptaron los acuerdos reparatorios propuestos por las empresas constructoras y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAVI) de la capital.

De acuerdo con lo difundido, a las víctimas se les ofrecieron diferentes cantidades de dinero dependiendo de las lesiones y del número de deudos, en caso de los fallecidos. Sin embargo, se aclaró que las sumas monetarias que se les otorgaron partieron desde un millón 600 mil pesos.

Igualmente, se informó que los 12 afectados que no han aceptado los acuerdos son los representados por el abogado Teófilo Benítez.

Sergio Santiago Pino es asesorado por Benítez y es una de las 12 víctimas que no han aceptado el acuerdo.

El hombre, que vive en Valle de Chalco en el Estado de México y Tláhuac es su mejor opción para llegar a Coapa donde trabaja, relata que al momento del accidente iba en el último vagón con su bicicleta; esta parte del tren quedó colgando tras el colapso de la trabe.

Debido al hecho, quedó con lesiones en la cadera que lo obligan a usar un bastón de apoyo para desplazarse.

Pino comenta que no ha aceptado lo que le ofrecen las empresas ni la CEAVI porque no valoraron su condición médica para calcular una indemnización.

Además, denuncia que ha padecido un trato denigrante por parte de las autoridades.

“Me querían obligar a firmar los acuerdos y para presionarme me decían ‘¿sabes cuánto cuestan las terapias?’ y yo les contestaba con otra pregunta: ‘¿sabes quién tiró la Línea 12?’ Entonces respondían que no y les dije que yo tampoco sé cuánto cuestan las terapias y que tienen la obligación de pagarlas, porque yo no tiré el Metro” declara.

Pino y otras 11 víctimas buscan que un juez reclasifique sus lesiones de culposas a dolosas y que un médico valore su condición médica por orden judicial, con el fin de que la indemnización sea en proporción a los daños que sufrieron.

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