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Las fallas de Carso

“Estamos en una situación bastante crítica. Esto definitivamente nosotros lo consideramos un asunto de seguridad para los más de 400 mil pasajeros que se están transportando diario, algo de urgencia, ¿verdad?

“Porque ya se nos está presentando algo más que el desgaste que es bastante delicado, es la fractura de los durmientes y las fijaciones y esto sí puede ser un motivo de un descarrilamiento”.

Fue el ingeniero Sotero Díaz Silva, director de Diseño de Instalaciones Electromecánicas de Proyecto Metro, quien alertó del riesgo de un descarrilamiento en la Línea 12 del Metro.

“Estamos en una situación bastante crítica. Esto definitivamente nosotros lo consideramos un asunto de seguridad para los más de 400 mil pasajeros que se están transportando diario, algo de urgencia, ¿verdad?

“Porque ya se nos está presentando algo más que el desgaste que es bastante delicado, es la fractura de los durmientes y las fijaciones y esto sí puede ser un motivo de un descarrilamiento”.

Fue el ingeniero Sotero Díaz Silva, director de Diseño de Instalaciones Electromecánicas de Proyecto Metro, quien alertó del riesgo de un descarrilamiento en la Línea 12 del Metro.

Pero además hizo otra revelación: el problema del desgaste ondulatorio comenzó en las curvas 11 y 12 –tramo que construyó Grupo Carso de Carlos Slim– y el problema luego se extendió a toda la línea.

La reunión fue el 11 de septiembre de 2013 en las oficinas de Proyecto Metro, durante la segunda sesión extraordinaria del subcomité de obras.

Enrique Horcasitas no asistió. En su lugar presidió aquella reunión José Pascual Pérez Santoyo en su calidad de director de administración de contratos de Proyecto Metro.

En la junta se proponía discutir la adjudicación de un nuevo contrato a la empresa ILF para “servicios de dictaminación para determinar los motivos y recomendar las acciones a seguir para minimizar el problema…”.

Luego tomó la palabra Juan Fernando Hernández Hernández del Comité Central de Obras. “Esta situación se ha venido agudizando”, reiteró. 

¿Es un problema de vía o un problema del tren?, querían saber los ingenieros ahí reunidos quienes también discutían la responsabilidad de las empresas internacionales que le dieron a Marcelo Ebrard la certificación para operar la Línea 12. 

“El asunto es crítico, todos los días estamos cambiando durmientes, estamos cambiando fijaciones, que eso sí ya no es normal”, urgía Sotero Díaz.

Curvas peligrosas

A decir de Sotero Díaz, la fase crítica se detectó desde abril de 2013, específicamente en las curvas 11 y 12 que construyó precisamente Grupo Carso, que forma parte del consorcio constructor junto con ICA y Alstom.

Detalló que un mes después de que Ebrard y su equipo inauguraron la Línea Dorada comenzó el desgaste, sin embargo con el paso de los días la problemática se extendió a toda la vía y se volvió crítica.

Desde esas fechas expuso el ingeniero que el Consorcio Constructor intentaba deslindarse del problema.

De ahí la urgente necesidad de que una tercera firma emitiera un dictamen que lograra fincar las responsabilidades de quién o qué ocasionaba el problema. ¿El tren o la estructura? 

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