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La travesía de Marichuy

En el núcleo de la propuesta de “Marichuy” se encuentra una reorganización del gobierno a semejanza de la forma en que se administran las comunidades indígenas zapatistas pero llevado a nivel nacional

Al menos de manera pública, la travesía de María de Jesús Patricio para obtener la candidatura presidencial independiente no era el principal objetivo de su movimiento y, sin embargo, la posibilidad de que los indígenas estuviesen representados en la boleta presidencial se quedó muy lejana, inalcanzable al menos en este 2018.

Mejor conocida como ‘Marichuy’, nunca se presentó como aspirante independiente, sino como vocera del Concejo Indígena de Gobierno y siempre defendió que su recorrido por todo el país no era por la búsqueda de la candidatura sino para visibilizar a los pueblos indígenas y despertar conciencias.

Impulsada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), su nominación como representante indígena en la búsqueda de la candidatura presidencial fue sorpresiva tratándose de un país donde la participación de una mujer indígena en la política es totalmente marginal y en donde hay estados como Chiapas en donde una mujer no puede ocupar una alcaldía porque así lo dictan los usos y costumbres.

“Nunca más un México sin Nosotros” ha sido una de las principales proclamas en estos meses en que Marichuy ha viajado por el territorio nacional en su intento por romper la hegemonía de los partidos políticos

“Cuando hemos dicho que nuestra lucha, la cual nos está llevando a recorrer los rincones de México de abajo, no es por puestos públicos o votos electorales lo decimos porque venimos buscando algo mucho más grande e importante, venimos buscando la conciencia colectiva de abajo, esa que hemos “Marichuy” hizo un llamado a estremecer juntos la nación. Foto: Cuartoscuro visto nacer y florecer en los estudiantes organizados”, fueron parte de las palabras de “Marichuy” en un acto en la UNAM el pasado mes de noviembre.

Una de las razones que llevó al EZLN a presentar una opción política para contender por la presidencia de la república es por la percepción de que los pueblos y las comunidades indígenas han sido históricamente ignoradas por los tres niveles de gobierno y porque sus necesidades no están incluidas en las propuestas de los políticos tradicionales.

En el núcleo de la propuesta de “Marichuy” se encuentra una reorganización del gobierno a semejanza de la forma en que se administran las comunidades indígenas zapatistas pero llevado a nivel nacional, en donde un Concejo se encarga de configurar las políticas públicas según las necesidades de la población.

Además, durante su gira por la República ha enfatizado la necesidad de cambiar las políticas públicas agrarias que han ocasionado graves problemas de despojo y daños ambientales afectando principalmente a las comunidades indígenas.

Las expectativas fueron altas, pero al final del plazo lograría recabar sólo 267 mil de los casi 867 mil apoyos de ciudadanos necesarios para inscribir su nombre en la boleta presidencial del 1 de julio.

Desde el principio de su travesía, la vocera del CIG ha tenido que navegar contracorriente, enfrentando una tras otra adversidad en su esfuerzo por lograr las cientos de miles de firmas ciudadanas que el INE puso como requisito a los aspirantes independientes.

Comenzando por dificultades técnicas de sus auxiliares para poder registrar a través de la aplicación del INE las firmas ciudadanas respaldando sus aspiraciones, pasando por ataques en contra de sus caravanas y supuestos boicots y terminando con un accidente automovilístico que acabó anticipadamente con su gira.

Ahora, después del fracaso en el ámbito político electoral, el gran reto del movimiento iniciado por ‘Marichuy’ será su vigencia, su proyección hacia el futuro y su capacidad de capitalizar los logros durante estos últimos meses para propiciar una transformación.

En uno de sus discursos, Marichuy hizo un llamado para ‘estremecer juntos esta nación’, y por lo que ha venido diciendo en los últimos meses, el movimiento que nació para llegar a la candidatura independiente es sólo el primer paso de un proyecto más ambicioso.

La vocera indígena aseguró hace algunos días que ningún representante de los partidos políticos se había acercado a ella durante su campaña aunque ya adelantó que no declinaría a favor de ninguno de ellos, pues su propuesta es diferente y a pesar de que no obtuvo las firmas necesarias, está convencida de que cumplió el objetivo de visibilizar la problemática indígena y ponerlo nuevamente en la agenda nacional.

Tras el fracaso en el ámbito electoral, el gran reto del movimiento iniciado por ‘Marichuy’ será su vigencia

Se abren ahora muchas interrogantes, sobre todo el saber si la fuerza y los avances ganados en los últimos meses servirán para impulsar un nuevo proyecto político en las elecciones intermedias o quizá regresar con mayor fuerza dentro de 6 años.

Marginación política

Apesar de que se calcula que en México habitan actualmente más de 25 millones de indígenas según datos del INEGI la representatividad de este sector en la política está muy por debajo de lo que le correspondería por mera demografía.

En la actual legislatura sólo hay 6 diputados indígenas en la Cámara de Diputados Federal y ninguno en el Senado, y en los congresos locales, en las administraciones estatales y en los ayuntamientos tampoco existe gran representatividad de las comunidades indígenas.

Aunque el INE estableció nuevos parámetros en materia de representación de los pueblos indígenas de México para las próximas elecciones nada garantiza que este grupo poblacional vaya a encontrar una verdadera representación política

Para las próximas elecciones el INE estableció nuevos parámetros en materia de representación de los pueblos indígenas de México, lo que obligará a los partidos políticos a postular un número determinado de indígenas como candidatos a diputados federales.

Según los nuevos lineamientos, los partidos políticos con registro nacional deberán postular en al menos 12 distritos (en los que la población es superior al 40 por ciento perteneciente a este grupo demográfico) a ciudadanos de las comunidades originarias respetando la paridad de género, es decir 6 hombres y seis mujeres.

En principio habrá más candidatos indígenas para el Congreso Federal, aunque esto no garantiza que en realidad vayan a llegar al recinto de San Lázaro ni mucho menos que este grupo demográfico vaya a encontrar una verdadera representación legislativa.

Los 12 distritos en los que los partidos están obligados a presentar una candidatura indígena representan apenas el 4 por ciento de la totalidad de los 300 distritos electorales.

Según los nuevos lineamientos los partidos deberán postular en al menos 12 distritos a ciudadanos de las comunidades originarias respetando la paridad de género

Además, como se puede observar en las listas de los aspirantes por la vía de la representación proporcional de cada partido, no parece haber verdaderas intenciones de inclusión para las comunidades indígenas ni para otras minorías.

Las otras minorías

Históricamente, los partidos políticos en México no se han caracterizado precisamente por su apertura con los sectores sociales minoritarios y ha sido hasta años recientes cuando se les han dado algunos espacios, mínimos, a minorías como la población homosexual.

Actualmente, en la política mexicana son contados los casos de políticos que hayan asumido públicamente su homosexualidad y que hayan ocupado un cargo de relevancia. Los pocos que han logrado destacar han sido respaldados en su mayoría por el PRD

Está el caso de la exdiputada federal Enoé Uranga, quien llegó al Congreso en 2009 por la vía de representación proporcional, antes había sido asambleísta local en la Ciudad de México desde donde impulso iniciativas en pro de los derechos humanos de las mujeres y la población LGBTI.

En la lista de diputados para la Asamblea Constituyente del PRD en 2016, el sol Azteca incluyó en los primeros de la lista a la activista Lol Kin Castañeda, otra gran impulsora de la agenda de los derechos de la comunidad LGBTI. En esa misma lista el PRD incluyó al flautista Horacio Franco, homosexual y también activista.

Para las elecciones del próximo julio, el PRD incluyó en los primeros lugares de su lista a Adriana Ortiz, reconocida activista en temas de diversidad sexual.

En 2006, David Sánchez Camacho se convirtió en el primer político abiertamente homosexual que llegó a la Cámara de Diputados, también fue postulado por el PRD.

Benjamín Medrano Quezada, actual diputado federal por el PRI fue el primer alcalde que se declaró homosexual en 2013 cuando llegó al ayuntamiento de Fresnillo, Zacatecas.

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