La tormenta que se avecina

14 de Jun, 2019

El tema de la indemnización de casi mil millones de pesos que piden Deutsche Bank y la empresa Invex al Gobierno capitalino por la cancelación del Corredor Cultural Chapultepec podría resolverse de dos maneras: pagar o llegar a un acuerdo conciliatorio.

Así lo señala Roberto Remes, activista que se opuso al corredor e impulsó la consulta ciudadana para decidir sobre su futuro en 2015, ya que lo que piden las empresas que formaron el fideicomiso para realizarlo está apegado a los términos del título de la concesión.

“No se puede juzgar como excesivo, es lo que está escrito. Como en el caso de ‘El Sarape’, lo que iba a ser la planta de termovalorización, se hicieron planos, se compró tecnología y si el Gobierno dice que tiene dudas, entonces, al cancelar, tiene que asumir las condiciones legales”, explica.

El proyecto fue anunciado en 2015, durante la administración de Miguel Ángel Mancera.

La obra consistía en un parque lineal de doble piso que sería construido con una inversión de mil millones de pesos mediante un título de concesión a 40 años. Fue promovido por ProCDMX, entonces encabezado por Simón Levy.

Pero en diciembre de 2015, a los pocos meses de su anuncio, fue cancelado tras una consulta ciudadana organizada por el Instituto Electoral capitalino donde ganó el rechazo al proyecto

Ahora, las empresas que formaron el fideicomiso del corredor piden 121 millones 546 mil 348 pesos por concepto de preparación y ejecución del proyecto, mientras que exigen otros 799 millones 569 mil 793 pesos por pérdida consecutiva de utilidades operativas del proyecto no obtenidas.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, afirmó que no pagará un sólo centavo de indemnización debido a que la obra nunca comenzó ni tampoco existió proyecto ejecutivo.

El activista Roberto Remes señala que nunca se tuvo que llegar a una consulta, pues siempre fue más la oposición vecinal ante el temor de que el corredor fuera un detonante del desarrollo inmobiliario.

Explica que el proyecto pretendía hacer un segundo nivel de ciudad conectado directamente a los edificios, lo que no fue aceptado por los colonos de la zona.

“Lo que se ha perdido y reclama la empresa es la oportunidad, pero no se debió llegar a la consulta, en ese momento había un consenso para un proyecto más amable”, argumenta.

Otro de los problemas, y por lo que se reclama la indemnización, es que la consulta no tenía carácter vinculatorio porque no se estipuló así en el contrato.

Incluso, tras la consulta del 6 de diciembre de 2015, el grupo Invex tenía la incertidumbre de lo que pasaría con el proyecto porque la consulta no estaba relacionada con la realización del Corredor.

Deuda heredada

Roberto Remes también afirma que se cumplió el principal temor tras la cancelación de la obra: que la ciudad heredara una deuda.

Nosotros sabíamos que se tenía que disolver el fideicomiso y eso traía consigo una serie de problemáticas que tarde o temprano iban a terminar en una demanda

Además, señala que la razón asiste a Deutsche Bank y que Sheinbaum está dando un discurso político más no jurídico.

Sin embargo, refiere que por lo regular las empresas, cuando interponen demandas de indemnización, están dispuestas a llegar a un acuerdo conciliatorio como lo podría ser trasladar su inversión a otro proyecto, pero Sheinbaum no ha dado muestras de querer llegar a este tipo de arreglos.

“Deberá llegar a conciliación, que dure años, pagar o esperar a que cambie de administración. La empresa tiene la razón jurídica y también acceso a despachos de abogados con mucha experiencia en litigio”, señala.

La titular de la Secretaría de Finanzas, Luz Elena González, informó hace unos días que en 2018, tras la demanda del banco, un juez determinó se debía hacer el cálculo de la indemnización correspondiente en términos de la concesión, lo que actualmente está en litigio.

Vecinos respaldan a Sheinbaum

Vecinos de la colonia Juárez y Roma norte apoyan a Sheinbaum en su decisión de no pagar indemnización a Deutsche Bank.

“Creemos que Claudia Sheinbaum tiene una gran responsabilidad y tiene un excelentísimo equipo de abogados porque ahora está el juicio de cuantificación, pero el daño es cero y no se tiene por qué pagar nada”, afirma Sergio González, vecino de la colonia Juárez, que estuvo en la oposición al corredor.

González considera un abuso que el banco pretenda cobrar tal cantidad de dinero pues sólo se mostró un proyecto conceptual en maquetas.

Las fuentes consultadas consideran que es injusto lo que se pide, pues el exjefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, pagó 40 millones de pesos por el proyecto conceptual de la obra.

La obra consistía en un parque lineal de doble piso que sería construido con una inversión de mil millones de pesos mediante un título de concesión a 40 años

“Lo que yo veo es que pasando el tiempo están anulándonos, porque hubo una consulta, parece que entonces fue organizada cómo una trampa para dejar pasar tiempo y poner una demanda para ganar esa gran cantidad de dinero”, acusa Mari Bustamante, vecina de la misma demarcación.

Mientras que Adrián Flores, vecino de la Roma norte, considera que aún cuando se canceló el proyecto, la inversión inmobiliaria siguió fluyendo, por lo cual las empresas tuvieron oportunidad de invertir en la zona.

“Esta noticia de que hay un grupo que pide indemnización es sorprendente porque las inversiones siguen fluyendo a las colonias, aunque no sea el mismo capital, pero muchas otras fueron parte del desarrollo inmobiliario desmedido”, argumenta.

Respecto al nuevo proyecto que plantea Sheinbaum sobre Avenida Chapultepec, que principalmente se basará en obras hidráulicas y ensanchar banquetas, esperan que sea un parteaguas y un ejemplo de participación ciudadana.

“Como vecinos nosotros buscamos que a través de la nueva ley de Participación Ciudadana y del próximo Instituto de planeación, se creen los mecanismos para que entre todos decidamos qué es lo mejor para avenida Chapultepec”, menciona Sergio González.

Mientras que el urbanista Roberto Remes dice que lo que se debió hacer desde el principio era ensanchar las banquetas, plantar árboles y reducir espacios para los automóviles.

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