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La promesa sin cumplir

Uno de los grandes pendientes de los gobiernos de nuestro país es asegurar el acceso universal a Internet de todos los mexicanos. Más de 46 millones de personas en nuestro país no tienen acceso a la red.

Aunque desde hace más de 15 años, los gobiernos en turno han anunciado varios programas para llevar el Internet a más personas, dichos programas solo han servido para acaparar reflectores, sin que hasta la fecha haya resultados contundentes.

2013
se presentó el proyecto México Conectado
En el último año del sexenio del expresidente Felipe Calderón se lanzó el programa Agenda Digital
Los gobiernos en turno han anunciado varios programas para llevar el Internet a más personas

Uno de los grandes pendientes de los gobiernos de nuestro país es asegurar el acceso universal a Internet de todos los mexicanos. Más de 46 millones de personas en nuestro país no tienen acceso a la red.

Aunque desde hace más de 15 años, los gobiernos en turno han anunciado varios programas para llevar el Internet a más personas, dichos programas solo han servido para acaparar reflectores, sin que hasta la fecha haya resultados contundentes.

El tema de la brecha digital no es un asunto menor, mucho menos en un país como México, donde más de la mitad de la población vive en la pobreza, ya que existe la certeza de que las personas que no tienen acceso a la información se rezagan aún más respecto a las que sí lo tienen.

Es un círculo vicioso, ya que las zonas donde no ha habido una penetración de la cobertura de Internet son precisamente las zonas más marginadas.

Con un estimado del 57 por ciento de la población conectada a Internet (aproximadamente 62 millones de usuarios), según datos del INEGI, la gran promesa que viene desde el mandato de Vicente Fox, se ha quedado en solo eso, una promesa.

En cuanto a los hogares mexicanos, solo el 39.2 por ciento del total en el país, tiene conexión a Internet, y aunque representa un incremento del 4.8 por ciento respecto al año pasado, aún quedan más del 60 por ciento de los hogares sin acceso a Internet.

Aunque México se encuentra en el promedio del porcentaje de penetración de Internet en los hogares respecto a Latinoamérica, aún se encuentra muy lejos del promedio de sus socios de la OCDE, que están por encima del 90 por ciento de penetración.

Desde el año 2000, cuando Vicente Fox llegó a la Presidencia de México se ha tratado de implementar un sinnúmero de programas que faciliten el acceso a Internet a la población, con resultados que muestran avances, pero no sustanciales.

El Sistema Nacional e-México fue una iniciativa presidencial presentada el primero de diciembre de 2000 en la toma de protesta de Vicente Fox, uno de los objetivos de la misma fue la de “Conducir y propiciar la transición de México hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento”.

Se tenía la intención de potencializar el uso de Internet sobre todo en el tema de educación, así como de mejorar los servicios de salud y otros servicios gubernamentales. El proyecto fracasó, pues al final del sexenio foxista, la cobertura de Internet quedó muy lejos de las proyecciones.

Programas en el olvido

Uno de los principales problemas que se han suscitado para la ejecución de estos programas es el hecho de que ninguno de ellos puso en su agenda plazos ni objetivos bien definidos, además de no contar con sistemas de medición de resultados confiables.

Otro de los grandes factores que han propiciado la falta de éxito de las propuestas gubernamentales ha sido la falta de una planeación que trascienda sexenios. Y los mismos programas quedan en el olvido una vez concluido el sexenio.

En el último año del el sexenio del expresidente Felipe Calderón se lanzó el programa Agenda Digital. Dicha agenda, presentada por el entonces titular de la SCT, Dionisio Pérez Jácome, permitiría colocar a México a la par de las naciones más avanzadas del mundo.

La agenda era una de las 10 acciones dentro del Plan Nacional de Desarrollo que el Gobierno federal proponía para reducir la brecha digital e incidir de manera positiva en los mercados de telecomunicaciones en México.

El programa tuvo desde el principio fallas en los alcances y la cobertura, así como problemas de licitaciones y transparencia en el uso de recursos públicos. Al final del sexenio calderonista, el programa quedó en el olvido.

Aún al día de hoy no hay datos confiables de los avances que pudiera haber generado la Agenda Digital, ni de la cobertura que se alcanzó; no hay indicadores, pues desde un principio no se fijaron objetivos reales.

Cuando llegó a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, descartó los esfuerzos de las anteriores administraciones para elevar la penetración de Internet en la población mexicana.

En el marco de las reformas estructurales en materia de Telecomunicaciones se presentó en 2013 el Proyecto México Conectado, cuyo objetivo era brindar, en condiciones de igualdad, acceso a Internet de banda ancha, abierto y gratuito para todos los mexicanos.

La meta establecida para 2018 es la implementación de 250 mil públicos de Internet gratuito de banda ancha, además de beneficiar a 60 millones de mexicanos. Hasta la fecha se han dado avances, pero el parámetro para verdaderamente medir el alcance del programa será en 2018.

Internet para todos

La última iniciativa de esta naturaleza es “Internet para todos” presentada por el Partido Revolucionario Institucional y que ha tenido una intensa campaña en redes sociales.

Manlio Fabio Beltrones, líder priista asegura que emprenderán acciones para exigir a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, al Instituto Federal de Telecomunicaciones, y a las empresas que prestan el servicio a cumplir con la ley en la materia.

Otras iniciativas se han presentado a lo largo de los años por parte de diversas organizaciones, partidos políticos y legisladores, sin embargo, la realidad es que en plena era digital, hay millones de personas en México sin acceso a Internet.

Es imperativo que haya un gran acuerdo entre gobierno, iniciativa privada y la población para emprender un programa que trascienda intereses particulares, económicos y políticos, y que sea transexenal.

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