La guerra por lo que queda

La pugna por la dirigencia del PRD en la capital del país ocurre en un momento de decadencia para el Partido del Sol Azteca en el que no sólo es la segunda fuerza política del que fuera su bastión por 21 años, sino también una oposición invisible

El partido del Sol Azteca agoniza, pero la guerra por su dirigencia está más viva que nunca.

El PRD no sólo se desintegra a nivel nacional, sino que en lo local también hay una pugna por las riendas del que alguna vez fue el grupo político más importante en la capital.

El último enfrentamiento es entre el exlíder en la Ciudad de México, Raúl Flores, y la Dirección Nacional Extraordinaria (DNE) del PRD, quien lo desconoció tras haber elegido el pasado 10 de febrero una Dirigencia Colegiada Extraordinaria formada por cinco integrantes, de los que falta un nombramiento todavía.

De acuerdo con un comunicado de la DNE del pasado 20 de febrero, Flores García tenía 5 años en el cargo de la dirigencia estatal y era necesario un cambio ante los nuevos tiempos políticos que se viven en la capital mexicana y el país

Ángel Ávila, líder nacional del PRD, dice que en noviembre pasado más de mil 200 perredistas de todo el país modificaron en su congreso nacional el estatuto del partido estableciendo que por única ocasión la dirigencia federal nombraría estos cargos a nivel estatal.

El tema se decidió así porque las dirigencias locales fueron electas para el periodo 2014-2017 y en el caso de la capital del país ya se había terminado el periodo del dirigente Raúl Flores, dice Ávila.

“Ahora que el PRD nacional tiene esta atribución es que se hizo el cambio para poder instaurar una dirección colegiada para que estuvieran presentes 5 compañeros que nos ayudaran a la reconstrucción del PRD en la Ciudad de México.

“Entonces esa es la circunstancia, ahorita estamos esperando que el Instituto Nacional Electoral avale y cambie de dirección, este cambio ya se hizo y solamente estamos esperando el trámite administrativo para poder asumir el control administrativo del PRD local”, agrega el presidente del partido.

Sin embargo, Flores acusa que fue sustituido sin que se le informara previamente e impugnó su remoción por considerarla ilegal porque el partido no renovó a su órgano ejecutivo por una elección.

Él fue presidente del Comité Ejecutivo Estatal del partido del 2014 al 2017 en la Ciudad de México, pero luego se aprobó una prórroga que lo hizo seguir en el cargo hasta el pasado 9 de diciembre.

“Estoy consciente y de acuerdo en que debe cambiar la dirigencia del PRD en la Ciudad de México, que debe renovarse por métodos democráticos. El tema es que el PRD ha insistido en estar nombrando dirigencias en lugar de elegir dirigentes”
Raúl FloresExlíder del PRD de la CDMX

Flores menciona que en la parte política le debieron haber llamado para explicarle qué iba a ocurrir y conocer qué tipo de proceso era el que lo iba a sustituir.

“Eso no pasó, no se comunicaron nunca de manera institucional, de manera fraternal como camaradas, como compañeros, eso lo digo categóricamente, por más que digan los representantes del partido, a mí me hicieron un desprecio que no me merezco y que no voy a aceptar de ninguna manera porque no soy empleado de ninguna corriente ni de ningún grupo ni de ningún líder dentro del PRD”, agrega.

El exlíder local asegura que se basaron en reglamentos que aún están pendientes de ser aprobados por el Instituto Nacional Electoral (INE) y por lo mismo no están vigentes. Además acusa que el que quieran intervenir en las finanzas vulnera no solo su probidad, sino también al partido en la Ciudad de México.

“Es una traición”

Para Raúl Flores, exlíder del PRD en la capital, la dirigencia nacional del partido del Sol Azteca lo trató de una forma que no se merecía al sustituirlo sin avisarle y de forma ilegal, ya que siempre actuó como un amigo.

“Es un traición, es una canallada y, bueno, se le atribuye a su mala sangre, a su falta de juicio político, a su falta de camaradería, a su falta de gratitud. Y también al desmedido afán que tienen de dominar los recursos del partido en donde estén y no queriendo repartirse las obras del PRD”, dice.

Flores señala que el partido fundado por figuras como Arnoldo Martínez Verdugo cada vez tiene más signos de descomposición y espera que este proceso termine de forma legal.

“Yo no me quiero quedar en la dirigencia del PRD, es más yo estoy valorando mi estancia en el PRD, pero tengo que estar ahí para que continúen adelante los procesos jurídicos porque no hay ningún incentivo para quedarse con estas formas y estas malas mañas”, asegura

Sin embargo, rechaza que se sumará a las filas de Morena al no coincidir con ciertas ideas como la militarización.

Al respecto, Ángel Ávila, el líder nacional del PRD, dice que en la Ciudad de México son la segunda fuerza política y critíca que Flores no haya sido oposición a la morenista Claudia Sheinbaum, quien les arrebató la jefatura de Gobierno tras 21 años.

“Yo no había visto a Raúl tan activo después de que perdimos la elección, no lo había visto posicionarse en contra de las políticas de gobierno de Claudia Sheinbaum, de la violencia desbordada en la Ciudad de México, de la violencia contra las mujeres en el Metro de la Ciudad de México, del alza al secuestro, de las balaceras en la delegación Iztapalapa, del narcomenudeo, pero sí me extraña que en el tema de aferrarse en la Ciudad de México esté con una inusitada actividad pública”, cuestiona.

Ávila dice que los perfiles que ahora llegan al PRD son de origen perredista y han tenido cargos y responsabilidades importantes, como Nora Arias, quien fue delegada de la Gustavo. Madero; exdiputada local y expresidenta de la Comisión de Salud.

Partido en caída

La Ciudad de México fue el bastión que el Partido de la Revolución Democrática logró retener durante 21 años hasta que llegó la ola guinda de Morena.

El 1 de julio, el Sol Azteca perdió la jefatura de Gobierno a manos de Claudia Sheimbaun; y sólo ganó 2 de las 16 alcaldías con las que cuenta la capital del país, es decir, 4 menos que las que había obtenido en las elecciones de 2015.

Mientras que a nivel nacional, el PRD casi perdió su registro. Sin embargo, una de las mayores polémicas fue la ocurrida el pasado martes 19 de febrero, cuando 9 de los diputados federales de 20 renunciaron a su fracción y se declararon independientes.

Sin embargo, Ángel Ávila, líder nacional del PRD, asegura que el PRD no está muerto como aseguran analistas y dice que hay Sol Azteca para para varios años.

“Hoy podemos tener 11 diputados, pero el PRD sigue representando una agenda de derechos humanos que nadie más defiende, por eso el PRD va a tener una larga vida política en el país”
Ángel ÁvilaLíder nacional del PRD
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