El 23 de junio del año pasado, el Banco de México lanzó un comunicado para realizar ajustes y hacerle frente a la inflación. Foto: Especial

¿La estrategia de México contra la inflación es la correcta?

Un especialista en Economía de la UNAM señala que se debería apostar por atraer la inversión y aprovechar que Estados Unidos está volteando hacia el nearshoring

La inflación en México cerró en 2022 con 7.82 por ciento, la más alta en dos décadas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con lo cual la estrategia en nuestro país tiene que buscar hacerle frente al alza de precios y la escasez de insumos para este año.

Moritz Alberto Cruz Blanco, doctor en Economía, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que la estrategia para combatir la inflación realmente no es la mejor, incluso se contrapone con las políticas de atracción de capital, generando incertidumbre.

“El combate a la inflación tanto en México como en el mundo es a través del uso de la tasa de interés. Desde hace año y medio se ha observado un crecimiento sostenido de la tasa de interés y esto lo que hace es encarecer el crédito y eventualmente hace que los inversionistas pospongan los proyectos de inversión”.

El 23 de junio del año pasado, el Banco de México lanzó un comunicado para realizar ajustes y hacerle frente a la inflación. “Decidió por unanimidad aumentar la Tasa de Interés Interbancaria a 1 día a un nivel de 7.75%”. Medio año después, emitió el siguiente comunicado: “La Junta de Gobierno del Banco de México decidió por mayoría aumentar la Tasa de Interés Interbancaria a 1 día a un nivel de 10.50 por ciento”.

En 2022, todos vaticinaban un crecimiento bastante bajo en la economía mexicana, sin embargo, por razones que habrán de analizarse con mayor precisión creció por arriba de los pronósticos iniciales y que la economía estadounidense
Moritz Alberto Cruz BlancoEspecialista en Economía

Cruz Blanco critica que lo que está causando este incremento en la tasa de interés es eventualmente frenar los proyectos de inversión y afectar la demanda, que es la parte importante del crecimiento.

“Va a ser difícil que subiendo la tasa de interés se controle la inflación, a nivel local estamos importándola realmente. Los problemas internacionales, como la ampliación del conflicto en Europa, hacen que se genere más incertidumbre, lo cual incide en la producción y la tasa de inflación”.

Asegura que el fenómeno inflacionario actual es atípico y producto de factores externos que desaceleraron el consumo. “Los productores están intentando recuperar sus ganancias a través de precios”.

Incertidumbre sobre ‘la apuesta’

Moritz Alberto pone de manifiesto la incertidumbre en la estrategia que se busca seguir, pues por un lado señala que México mantiene el aumento en la tasa de interés y, por el otro, busca atraer capital extranjero para impulsar la dinámica económica.

“Éste va a ser un problema importante porque por un lado hay una política monetaria que contrae una variable como es la inversión, pero por el otro hay una política fiscal relativamente expansiva que hace que haya crecimiento, entonces, hay dos fuerzas que trabajan en sentido contrario y el resultado final no es tan claro sobre cuál de las dos será dominante”.

El especialista considera que la problemática que puede enfrentar la economía mexicana en el futuro inmediato sería la inflación, no solo por tener un efecto negativo en el poder de compra, y por lo tanto en el consumo que incide en el crecimiento, sino por la forma en que se intenta combatir tanto en México como en el mundo.

“Quizá más importante es destacar que (con las estrategias de aumento de tasas de interés) muy difícilmente va a lograr el Banco Central aminorar la tendencia inflacionaria”.

Considera que junto con la llegada de cantidades inusuales de remesas para mantener los niveles de consumo y con ello impacten de manera importante en el crecimiento, es el momento de aprovechar la idea de Estados Unidos de establecerse cerca de su país y reducir su vulnerabilidad de depender de otras economías.

“Si esto es así, me parece que los pronósticos pueden ser más optimistas de lo que pensamos”.

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