‘La esclavitud del siglo 21’

Líderes sindicales y representantes de izquierda, e incluso del PRI, coinciden en que la iniciativa laboral del presidente Felipe Calderón lacera los derechos de los trabajadores, e intenta establecer una “esclavitud del siglo 21”, echando abajo las conquistas históricas del artículo 123 constitucional.

Para el ex diputado Agustín Guerrero, el outsourcing que promueve la iniciativa de reforma cancela todas las obligaciones del patrón con los trabajadores

Líderes sindicales y representantes de izquierda, e incluso del PRI, coinciden en que la iniciativa laboral del presidente Felipe Calderón lacera los derechos de los trabajadores, e intenta establecer una “esclavitud del siglo 21”, echando abajo las conquistas históricas del artículo 123 constitucional.

Para los sindicatos que cerraron ayer los accesos de la Cámara de Diputados –entre ellos la UNT, la CNTE, STUNAM, SITUAM, el del INBA, el del INAH, el de la UACM, SME, CROM, SNT-SEMARNAT–, el trabajador pierde con ella su capacidad de asociarse con otros, quedando en clara desventaja en la relación obrero-patronal.

Además, en los contratos por hora, no hay obligación de pagar por despido, ni de ofrecer seguro social a través del IMSS.

El objetivo de poner cadenas en todos los accesos de la Cámara es que no se vote, ya que si esto sucede –piensa el PRD– el PRI y el PAN van a ganar. 

Quedaría aprobada la reforma laboral –sacan las cuentas–, con 360 votos a favor y 140 en contra.

El trabajador de rodillas 

El ex diputado federal del PRD Agustín Guerrero, uno de los organizadores de la marcha que inició en el monumento a la Revolución y que llegó a San Lázaro por la tarde, comentó a Reporte Indigo:

Toda la reforma tiene una visión empresarial, patronal. “Es un diseño que favorece la ganancia de utilidades de los empresarios.

“En esta reforma desaparece esta idea gremial del trabajo como un colectivo. Se trata de establecer la relación de patrón con el trabajador en lo individual, eso es inconstitucional, ilegal y un abuso, porque no se puede pensar que haya una relación de iguales entre patrón y trabajador.

“Lo sustancial es la pérdida del poder colectivo del los trabajadores. El constituyente de 1917 fue muy claro para entender que una manera de equilibrar la fuerza que tiene el patrón, que es el dinero, era en una relación con los trabajadores asociados, sindicalizados”.

El outsourcing, para Agustín Guerrero, es una prueba clara. 

“Cancelan todas las obligaciones del patrón con los trabajadores” y mueven a la pérdida de salario y de derechos sociales”.

Advierte que si esta reforma es aprobada, “los sindicatos se acaban en 10 años”. 

Para el sindicalismo del PRI, que no pase es un asunto de vida o muerte, opina. Hay algunos que sí tienen el compromiso sindicalista verdadero, “hay que darles el derecho de la duda”.

El plantón afuera de la Cámara baja permanecerá hasta el próximo domingo, cuando se vence el plazo para su aprobación. La UNT está presente así como sectores de la CTM y la CROC.

Es la tercera ocasión que se presenta una reforma laboral similar. La anterior fue frenada en el Congreso. Para muchos Calderón lanza de última hora esta reforma porque tiene compromisos con sus patrocinadores empresariales desde hace años, aunque el costo político lo pagan él y Peña Nieto, que ha pedido a sus diputados que la aprueben.

“Cualquier reforma a la ley federal del trabajo es un atentado contra los derechos laborales que tenemos hoy y que empeñan las garantías al capital nacional y extranjero, y eso es un atentado a la soberanía porque significa entregar la fuerza laboral a un costo muy bajo”, dijo Marcos Vargas Cuevas, secretario de relaciones y solidaridad del SITUAM a este diario.

La tumba del IMSS

Para Gerardo Fernández Noroña, ex diputado del PRD, presente en el mitin, la reforma es anticonstitucional.

“Siete pesos la hora, sin aguinaldo, sin vacaciones, sin jubilación, sin pensión, sin seguridad social. 

“Esto último tiene dos implicaciones graves, va a desaparecer el seguro social, porque el patrón ya no tiene la obligación de dar seguro social, ya no cotizará en él”.

Si un trabajador se accidenta, no tendrá incapacidad por accidente laboral, ni por enfermedad laboral o general, dice. 

Además –argumenta- los contratos podrán ser por día o por hora, sin compromiso, sin ninguna antigüedad, sin que te tengan que indemnizar. “Es el esclavismo del siglo 21”.

El diputado federal del PRD José Luis Muñoz señaló que la reforma “va contra la clase trabajadora porque pretende que el derecho de huelga que ha costado muchos años de lucha y mucha sangre lo echen abajo y lo pongan a disposición de unas juntas que no sirven para nada”.

Para él, aumentar la competitividad y la productividad “no es el resultado de flexibilizar las horas de trabajo, sino de inversión y educación”.

Y para Armando Jiménez, secretario del exterior del Sindicato de Trabajadores del Transporte de pasajeros del DF, la propuesta de Calderón, en lugar de ayudar, va a empobrecer más a la fuerza laboral.

“Se terminarían los contratos laborales y no habría modo de hacer antigüedad porque entran los outsourcings. Así el patrón se evita el gasto de tener departamento de contrataciones, y esto beneficia a las grandes empresas”.

Coincide con Marcial Carmona Castillo, secretario del Interior del SUTIN: “Esta reforma es nociva para toda la clase trabajadora. Se pretende regularizar el outsourcing, y así quedarían los trabajadores en mucha desventaja con respecto a las prestaciones laborales, a servicios médicos, a no tener un contrato colectivo y no poder agruparse en sindicatos para defender sus derechos”.

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